TEL AVIV.- Las incursiones terroristas de Hamas del 7 de octubre del año pasado fueron el puntapié para reactivar un conflicto latente en Medio Oriente, pero que con la participación activa del grupo terrorista Hezbollah en la frontera del Líbano con Israel, amenaza con escalar hacia una guerra regional sin precedentes.
Los enfrentamientos entre la organización libanesa Hezbollah y las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en la zona fronteriza elevaron la tensión. Esta semana, el grupo chiita lanzó una dura advertencia a Israel por el asesinato de su líder, Hassan Nasrallah, mediante un discurso grabado de su líder interino, el clérigo Naim Qassem, en el que afirmó que está preparado para un conflicto a gran escala si fuera necesario.
Hezbollah es experto en la guerra asimétrica, aunque no se puede verificar la información sobre la capacidad de combate del grupo porque no existen fuentes confiables. El grupo amplió su arsenal de armas a lo largo de los años, uno de los ejes de la tensión regional, y podría representar un desafío para el Ejército israelí. Las FDI tienen una capacidad militar poderosa y más convencional, pero Hezbollah también tiene una capacidad militar significativa, señalan expertos.
Hezbollah surgió durante la guerra civil del Líbano en la década de 1980, formado inicialmente para combatir la ocupación israelí del sur del Líbano, que duró hasta la retirada del Ejército israelí en 2000. Desde entonces, el ala militar de Hezbollah creció significativamente y se considera más fuerte que el Ejército nacional libanés.
Expertos afirman que la milicia cuenta con entre 15.000 y 20.000 combatientes entrenados, con el potencial de complementar esta fuerza con hasta 30.000 miembros a tiempo parcial.
La fuerza militar del grupo reside en su amplio arsenal, que va desde cohetes de artillería de corto alcance no guiados hasta misiles guiados de precisión.
Las estimaciones del stock de cohetes de Hezbollah varían entre 120.000 y 200.000 y, según el estudio del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés), Irán podría abastecer rápidamente a la milicia de Hezbollah en caso de guerra.
Los modelos claves en su arsenal incluyen los cohetes Raad, Fajr y Zilzal, de fabricación iraní, así como los cohetes Katyusha, de fabricación rusa.
Hezbollah también mejoró sus capacidades al equiparcohetes no guiados con sistemas de guía de precisión, lo que aumentó significativamente su exactitud y el nivel de amenaza para Israel. Se estima que con estas nuevas adquisiciones, el grupo terrorista podría llegar a cualquier parte de Israel.
El grupo tiene misiles antitanque avanzados, como el Kornet de fabricación rusa y el Toophan iraní, una versión de ingeniería inversa del misil TOW estadounidense. Estos misiles han demostrado ser eficaces contra los blindados israelíes, en particular durante la Guerra del Líbano de 2006. Además, Hezbollah usó ocasionalmente misiles tierra-aire y afirmó haber derribado drones israelíes, lo que indica cierto nivel de capacidad de defensa aérea.
Las capacidades antibuque de Hezbollah incluyen misiles Yakhont de fabricación rusa, demostrados con su ataque a un buque de guerra israelí en 2006. El grupo también utiliza drones para operaciones de reconocimiento y ofensivas, incluidos los modelos Ayoub y Mersad ensamblados localmente, que plantean un desafío al sistema de defensa de cúpula de hierro de Israel.
Los analistas creen que el grupo tiene capacidades militares comparables a las de un Estado europeo promedio, con armamento sofisticado y combatientes experimentados entrenados junto a las fuerzas rusas e iraníes.
Las FDI se encuentran entre los ejércitos más poderosos del mundo, según el Índice Gobal de Potencia de Fuego, una base de datos que evalúa factores como el número de tropas, el armamento, la tecnología y los recursos financieros.
Las FDI cuentan con tecnología, una infraestructura de apoyo integral y una estructura de mando bien organizada. Tienen unos 173.000 soldados activos y ya llamaron a 360.000 reservistas adicionales en respuesta a las recientes escaladas en Gaza y el Líbano.
El Ejército de Israel cuenta con un presupuesto de aproximadamente 24.300 millones de dólares y un amplio apoyo de Estados Unidos, que incluye tecnología militar avanzada y financiación.
El arsenal de las FDI incluye alrededor de 2200 tanques, principalmente la plataforma Merkava, apoyados por alrededor de 300 piezas de artillería remolcadas, 650 cañones autopropulsados y 300 sistemas de artillería de cohetes como el Sistema de Lanzamiento Múltiple de Cohetes M270 desarrollado en Estados Unidos.
La Fuerza Aérea israelí, considerada la más fuerte de la región, está equipada con 612 aviones de combate. Opera aviones avanzados, incluidos aviones de combate Kfir, una gran flota de aviones no tripulados y aviones F-16 y F-35 Lightning II obtenidos de Estados Unidos.
Además, las FDI cuentan con un stock de “municiones merodeadoras” autónomas, conocidas como drones suicidas, incluidos los modelos Harop y Harpy, que pueden rastrear y eliminar objetivos en movimiento.
Las FDI también son conocidas por sus fuerzas especiales, como la unidad Sayeret Matkal, que desempeña un papel crucial en la lucha contra el terrorismo y en operaciones contra objetivos de alto valor. Estas fuerzas probablemente serían fundamentales en cualquier conflicto a gran escala con Hezbollah, centrándose en neutralizar a los combatientes de alto rango y rescatar a los israelíes capturados.
El presupuesto de defensa de Israel y su avanzado armamento militar le otorgan una ventaja significativa en la guerra convencional. Sin embargo, la capacidad de Hezbollah para lanzar extensas andanadas de cohetes, llevar a cabo una guerra de guerrillas y utilizar escudos humanos representa una amenaza única y desafiante para la seguridad israelí.
Agencias AP, AFP y Reuters
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