KIEV.- Las alarmas antiaéreas sonaron a la 1 de la madrugada del martes en esta capital y la población volvió a protegerse en refugios ante un nuevo ataque masivo de Rusia sobre varias ciudades de Ucrania, justo en momentos en que Estados Unidos y Europa reformulaban el acuerdo de paz de 28 puntos que el Kremlin acordó con la Casa Blanca para poner fin a la guerra.
“Debemos ser conscientes de que Rusia no aliviará su presión sobre Ucrania. En estos días y semanas, es esencial tomar muy en serio las alertas de ataques aéreos y todas las amenazas de ataques similares”, había dicho el presidente Volodimir Zelensky en X apenas horas antes del ataque.
En la madrugada de Kiev pudieron escucharse explosiones después de que Rusia lanzara drones Shahed y misiles Kinzhal a distintas ciudades del país. El despegue de aviones MIG-31 también disparó una alarma de misiles balísticos en todo el país. Como consecuencia de los ataques a territorio ucraniano, al menos seis personas murieron y hay ocho heridos.
Citado por The Kyiv Independent, el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, informó que varios edificios residenciales de varios pisos resultaron dañados en el barrio de Pecherskyi. Un edificio residencial en el barrio de Dniprovskyi también se incendió en medio del ataque ruso. La primera alerta en Kiev duró dos horas y media y más tarde hubo una segunda alerta que duró otras dos horas.
Las autoridades dijeron que el objetivo del ataque eran infraestructuras energéticas, el principal objetivo de Rusia en las últimas semanas, que busca dejar a Ucrania a oscuras y sin calefacción ante la llegada del invierno. También se registraron ataques en las regiones de Zaporizhzhia y Kharkiv.
“Entendemos claramente con quién estamos lidiando, y todas las órdenes necesarias han sido emitidas dentro de la Fuerza Aérea y en todos los demás componentes de las Fuerzas de Defensa y Seguridad de Ucrania. Reaccionaremos”, continuó el presidente ucraniano.
“Y sería justo para todos nuestros socios –especialmente para el lado estadounidense– tomar en cuenta la amenaza que su propia inteligencia también ve. Si hay negociaciones, si hay un compromiso constructivo, si realmente estamos poniendo fin a la guerra –entonces no debe haber misiles, no debe haber ataques masivos contra Ucrania, contra nuestra gente–. Esto puede asegurarse efectivamente por aquellos que realmente son fuertes en el mundo”, finalizó.
La alarma antiaérea pudo sentirse en un hotel céntrico de Kiev, en el que hay periodistas y miembros de ONG de distintas partes del mundo. Apenas segundos después la app confirmaba la alerta y ordenaba a todos a buscar refugios. Los ucranianos, que la mayoría de las veces siguen como si nada cuando llega la alerta, dijeron que esta vez se esperaba un ataque intenso, y que era recomendable bajar al refugio hasta que pase la alarma.
El nuevo ataque llega en un momento particularmente difícil para Ucrania. Este lunes por la tarde, el ruido de un gigantesco generador era la banda sonora en Plaza Maidan, epicentro de todos los momentos políticos de Kiev. La zona había sufrido un apagón, como buena parte de la ciudad, donde los ucranianos conviven con hasta 16 horas diarias sin luz y hacen malabares para poder seguir adelante con su vida cotidiana. En muchas escuelas, los niños van a clases en aulas subterráneas, para no tener que interrumpirlas con las alertas.
El nuevo ataque es también todo un mensaje de Putin en momentos en que Europa y Estados Unidos acordaban cambios en el acuerdo de paz de 28 puntos que Trump acordó con Rusia y le presentó a Kiev la semana pasada. El acuerdo original imponía amplias concesiones a Ucrania, donde la población lo ve como una “capitulación”.
Una analista ucraniana de una agencia independiente que investiga los servicios de seguridad rusos dijo que en Ucrania todos entienden que el plan original fue redactado por los rusos, y filtrado intencionalmente a la prensa norteamericana. El timing, justo en un momento en el que Zelensky enfrenta un escándalo de corrupción no sería casual, si no una acción del Kremlin para profundizar la inestabilidad política, y eventualmente conseguir el cambio de gobierno de Kiev, uno de sus objetivos. Entre los 28 puntos figuraba la necesidad de celebrar elecciones en los próximos 100 días en Ucrania.
Oleksandra Romantsova, directora ejecutiva del Centro de Libertades Civiles, un organismo de derechos humanos que en 2022 ganó el Nobel de la Paz, se mostró crítica con el acuerdo de paz en un encuentro con medios en el que participó LA NACION. En su opinión, Rusia no reconoce a Ucrania como un Estado independiente y busca mantenerla bajo control político. Por eso, cualquier “paz” firmada bajo esas condiciones sería solo una pausa táctica para Moscú.
“Nunca tendremos los mismos recursos que Rusia, nosotros solo podemos tener justicia”, dijo.
La activista explicó que para Ucrania la justicia es crucial porque la agresión rusa forma parte de un proyecto colonial que niega la independencia ucraniana. “Ucrania y Rusia tienen mucha historia común. Si nosotros demostramos que podemos vivir en democracia, eso significa que los rusos también pueden, y eso para Putin es una amenaza”, dijo Romantsova. Por eso, explicó, Rusia persigue especialmente a líderes cívicos, periodistas y activistas.
Ucrania también lanzó en la madrugada del martes un ataque aéreo sobre territorio ruso que dejó tres muertos y ocho heridos en la región de Rostov, según informó el gobernador local, Yuri Sliusar. El bombardeo alcanzó los distritos de Taganrog y Neklinovski.
La ofensiva también se extendió a la vecina región de Krasnodar, frente al mar Negro, donde se registraron seis heridos y daños en al menos 20 viviendas distribuidas en cinco municipios. Su gobernador, Veniamin Kondratiev, afirmó que “esta noche, Krasnodar ha sufrido uno de los ataques más intensos y masivos del régimen de Kiev”, al dar cuenta del alcance del operativo ucraniano sobre la zona.
