La mundialmente famosa Fontana di Trevi de Roma reabrió sus puertas tras una restauración de tres meses.
Construida en el siglo XVIII por el arquitecto italiano Nicola Salvi en la fachada del palacio Poli, la fuente histórica es uno de los lugares más visitados de la ciudad.
Entre 10.000 y 12.000 turistas solían visitar la Fontana di Trevi cada día, pero la capital italiana instaló un nuevo sistema de filas para evitar que se acumulen grandes multitudes cerca del monumento.
A partir de ahora habrá que hacer fila y habrá un límite máximo de 400 personas a la vez, todos los días de 9 a 21 horas (salvo los lunes y viernes que abre a las 11).
Después de las 21, el acceso queda liberado sin restricciones, informó la superintendencia capitalina.
En su intervención el domingo, el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, dijo que la imposición del límite “permitirá a todos disfrutar mejor de la fuente, sin aglomeraciones ni confusión”.
Gualtieri también dijo que las autoridades municipales estaban considerando cobrar un precio de entrada modesto para financiar el mantenimiento de la fuente.
La reapertura del domingo tuvo lugar bajo una lluvia ligera y en presencia de varios cientos de turistas, muchos de los cuales emularon al alcalde y arrojaron una moneda a la fuente.
El proyecto de limpieza de tres meses consistió en eliminar el moho y las incrustaciones de calcio.
La fuente y otros sitios clave de la ciudad se limpiaron antes del jubileo de la Iglesia católica romana, que comienza en Nochebuena.
Su mal estado estructural quedó al descubierto en 2012, cuando partes de su elaborada cornisa empezaron a desprenderse tras un invierno especialmente duro, requiriéndose una reforma multimillonaria al año siguiente.
Pedir un deseo y lanzar una moneda al agua es una tradición tal que las autoridades de la ciudad solían recaudar alrededor de 10.000 euros (US$10.500) a la semana.
El dinero era donado a la organización benéfica Cáritas que proporciona comida a los pobres.