WASHINGTON.- Durante dos años de vértigo embriagador, las empresas norteamericanas de inteligencia artificial (IA) parecieron imparables.
Los desarrolladores líderes en IA, como la empresa OpenAI, atrajeron miles de millones de dólares en inversiones con el argumento de que cuanto más grande, mejor: con más volumen de datos, con modelos de lenguaje más grandes y con más potencia computacional se lograban los productos más avanzados, como ChatGPT.
Hasta que llegó DeepSeek…
Durante el pasado fin de semana, la start-up china asistida por inteligencia artificial se catapultó a la cima de cantidad descargas en las tiendas de aplicaciones, después de que DeepSeek informara que su modelo de IA no solo puede competir en potencia con las últimas versiones de OpenAI, sino que además fue desarrollada por una fracción del costo y con muchísima menos potencia computacional.
Las afirmaciones de la empresa y la popularidad de su aplicación desataron un profundo examen de conciencia en el gobierno norteamericano, en Silicon Valley y en Wall Street. DeepSeek lanza sus modelos de IA detrás de productos como su aplicación asistente, que puede ser descargada, utilizada y modificada por cualquier persona.
El lunes, las acciones de las tecnológicas se desplomaron, y los funcionarios, ingenieros e inversores norteamericanos tuvieron que reconsiderar su opinión de la amenaza que representa China en materia de IA, y empezar a pensar cómo sostener el predominio de Estados Unidos en ese campo.
Mientras que algunos republicanos y el gobierno de Trump sugirieron que la respuesta era aplicar restricciones a China, importantes voces de la industria tecnológica dice que el auge de DeepSeek demuestra los beneficios de compartir abiertamente la tecnología de IA, en vez de mantenerla en secreto.
La IA es un campo de batalla crucial del conflicto entre Estados Unidos y China, uno que los dirigentes y altos funcionarios de ambas naciones esperan que impulse el poder económico y militar de sus respectivos países.
Los tecnólogos de Estados Unidos y China consideran que la IA es la próxima “tecnología de propósito general” (GPT, por sus siglas en inglés), una invención que terminará por reformular por completo a la sociedad, como lo hicieron la máquina de vapor o la computadora personal (PC), de la que surgirá una nueva generación de magnates de los negocios y de corporaciones dominantes.
El lunes, el presidente Donald Trump reconoció que la aplicación china había tomado por sorpresa a Estados Unidos.
“El lanzamiento de DeepSeek IA de una empresa china debería ser un llamado de atención, para que nuestras industrias se concentren en competir para ganar”, dijo el mandatario desde Doral, Florida, aunque todavía no esté claro si sus planes de imponer más aranceles a China garantizarían el liderazgo de Estados Unidos en materia de inteligencia artificial.
Controles en disputa
En Washington, el debut de DeepSeek desafía las afirmaciones del gobierno de Trump de que la industria norteamericana de IA conservará su primacía simplemente si se eliminan regulaciones y se ayuda a las gigantes tecnológicas asegurarse los cientos de miles de millones de dólares en financiación que dicen necesitar.
Trump fue especialmente deferente con los titanes tecnológicos de Estados Unidos desde el momento mismo de asumir su segundo mandato: los multimillonarios de Silicon Valley ocuparon asientos privilegiados durante su investidura y no bien asumió, Trump derogó el decreto de 2023 del expresidente Joe Biden sobre IA, argumentando que sus “vallas de seguridad” para impedir un crecimiento desordenado de la inteligencia artificial ponían obstáculos innecesarios al desarrollo de esa industria.
La semana pasada, Trump recibió en la Casa Blanca a Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, y a otros líderes tecnológicos para anunciar un acuerdo privado de 100.000 millones de dólares denominado “Stargate”, destinado a construir centros de datos de IA en Estados Unidos.
La preocupación que suscita el avance de DeepSeek es que la industria de IA de China logre replicar la “estrategia de seguidor rápido” con la que los chinos tuvieron éxito en otros sectores tecnológicos, incluidos los equipos de telecomunicaciones, los paneles solares, las computadoras portátiles y las baterías. Las empresas chinas inundaron esos mercados con competidores capaces y de menor costo, concentrando una enorme participación de mercado que con el tiempo las ayudó a convertirse en los principales desarrolladores de grandes innovaciones.
El gobierno de Trump salió rápidamente a culpar del auge de DeepSeek a las políticas de Biden en materia tecnológica.
Victoria LaCivita, vocera de la Oficina de Ciencia y Tecnología de la Casa Blanca, dijo el lunes que el expresidente no había logrado limitar el acceso a la tecnología norteamericana y que le había regalado a China y otros competidores extranjeros la oportunidad de desarrollar sus propios modelos de IA.
Durante su mandato, Biden abrazó a OpenAI, Google y otros desarrolladores líderes de IA e impuso controles a la exportación de chips de IA de alta potencia. El objetivo era aprovechar que la IA depende de un hardware muy costoso para restringir el avance de China, aunque el último conjunto de controles de exportación de Biden, introducido este mes, fue una respuesta a los esfuerzos chinos por eludir las anteriores medidas.
El flamante éxito de DeepSeek sugiere que la destreza de la IA generativa (IAG) no depende necesariamente de contar con grandes cantidades de hardware de última generación.
Trump y la Casa Blanca no han dicho qué nuevas medidas relevantes podrían adoptar para impedir que otros competidores chinos sigan el ejemplo de DeepSeek.
El lunes, la Comisión Selecta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos sobre la Competencia Estratégica entre los Estados Unidos y el Partido Comunista Chino reclamó controles de exportación más estrictos para las tecnologías en las que se apoya la infraestructura de IA de DeepSeek. “Estados Unidos no puede permitir que modelos del Partido Comunista China, como DeepSeek, pongan en riesgo nuestra seguridad nacional y se aprovechen de nuestra tecnología para impulsar sus ambiciones en el campo de la inteligencia artificial”, manifestó la Comisión.
Gregory Allen, director del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales y exdirector de estrategia de IA del Pentágono, dijo que Estados Unidos no debería dar marcha atrás con sus medidas destinadas a frenar la industria de inteligencia artificial de China.
Allen cree que el objetivo del gobierno chino era que DeepSeek acaparara la atención durante la primera semana de gobierno de Trump: una especie de declaración simbólica. El experto resaltó las similitudes del repentino auge de DeepSeek con el lanzamiento por parte de Huawei de un nuevo teléfono inteligente de alto rendimiento la misma semana en que la secretaria de Comercio de Biden, Gina Raimondo, visitó China en 2023.
“Sería un gran error llegar a la conclusión de que esto implica que los controles a las exportaciones de tecnología ya no funcionan como antes, pero ese es precisamente el objetivo de China”, dijo Allen.
Arati Prabhakar, máxima asesora de Biden en materia de ciencia y tecnología, cuestiona la afirmación del gobierno de Trump de que las políticas del expresidente en materia de IA fueron un palo en la rueda para las empresas norteamericanas.
“Pusimos en marcha políticas integrales que además contemplaban la posibilidad de que quien tuviera más capacidad de procesamiento no necesariamente estaría siempre a la cabeza”, apunta la exfuncionaria.
Además, Prabhakar aclara que desde hace mucho tiempo los investigadores sabían que era posible construir modelos de inteligencia artificial potentes con menos dinero. También reconoce que la aparición de DeepSeek fue una sorpresa y que la empresa estaba fuera de su radares, aunque el personal a su cargo podría haber estado al tanto.
“Todo en código abierto”
En Silicon Valley, el éxito de DeepSeek llevó a muchos tecnólogos a poner en duda el paradigma predominante para el desarrollo de IA. Pero los defensores del código abierto dicen que Estados Unidos podría avanzar adoptando esa estrategia barata y accesible de DeepSeek.
La mayoría de las empresas líderes de IA mantienen sus modelos en secreto y cobran por acceder a sus productos. La empresa más grande que adoptó el enfoque alternativo de liberar su tecnología de IA para que otros la construyan fue Meta, aunque al igual que DeepSeek no revela información sobre los datos utilizados para desarrollar sus modelos.
El jefe científico de IA de Meta, Yann LeCun, posteó el lunes en la red social Threads que la lección que se puede extraer del auge de DeepSeek no es que China esté superando a Estados Unidos, sino que los modelos de código abierto están superando a los llamados “modelos propietarios”.
“Como su trabajo es público y de código abierto, todos pueden aprovecharlo”, posteó LeCun.
El fundador de Twitter, Jack Dorsey, se hizo eco de ese argumento de manera más sucinta: “Todo en código abierto”, escribió el lunes en la red social X.
Lewis Tunstall, un investigador de IA en la empresa emergente Hugging Face, un repositorio de código abierto para modelos y bases de datos de IA, dijo que la gente ya había utilizado su plataforma para lanzar más de 550 nuevas versiones de IA basadas en R1, el modelo que impulsa la aplicación de DeepSeek.
Esas variantes de la tecnología de DeepSeek fueron descargadas más de 2,5 millones de veces en una semana. Tunstall está ayudando a liderar un proyecto de código abierto que intenta replicar R1 y que tiene como objetivo corroborar las afirmaciones de la empresa china y ayudar a otros desarrolladores de IA a utilizar las mismas técnicas.
En sus comentarios sobre la entrada triunfal de DeepSeek, Trump pareció reconocer que si las empresas norteamericanas saben aprovecharla, la innovación de la empresa china podría beneficiarlas. “En vez de gastar miles y miles de millones de dólares, gastarán menos, y con un poco de suerte obtendrán los mismos resultados”, dijo Trump.
Bill Gurley, un inversor tecnológico de larga data, se sumó al debate onlline sobre la amenaza que plantea DeepSeek y sostuvo que adoptar una mentalidad más abierta también ayudaría a desactivar las tensiones con China.
“Ninguno de los que trabaja en DeepSeek es mi enemigo”, escribió Gurley. “Es más: el hecho de que amen el código abierto me hace pensar que me llevaría bastante bien con ellos”.
Nitasha Tiku, Eva Dou, Cat Zakrzewski y Gerrit De Vynck
Traducción de Jaime Arrambide