El protagonista de la semana en el fútbol italiano es Romano Floriani Mussolini, un joven de 21 años que, como revela su nombre, lleva el peso de un apellido con una carga histórica única. Es el tercer hijo de Alessandra Mussolini, exdiputada del Parlamento Europeo por Forza Italia y nieta de Benito Mussolini, el líder del fascismo en Italia. Sin embargo, Romano decidió alejarse de la política familiar para concentrarse en su carrera como futbolista. Actualmente, es lateral derecho de la Lazio, pero está cedido al Juve Stabia, equipo de la Serie B italiana, con el que este domingo marcó su primer gol como profesional.
Mussolini, que lleva en su camiseta el apellido junto a una «F» inicial de Floriani, anotó el gol del triunfo para el equipo de Castellammare di Stabia, cerca de Nápoles. Este tanto no solo le dio los tres puntos a su equipo, que pelea por un lugar en la Serie A, sino que también desató una fuerte polémica en Italia debido a la reacción de los hinchas locales.
Tras el gol, el estadio resonó con el nombre del futbolista. La megafonía anunció «Romano…» y los aficionados completaron con un efusivo «¡Mussolini!», mientras algunos de ellos realizaban el saludo fascista con el brazo en alto. Esta escena generó amplio debate en los medios italianos, sobre todo por las connotaciones históricas que aún divide opiniones en el país.
En las redes sociales, el joven recibió comentarios de seguidores de la Lazio, club conocido por una facción de ultras de ideología ultraderechista. Algunos mensajes celebraban su desempeño futbolístico, pero otros incluían referencias nostálgicas al fascismo. «Escuchar tu apellido llena un vacío en muchos italianos», «respeto a Il Duce» y «te queremos de regreso en la Lazio», fueron algunas de las respuestas en su última publicación de Instagram.
Romano Floriani Mussolini lleva años intentando despegar su carrera de la pesada herencia de su apellido. Durante su etapa inicial en el fútbol, optó por usar solo «Floriani» en su camiseta y redes sociales, pero en los últimos tiempos ha asumido su nombre completo. «Si mi apellido afecta mi carrera, sería una decepción. Lo que importa es mi desempeño en la cancha», declaró en una entrevista con La Gazzetta dello Sport. Sobre su bisabuelo, expresó: «Fue una figura importante en Italia, pero estamos en 2024 y esas cosas ya no me interesan. Mi trabajo no tiene relación con eso».
Formado en las inferiores de la Roma, pasó a la Lazio a los 13 años, donde escaló posiciones hasta ser convocado al primer equipo. Aunque aún no ha debutado en la Serie A, su desempeño en equipos como el Delfino Pescara y ahora el Juve Stabia parece darle una nueva oportunidad de regresar al club capitalino. Con contrato hasta 2025, Romano busca dejar su marca en el fútbol más allá de la historia que lleva en su nombre.