Gran Premio de Argentina de MotoGP: cómo es por dentro la fiesta que revoluciona a Termas de Río Hondo

Bienvenidos al taller de motos más limpio del mundo. Acá no hay una mancha de grasa, una tuerca tirada en el piso ni un destornillador fuera de lugar. En el medio, inmaculada y lista para salir a la pista, una moto de más de 250 caballos de potencia, de la máxima categoría de motociclismo: el MotoGP.

Entramos al boxes de Honda HRC Castrol por la zona del paddock. Este es el lugar por el que se mueven los pilotos, técnicos e ingenieros de todos los equipos. Arriba de la puerta de entrada está el nombre de Joan Mir, el piloto español campeón del mundo en 2020 al que pertenece este box.

El camino a boxes es laberíntico y huele a nafta. Todo está ploteado con los nuevos colores oficiales del equipo: rojo, azul y blanco. En el medio se ven neumáticos y distintas piezas de recambio para el fin de semana.

Entramos al taller y la persiana que separa boxes con el pit lane está baja. El lugar es un quirófano para motos. La luz es tenue a los alrededores e intensa sobre las motos. Caminamos alrededor de dos de ellas que tienen estampado el número 36 del español.

Uno de los ingenieros da algunos datos sobre la Honda RC213V, una bestia con más de 250 caballos de fuerza. «No podemos medir cuántos más tiene», dice el mecánico español. Esta moto aquí en Termas de Río Hondo anda a unos 330 km/h en la recta más larga y alcanza los 350 km/h en la pista de Mugello, en Italia. También explica algunos detalles que no se perciben desde las tribunas ni la televisión.

De cerca, lo más impactante de los vehículos de MotoGP es que mantienen la esencia de una moto -deportiva de alta gama- que se podría ver en la calle. Esto no funciona de la misma manera en la Fórmula 1, la categoría análoga del automovilismo. Los monoplazas no tienen nada que ver con los autos de las marcas que representan.

En MotoGP, el manillar tiene dos diferencias con el de una moto común. A la izquierda hay un botón con el que se pueden elegir tres tipos diferentes de mapeo que configura el equipo en la moto como, por ejemplo, un rendimiento para cuidar los neumáticos, otro para ser más rápido y un tercero por si el desgaste de las cubiertas es alto y lo que se necesita es mejorar el agarre y el frenado.

La otra función que también se puede controlar desde el manillar es la palanca para activar el holeshot. Este es un dispositivo que permite bajar la suspensión trasera de la moto en las curvas y lograr mayor aceleración a la salida. Lo mismo se puede hacer con la delantera, únicamente en la largada.

Otra funcionalidad extra es, del lado derecho del manillar, un bloqueador de punto muerto para evitar el neutrazo en la largada. Es decir, cuando los pilotos activan esa función, la moto sí o sí va a estar en cambio.

Alrededor de las motos, hay poco espacio pero el orden es absoluto. Cada una de las herramientas que se usan están guardadas en un mueble a medida para cada una. Lo mismo ocurre con los enchufes: hay la cantidad necesaria con distintas fichas y potencias.

Más atrás están las computadoras que usan los ingenieros para ir monitoreando los ritmos de carrera, los datos del tiempo y definir las estrategias.

Salimos de los boxes y afuera nos encontramos con el otro piloto del equipo Honda, el italiano Luca Marini, que está subido a una Honda Navi, el modelo más compacto y económico de la marca en Argentina.

Acá es donde muchos fanáticos esperan entre sesión y sesión enganchar a alguno de sus ídolos para pedirles una selfie, autógrafo o incluso un souvenir. Uno de los más buscados por los chicos son las protecciones de los trajes que usan los pilotos, que se pueden sacar. Obviamente, se las llevan firmadas.

Del otro lado del paddock está la calle de boxes y es otro de los platos fuertes que trae la experiencia MotoGP. Acá es donde se entra en contacto directo con el circuito y lo primero que impresiona es la perfección del asfalto, que parece una alfombra.

La sensación de caminar por la calle de boxes con todas las motos paradas frente a su box es similar a la de pisar el césped de una cancha de fútbol o estar en el lugar exacto donde se filmó la escena de una película famosa. Acá es donde se vive y se respira MotoGP.

El plus lo dan los pilotos que también se mueven por este sector, a metros del público. Y uno de los que aparece es el favorito de la gente, Marc Marquez. “Olé, olé, olé, Marquez, Marquez”. El español saluda y se mete al garaje. Se pueden ver los diálogos con los ingenieros de Ducati, hasta que alguien en el equipo indica que es el momento de tener más privacidad y ordena bajar las persianas.

Los otros grandes atractivos del circuito, además de ver las pruebas, clasificación y carreras, obviamente, son los stands de las marcas. Las de motos aprovechan para hacer anuncios de lanzamientos y mostrar los modelos más fuertes. Las demás, para promocionar y vender productos, como cascos, camperas y guantes.

Capítulo aparte es el VIP. En este lugar, quienes compraron el pase más caro pueden acceder al sector exclusivo de MotoGP donde se ofrece comidas, bebidas y la posibilidad de ver la carrera con aire acondicionado, wifi, bajo techo y detrás de un vidrio.

Todo pasa a un segundo plano cuando las motos de la categoría principal se posicionan en la grilla de partida y se larga el sprint. Ahí la atención está puesta pura y exclusivamente en la pista. Y el espectáculo otra vez lo da Marquez, que gana la carrera del sábado y después se va a festejar con los fans sobre un escenario con una bandera argentina gigante de fondo.

Termas de Río Hondo no duerme desde la noche del jueves. Motos todo el tiempo en todos lados, escapes tirando explosiones, motores al corte, música a todo lo que da y miles y miles de personas que se mueven de un lado al otro. Solo una cosa funciona como ordenadora de este festivo caos y es el cronograma de actividades en el circuito donde se corre el Gran Premio de la República de Argentina del MotoGP.

Viernes, sábado y domingo hay una peregrinación masiva desde la ciudad y sus alrededores hasta el Circuito Internacional de Termas de Río Hondo. El trayecto que normalmente se hace en 10 o 15 minutos puede demandar una hora. Por momentos el camino es a paso de hombre, sobre todo para los que no van en moto.

Ya desde temprano la cantidad de gente es impresionante. El sábado el circuito ofreció actividad desde las 8.40 con las prácticas de Moto3, Moto2 y MotoGP, en ese orden.

Este domingo la actividad en el circuito arranca a las 9.45. El Gran Prix a 25 vueltas es a las 15.

Las tribunas, colmadas. Se estima que cerca de 190.000 espectadores vinieron a la décima edición del Gran Premio en Santiago del Estero.

Adentro, la oferta de experiencias es mayor proporcionalmente a lo que uno esté dispuesto a pagar. Desde $ 47.000 el campo o la tribuna más barata a $ 2.030.000 la zona vip.