Para el mundo este martes es el día en que el Papa abrirá al atardecer la Puerta Santa que inaugura el Jubileo de la Esperanza de 2005. Los romanos agregan una celebración propia, gozosa. La reapertura del Corredor del Borgo o Passetto di Borgo, oficialmente un “paso elevado” que une a lo largo de 800 metros históricos la Basílica y la plaza de San Pedro, más el Palacio Vaticano, con el majestuoso Castillo de San Angel.
El corredor celebra tantas historias de Papas que huían levantándose la sotana en ambas direcciones de asaltos, invasiones y otros hechos bélicos. Pero también prisioneros del Papa que eran llevados a los calabozos siniestros del Castillo.
Desde este martes se lo puede caminar ida y vuelta. Incluso se agregó una subida o bajada desde la majestuosa plaza Pía, el gigantesco espacio que une a Roma con el Vaticano en el que tendrán lugar los más grandes encuentros, con hasta 150 mil personas.
Se impone refrescar la memoria de por qué es tan importante recordar este corredor por el que todos podemos hacer el “caminamiento”. El “Passetto di Borgo”, fue probablemente ordenado por el Papa Niccolo III en 1278 en ocasión de las restauraciones de los preexistentes muros leoninos. Otras versiones atribuyen los trabajos a Bonifacio IX entre 1389 y 1404.
El trayecto de muros fue restaurado por Nicola V en 1547. Entre 1492 y 1503 intervino Alejandro VI. Todos eran concientes de la función estratégica salvadora que tenían esos 800 metros vitales. Era una vía de fuga segura para los pontífices que lo usaron en muchas ocasiones. En 830 y 846 hubo invasiones de los sarracenos que llegaron hasta semi-destruir la Basílica de San Pedro y la de San Pablo fuera de los muros de la ciudad..
El área sacra del Apóstol Pedro reveló su vulnerabilidad. Así nacieron los muros de León IV que llevan su nombre, hasta hoy llamados muros leoninos, nacidos tras el saqueo de las dos basílicas en 848 y 852.
La Ciudad leonina garantizaba más protección y en 1494 el Passetto permitió al legendario Papa Alejandro VI, Rodrigo Borgia, refugiarse en el Castillo durante la invasión de Roma de las milicias de Carlos VIII de Francia.
En 1527 Papa Clemente, Giulio de Medici, se refugió en el castillo fortaleza del templo mausoleo de Adriano recorriendo apurado el camino secreto hasta San Pedro. Roma fue saqueada por las tropas-hordas de Carlos V. Fue el episodio más sangriento que se recuerda en la ciudad eterna de los últimos diez siglos. Murió gran parte de la población romana.
En defensa del Papa murieron las Guardias suizas contratadas por aquellos Papas. El reconocimiento de los pontífices a la lealtad de “los suizos” como son llamados, dura hasta hoy: son el único cuerpo militar de la Santa Sede
Se puede con buen ánimo en las visitas guiadas recordar tanta historia, pero también mirar la nueva Plaza Pia y el flamante pasaje subterráneo. El panorama es estupendo, emocionante.