De las opciones europeas que generaron mucho ruido (y pocas nueces) en San Lorenzo a arreglarse con lo que hay. El arco azulgrana parecía un tema de estado en el club hasta hace unos días. Sin embargo, los rutilantes nombres que se barajaron no llegaron y la determinación del cuerpo técnico finalmente fue la de darle la confianza al paraguayo Orlando Gill. Además, un viejo conocido volvió y se quedará a cubrir el puesto de arquero suplente.
Fueron varias las opciones que sonaron en la danza de arqueros del Ciclón. Hubo apellidos para todos los gustos. Primero parecía que iba a hacer vibrar el mercado con la llegada del neerlandés Andries Noppert y después con Keylor Navas. Sin embargo, no fue ni uno ni el otro. Y ante la barrera económica, Miguel Angel Russo prefiere quedarse con lo conocido, al menos para este primer semestre del año.
Lo de Noppert fue el primer cimbronazo del verano en el club de Boedo. El apuntado por Russo desde un primer momento había sido el uruguayo Washington Aguerre, que no acordó la continuidad con Peñarol. No obstante, las pretensiones económicas que pasó Aguerre estaban muy lejos de lo que puede pagar San Lorenzo. Por eso, cuando desde la dirigencia vieron que el número pedido por el arquero titular de Países Bajos en Qatar 2022 era accesible, se entusiasmaron.
Pero la puerta la cerró el entrenador, a quien las luces del Viejo Continente no lo sedujeron. La barrera del idioma no convenció a Miguelo y le bajó el pulgar rápidamente. Entonces, tomó fuerza lo del costarricense Navas, aunque ahí sí la cuestión salarial fue el gran problema.
En el Ciclón solo alcanzaban a hacerse cargo de la mitad del contrato del ex Real Madrid, tricampeón de la Champions League. Imposible sin aportes externos. Los inversores de Newell’s le ofrecieron a Navas un mejor número y la chance de Boedo se extinguió, a pesar de la expectativa que esta posibilidad había generado en el presidente Marcelo Moretti.
En el medio también había sido ofrecido otro arquero europeo que directamente no corrió: el francés Benjamín Lecomte, que sí habla español, pero que tampoco fue considerado seriamente por Russo.
La lesión de Facundo Altamirano (fractura de cúbito del brazo izquierdo) en el primer amistoso de verano, ante Nacional, encendió las alarmas aún con mayor fuerza en la entidad azul y roja. La necesidad de cubrir el arco era imperiosa. Y ahí estaba Orlando Gill, este paraguayo de 24 años casi sin experiencia en la máxima categoría que había llegada en 2024 y que había sumado minutos en la Reserva subcampeona.
Gill debutó como titular en el primer equipo de San Lorenzo en la última fecha, contra Tigre (fue derrota por 1 a 0). Entró por Altamirano en el complemento contra Nacional, y atajó contra Peñarol y contra Independiente del Valle. En este último amistoso atajó un penal y el Ciclón ganó la serie para terminar invicto y sin recibir tantos en su estadía en Uruguay.
Luego de esto, Russo confirmó que le dará continuidad en el arco y la dirigencia hizo efectiva la compra de la mitad de su pase en 500 mil dólares. Y de suplente quedará José Devecchi, quien retornó de su préstamo por Banfield en donde sumó muy poco rodaje (atajó un partido por Copa Argentina en agosto del año pasado).