ESTAMBUL.- El encarcelado fundador y líder histórico del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdullah Öcalan, hizo este jueves un llamado a la disolución del movimiento armado, que lleva décadas en conflicto con Turquía, y urgió a sus miembros a deponer las armas.
“Todos los grupos deben deponer las armas, y el PKK debe disolverse”, expresó Öcalan en una declaración que fue leída en Estambul por diputados kurdos, quienes acababan de visitarlo en la prisión de máxima seguridad en la que se encuentra recluido bajo régimen de aislamiento desde hace 26 años.
A sus 75 años, Öcalan aseguró que esta declaración es su respuesta a las autoridades turcas y a “otros partidos” tras el inicio de un proceso de diálogo que comenzó hace algunos meses por el principal aliado del presidente Recep Tayyip Erdogan, el ultranacionalista Devlet Bahceli.
“El llamamiento hecho por el señor Devlet Bahceli, así como la voluntad expresada por el presidente y las respuestas positivas de otros partidos políticos a este llamado, han creado un entorno propicio en el que lanzo mi propio llamamiento a deponer las armas y asumo la responsabilidad histórica de este acto”, señaló.
Y agregó: “Convoquen su congreso y tomen una decisión: todos los grupos deben deponer las armas y el PKK debe disolverse”.
Fundado en 1978 por Öcalan, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) nació como una organización política y armada con el objetivo inicial de luchar por la creación de un Estado kurdo independiente en el sureste de Turquía.
Influenciado por ideologías marxistas-leninistas, el PKK adoptó la lucha armada en 1984, en un contexto de represión por parte del gobierno turco hacia las comunidades kurdas, que enfrentaban la negación de su reconocimiento cultural, lingüístico y político. Este conflicto, conocido como la “guerra kurda”, se ha extendido por más de cuatro décadas, dejando más de 40.000 muertos, entre combatientes y civiles, y desplazando a cientos de miles de personas. La violencia ha devastado la infraestructura en las regiones afectadas, generando además una profunda polarización política y social en Turquía.
El PKK ha sido designado como grupo terrorista no solo por Turquía, sino también por la Unión Europea, Estados Unidos y otros países debido a sus tácticas violentas, incluyendo atentados suicidas, emboscadas a fuerzas de seguridad y ataques a civiles. Sin embargo, el PKK sigue siendo una figura importante en la política kurda, y ha logrado mantener su presencia tanto en Turquía como en áreas vecinas, como el norte de Siria e Irak, donde sus fuerzas han logrado expandirse y obtener apoyo de diversas facciones kurdas.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades turcas por erradicar al PKK, incluyendo la captura de su líder en 1999 y su encarcelamiento, el grupo ha logrado mantenerse como una de las principales fuerzas de resistencia kurda en la región.
Agencia AFP