Prometía el partido entre Huracán y Estudiantes en el Palacios Tomás Adolfo Ducó. Y cumplieron los dirigidos por Frank Darío Kudelka y Eduardo Domínguez. Jugaron un partido intenso al que solo le faltó el gol.
Se enfrentron en Parque Patricios dos de los equipos que animaron los torneos de la Liga Profesional de Fútbol la temporada pasada. Huracán, que peleó hasta la última fecha por el título de la LPF que consagró a Vélez, y Estudiantes, el campeón de la última Copa de la Liga, mostraron en cancha esa actitud ofensiva que los llevó a tener un buen 2024.
Cada uno a su manera, claro. De un lado, el Pincha fue el que manejó la pelota. La movió de un lado a otro buscando generar espacios en la férrea estructura defensiva de su rival. Lo consiguió a cuentagotas. Tan así fue que la ocasión más clara durante todo el primer tiempo la tuvo con un tiro libre que el colombiano Edwin Cetré, desequilibrante como siempre por el carril izquierdo, estrelló contra el travesaño. El Globo, por su parte, tuvo menos la pelota, pero la usó mejor. Y, principalmente, generó peligro con el juego aéreo. Cada vez que caía la pelota al área de Estudiantes, ganaba un jugador de Huracán, pero las buenas respuestas de Matías Mansilla mantuvieron el 0-0.
En medio de un partido tan parejo como atractivo, más allá de ciertas imprecisiones, la infantil expulsión de Gastón Benedetti en el final del primer tiempo condicionó lo visto por ambos equipos en el complemento. Domínguez intentó acomodar con los ingresos de Santiago Arzamendia y Alexis Manyoma, pero Huracán lo dominó y se llenó de situaciones de gol. La pelota, ahora sí, era del dueño de casa. La más clara la tuvo Eric Ramírez luego de capturar un rebote dentro del área y, ante el achique de Mansilla, remató desviado. Previamente, en la primera parte, el arquero de Estudiantes se había repuesto de un error y tapado un mano a mano a Franco Watson. Fue una de las figuras.
Luego, poco a poco, el Pincha fue encontrando su lugar en la cancha. Ingresó Cristian Medina, debutante tras sellarse en 15 millones de dólares una de las novelas del mercado de pases, y también saltó a la cancha Lucas Alario, cuyo regreso al fútbol argentino también fue obra del empresario estadounidense Foster Gillett. Y, justamente, el ex River tuvo el gol en una de las únicas jugadas de ataque del conjunto platense, pero se encontró con una gran atajada de Hernán Galíndez.
Finalmente, las fallas en la definición fueron el denominador común de la noche y Huracán y Estudiantes cerraron en cero un partido entretendo en Parque Patricios.