WASHINGTON.- La bolsa de Nueva York abrió este lunes con una fuerte baja, marcada por un ambiente de cautela entre los inversionistas. La publicación del índice de inflación, prevista para el miércoles, genera incertidumbre sobre las futuras decisiones de la Reserva Federal, mientras que la creciente preocupación por la guerra comercial iniciada por Washington con sus principales socios internacionales agrega presión a un clima económico ya volátil.
En los primeros intercambios, el índice Dow Jones cayó un 1,21%, el Nasdaq un 1,96% y el S&P 500 un 1,46%.
Las declaraciones del presidente Donald Trump durante el fin de semana no hicieron sino aumentar la preocupación en los mercados. En una entrevista transmitida el domingo, el mandatario se mostró reticente a hacer predicciones sobre el futuro económico de Estados Unidos, especialmente en relación con la posibilidad de una recesión.
Ante una pregunta directa de la cadena Fox News sobre si la economía estadounidense podría enfrentar una recesión en 2025, Trump evitó dar una respuesta concreta, señalando que no le gusta realizar ese tipo de pronósticos.
“Detesto predecir cosas como esas”, afirmó, agregando que, aunque no podía asegurar lo que sucederá, estaba convencido de que el país está atravesando un “período de transición”.
Según él, lo que está llevando a cabo su administración es un proceso “muy grande” para “traer de vuelta la riqueza a Estados Unidos”, un proceso que, a su juicio, requiere tiempo para materializarse.
Estas declaraciones, lejos de calmar a los inversionistas, profundizaron la incertidumbre y aumentaron la cautela en los mercados.
“Creo que es la actitud temeraria de Trump hacia la política económica lo que está sacudiendo la confianza”, opinó Kyle Rodda, analista de mercados financieros de Capital.com. “A diferencia de su primer mandato, donde las señales de desaceleración económica o correcciones del mercado implicaban un cambio en la política, ahora parece genuinamente enfocado en un cambio estructural de la economía, aunque eso venga a expensas del crecimiento a corto plazo”, agregó.
Por otro lado, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, adoptó una postura mucho más clara al abordar la posibilidad de una contracción económica. En una entrevista en el programa Meet the Press de la cadena NBC, el funcionario respondió tajantemente: “Absolutamente no”, cuando se le preguntó si los estadounidenses debían esperar una recesión.
Mientras tanto, la imposición de aranceles y las amenazas de tarifas comerciales de Trump, que incluyen una nueva advertencia a Canadá sobre aranceles recíprocos a productos lácteos y madera, continúan afectando los mercados financieros estadounidenses, sumiendo a los inversionistas en un mar de incertidumbre.
En este sentido, Mark Carney, designado jefe del Partido Liberal en Canadá este fin de semana para suceder al primer ministro Justin Trudeau, declaró que mantendría las medidas de reciprocidad contra Estados Unidos. “No podemos permitir que Trump gane”, advirtió el domingo durante su discurso de victoria en Ottawa. “Los estadounidenses quieren nuestro país”, añadió, y planteó que Canadá debe “construir una nueva economía y crear nuevas relaciones comerciales”.
A esto se sumó la entrada en vigor de los aranceles de Pekín del 10-15% sobre algunos productos agrícolas estadounidenses, como represalia a la medida estadounidense de duplicar los aranceles sobre todas las importaciones chinas al 20%. Este ajuste de tarifas se basa supuestamente en la incapacidad de Pekín para frenar el flujo de fentanilo, la droga sintética responsable de alrededor de 100.000 muertes anuales en Estados Unidos. Productos como soja, sorgo, carne de cerdo y res, mariscos, frutas, verduras y productos lácteos están sujetos a una tasa del 10%, mientras que las aves, el trigo, el algodón y el maíz están en el grupo con la tasa del 15%. Según los analistas, la represalia de Pekín busca golpear la base electoral de Trump, pero con suficiente espacio para permitir una futura negociación comercial.
En este contexto, Wall Street experimentó su peor semana bursátil desde las elecciones presidenciales de noviembre pasado, mientras que una serie de datos económicos negativos continuó el viernes. Las cifras mensuales mostraron que el mercado laboral creó menos empleos de lo esperado en febrero, el primer informe de nóminas bajo las políticas de Trump.
Además, los índices de confianza de los consumidores estadounidenses en la economía cayeron, mientras los compradores, ya desalentados por años de inflación, se cuestionan si los aranceles incrementarán los precios de los productos que adquieren.
“Los agentes de mercado están perdiendo la fe en la idea de que el presidente Trump evitará una caída del mercado al revertir sus políticas, si esas políticas son la causa material de la caída de los precios de las acciones”, concluyó Patrick O’Hare, de Briefing.com, en un análisis.
Entre los principales perdedores del día se encuentra Tesla, la pionera de los autos eléctricos fundada por el cercano asesor de Trump, Elon Musk, que experimentó una caída superior al 8% en Wall Street el lunes, debido a ventas débiles y a la caída generalizada de los valores tecnológicos.
Hacia las 15 GMT, las acciones de la compañía fundada por Musk perdían un 8,87%, ubicándose en 239,51 dólares por acción. De este modo, Tesla ahora tiene un valor que es la mitad de lo que alcanzó en diciembre, poco después de la elección de Trump, y su capitalización bursátil ha bajado a 700.000 millones de dólares.
Además de Tesla, las otras seis grandes tecnológicas más seguidas por el mercado también registraron fuertes pérdidas: Alphabet (-4,06%), Amazon (-2,60%), Meta (-3,74%), Apple (-3,97%), Microsoft (-2,22%) y Nvidia (-3,47%) se encontraban claramente en números rojos.
Agencias AFP, ANSA y Reuters