Desde que el ex candidato opositor al chavismo Edmundo González Urrutia fue asilado en Madrid, hace diez días, las relaciones entre España y Venezuela se están desgastando a la velocidad de la luz.
Este miércoles, mientras en Caracas la Asamblea Nacional -el Parlamento venezolano- apuraba su pedido formal al presidente Nicolás Maduro para que corte el vínculo diplomático y comercial con España, el Senado español, donde el Partido Popular (PP) cuenta con mayoría absoluta, se disponía a reconocer la legitimidad de González Urrutia como presidente electo de los venezolanos.
A esta tensión diplomática se suma la detención de dos ciudadanos españoles en Venezuela, acusados de integrar un complot para atentar contra el presidente Maduro, y el pedido de explicaciones por parte de España.
Venezuela votó el 28 de julio y aunque la oposición liderada por María Corina Machado asegura que su candidato, Edmundo González Urrutia, ganó con el 70 por ciento de los votos, Nicolás Maduro se autoproclamó vencedor sin dar a conocer las actas electorales que le reclama la comunidad internacional para reconocer el resultado de las urnas.
La iniciativa que el PP concretará este miércoles en el Senado es una réplica de la que llevó a cabo la semana pasada en el Congreso de los Diputados, donde también logró aprobar el reconocimiento del ex candidato opositor como presidente legítimo.
Y es gemela de que llevará la semana que viene al Parlamento Europeo, donde espera cosechar la misma adhesión que tuvo en España.
Una delegación de la oposición venezolana exiliada en Madrid, encabezada por el líder Leopoldo López, estuvo presente en el debate.
En las puertas del Senado, una manifestación de venezolanos reclamaba, tal como hicieron la semana pasada frente al Congreso, la legitimidad de Edmundo González Urrutia como presidente electo.
La posición de la UE
Hasta ahora, y al igual que los 26 países restantes que integran la Unión Europea, el gobierno de Pedro Sánchez solicita que las actas electorales, donde figura cómo votaron los venezolanos, sean públicas. Mientras tanto, no reconoce la victoria de Maduro ni le adjudica el triunfo a González Urrutia.
Sin embargo es inevitable que la propuesta del PP, que sólo se traduce en un gesto simbólico y de presión hacia Sánchez, añada combustión a la hoguera en la que se están consumiendo las relaciones bilaterales entre España y Venezuela.
Además, el PP subirá la apuesta en el Senado y, como principal partido de la oposición, le pedirá al gobierno de coalición PSOE-Sumar que se posicione a favor de sancionar al régimen de Maduro. Y que solicite, ante la Fiscalía del Tribunal Penal Internacional, su detención por considerarlo autor de crímenes de lesa humanidad.
Varios de sus líderes, como los ex presidentes Mariano Rajoy y José María Aznar, ya se reunieron con el ex candidato opositor González Urrutia. El actual presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, lo hizo el martes, ante las cámaras, y en la puerta del Congreso.
Españoles detenidos en Venezuela
Durante el fin de semana se conoció la detención de dos ciudadanos españoles por parte del régimen de Maduro, que los acusa de ser miembros del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de España y de integrar, junto a otros estadounidenses también detenidos, una célula terrorista.
Se trata de Andrés Martínez Adasme, de 32 años, y de José María Basoa Valdovinos, de 35, dos amigos vascos que, según sus familias, estaban de vacaciones en Venezuela. No había noticias de ellos desde el 2 de septiembre y el domingo 8 debían subirse al avión que los traería de regreso a España. Pero nunca embarcaron.
El martes, el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, se comunicó telefónicamente con el canciller venezolano, Yvan Gil, para confirmarle que los españoles detenidos “no tienen vinculación con organismos españoles y mucho menos con el CNI”.
Pero en un comunicado que circuló a través de sus redes sociales, el canciller Gil aseguró: “Hemos desmantelado y develado un plan terrorista, que buscaba atentar contra el pueblo, asesinar al presidente, a la vicepresidenta y a otros funcionarios, dirigido por un militar activo estadounidense y con implicados de origen español que han sido señalados públicamente por nuestro Ministerio de Interior, Justicia y Paz”.
Gil insistió: “Las investigaciones preliminares comprometen a estos ciudadanos españoles en los actos terroristas, quienes además tienen vínculos con el Centro Nacional de Inteligencia español, así se lo he trasladado directamente al ministro Albares”.
“Venezuela no tolerará una escalada en las agresiones e injerencias desde España, que en los últimos años se ha convertido en refugio de terroristas y delincuentes vinculados al fascismo en nuestro país”, agregó el canciller.
“Dictadura”
La tensión entre España y Venezuela se profundizó, además, hace unos días, después de que la ministra de Defensa, Margarita Robles, se refiriera al régimen de Maduro como “una dictadura”, definición que el gobierno de Sánchez esquiva verbalizar.
El mismo Sánchez se reunió con el ex candidato opositor González Urrutia apenas regresó de un viaje oficial a China. Pero lo hizo en un contexto despojado de institucionalidad. Lo citó en el Palacio de la Moncloa pero sólo se los vio caminar por los jardines. No estuvieron escoltados por banderas ni acompañados por el ministro de Relaciones Exteriores, toda una señal de no respaldo oficial al reconocimiento del opositor al chavismo como legítimo presidente de los venezolanos.