El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este jueves que «no hay sobrevivientes» de la tragedia aérea que conmocionó a Washington y a todo el país en la madrugada de este jueves. Y prometió una investigación exhaustiva para saber qué ocurrió.
«Es una tragedia que nunca debería haber ocurrido», dijo el mandatario en una conferencia de prensa en la Casa Blanca. Y aseguró que el FBI ya trabaja para poder determinar con exactitud qué fue lo que ocasionó el choque entre un avión comercial que llegaba desde Kansas a la capital de Estados Unidos y chocó con un helicóptero militar.
A la vez, acusó a sus predecesores demócratas, Joe Biden y Barack Obama, de rebajar las normas de seguridad aérea y los requisitos para contratar controladores aéreos.
«La Administración Federal de Aviación (FAA) estuvo contratando trabajadores que padecen discapacidades intelectuales severas, problemas psiquiátricos y otras condiciones mentales y físicas bajo una iniciativa de contratación de diversidad e inclusión», dijo Trump.
«Yo pongo la seguridad primero. Obama, Biden y los demócratas pusieron la política en primer lugar», dijo el presidente de Estados Unidos. «De hecho salieron con una directiva: ‘demasiado blanco’. Y nosotros queremos a la gente que es competente», aseguró.
Trump también anunció que nombrará de inmediato a Chris Rocheleau, un veterano con 22 años de experiencia en la FAA para el cargo de administrador del organismo, quien deberá ser confirmado por el Senado, de mayoría republicana, antes de asumir el puesto.
Trump calificó el accidente como una «confluencia de malas decisiones», cuestionó la trayectoria del helicóptero y el hecho de que se encontrara a la misma altura que el avión comercial, pese a que las condiciones de vuelo eran óptimas, con un cielo despejado y sin fuertes vientos.
El presidente denunció que el helicóptero militar estaba en una posición «increíblemente mala», y prometió investigar hasta el final para dilucidar lo ocurrido y quiénes son los responsables.
«Había un problema con el piloto desde el punto de vista del helicóptero», afirmó Trump, quien cuestionó la trayectoria de la aeronave y el hecho de que se encontrara a la misma altura que el avión comercial, pese a que las condiciones de vuelo eran óptimas, con un cielo despejado y sin fuertes vientos.
Trump, que hizo su fortuna en el negocio inmobiliario, recordó que él mismo posee helicópteros y que conoce bien su funcionamiento. «Yo tengo helicópteros. Se pueden detener muy rápido. Tenía la capacidad de subir o bajar, de girar, y el giro que hizo no fue el correcto, obviamente. De hecho, hizo prácticamente lo contrario de lo que se le indicó», aseguró.
«Ha sido una noche oscura y extenuante en la capital de nuestra nación y en nuestra historia, una tragedia de proporciones terribles. Como nación, lloramos por cada alma preciosa que nos ha sido arrebatada», manifestó Trump este jueves en una comparecencia en la sala de prensa de la Casa Blanca. Al entrar en la sala, repleta de periodistas, el mandatario pidió guardar un momento de silencio en honor a las víctimas y afirmó que Estados Unidos atraviesa horas de «angustia».
Incógnitas
La Administración Federal de Aviación informó que el avión era un Bombardier operado por una subsidiaria de American Airlines. Según la aerolínea, el aparato viajaba desde Wichita, Kansas, al aeropuerto Ronald Reagan de la capital estadounidense.
El helicóptero efectuaba un «vuelo de entrenamiento», informó un portavoz militar.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, precisó que el helicóptero Black Hawk tenía «una tripulación bastante experimentada que estaba haciendo una evaluación nocturna anual obligatoria». «Llevaban lentes de visión nocturna», añadió.
Donald Trump, este jueves, en una rueda de prensa en la Casa Blanca para hablar del accidente aéreo en Washington. Foto: REUTERSPor eso son muchas las dudas sobre qué puede haber ocurrido. No está claro cómo un avión de pasajeros con tecnología para evitar colisiones pudo chocar con el helicóptero sobre la capital del país.
El espacio aéreo que rodea Washington suele estar congestionado día y noche, con aviones volando a baja altura para aterrizar en el aeropuerto Ronald Reagan y helicópteros militares o civiles que transportan políticos de alto rango.
En un audio del servicio de tráfico aéreo se oye a los controladores preguntar reiteradamente al helicóptero si tenía «a la vista» el avión de pasajeros y justo antes del choque decirle que «pasara por detrás» del avión.
«Acabo de ver una bola de fuego y desapareció», se escuchó a un controlador decirle a otro después de que se cortara la comunicación con el helicóptero.
El avión, un Bombardier CRJ700 de American Eagle (filial regional de American Airlines) llevaba 60 pasajeros y 4 tripulantes cuando impactó contra un helicóptero en el que viajaban cuatro militares, al acercarse al aeropuerto Ronald Reagan, de Washington.
Con información de agencias
