No es el Monumental pero hay hinchas de River porque en el estadio Malvinas Argentinas de Mendoza se jugó con ‘neutrales’. Entonces, se escuchan una vez más los cánticos de disconformidad. “Movete, River, movete” y “pongan más huevo, pongan más corazón”, se oye para dejar en claro que el inicio de este 2025 del equipo de Marcelo Gallardo está lejos de lo deseado. Se le hizo difícil el partido, no solo porque Godoy Cruz se le plantó con dignidad, sino por las propias deficiencias del equipo de Núñez, que todavía está en proceso de encontrar un funcionamiento adecuado. El 0-0 no le cayó mal al ‘Tomba’, más allá que sigue sin ganar en el torneo Apertura, después de la quinta fecha.
Gallardo hizo una rotación y cambió medio equipo titular con respecto al último encuentro con Independiente. Salieron Montiel, Martínez Quarta, Acuña, Enzo Pérez, Aliendro y Lanzini e ingresaron Bustos, Pezzella, Casco, Kranevitter, Simón y Borja.
Cualquiera dirá que es exagerado marcar que River puede resentirse con varios cambios, teniendo en cuenta los nombres que entran y que tiene un plantel como para armar dos equipos competitivos. Y tiene razón. Pero cuando no hay conexión y las ideas no fluyen, en fútbol todo puede pasar. Y a este súper River, con grandes figuras, le cuesta arrancar. Quedó evidenciado una vez más en el Malvinas Argentinas de Mendoza.
Es que si bien el conjunto de Gallardo había arrancado como para llevarse puesto a su rival, con dinámica, con Simón filtrando pases a los delanteros, todo se diluyó rápidamente. El equipo enseguida entró en una nebulosa y cayó en la maraña de Godoy Cruz, que consciente de sus limitaciones, hizo muy bien los deberes en la primera mitad. Achicó bien las líneas, corrió y metió mucho, presionó alto. Y hasta complicó con las corridas de Bastián Yáñez por la izquierda, que hizo caminar a Fabricio Bustos por la cornisa de la roja.
Gallardo cambió el esquema al no jugar con Lanzini desde el inicio. Puso tres delanteros y armó un 4-3-3. Y si bien Driussi y Colidio no estuvieron estáticos en sus bandas e intentaron desmarcarse y hasta asociarse entre sí, en una punta o la otra, no hubo sintonía. A River le faltó conexión.
Para el segundo tiempo el Muñeco puso a Lanzini y también buscó más profundidad con Pity Martínez. Salió Driussi, lesionado y Galoppo, de floja actuación. Y mientras River reordenaba su mediocampo, los que crecían eran los medios de Godoy Cruz, sobre todo Fernández, que recuperaba y jugaba. Y Poggi se animó con un remate de afuera que Armani sacó al corner.
Gallardo tuvo que reacomodar otra vez esa zona y mandó a la cancha a Enzo Pérez y Aliendro. En un partido que se le presentaba favorable en la previa, ya que Godoy Cruz apenas había sumado un punto en el torneo y venía jugando mal, el Muñeco tenía que pensar y trabajar más de la cuenta para encontrarle la vuelta. Y terminó jugando con el Pity abierto por derecha y con Acuña (entró por Lanzini, lesionado) por la izquierda.
Con esa última versión del mediocampo River no mejoró tampoco. Pero sí generó a partir de la movilidad de Pity Martínez. Con dos remates suyos exigió a Petroli y otro de Acuña pasó cerca. Pero Godoy Cruz no se quedaba y también respondía de contra. Abrego exigió a Armani que volvió a salvar la caída de su valla. Pudo haber goles pero los arqueros los evitaron. El cansancio y el trajín se sintieron. Y el 0-0 fue festejado por Godoy Cruz y lamentado por River, claro.
