De Paul y el español Rodri, tras el sueño de Maradona y Cantona: los futbolistas amenazan con un paro por el “inhumano” calendario europeo

En 1995, Diego Armando Maradona fundó un sindicato de jugadores que se llamó Asociación Internacional de Futbolistas Profesionales. «El jugador de fútbol es lo más importante y vamos a defender sus reivindicaciones hasta la muerte», decía el 10, que no se rodeó de tibios. A su lado estaba nada menos que el francés Éric Cantona, un hombre de armas tomar. Y los acompañaban otros pesos pesados como el búlgaro Hristo Stoichkov, Ciro Ferrara, Gianluca Vialli y Gianfranco Zola por Italia y hasta los brasileros Bebeto y Rai que se enfrentaron directamente con Joao Havelange, el hombre fuerte del país carioca que estuvo 24 años al frente de la FIFA. Casi tres décadas después, el río vuelve a sonar. Y ahora, con Rodrigo de Paul y el español del Manchester City Rodri a la cabeza, los jugadores amenazan con un paro por el «inhumano» calendario de partidos que los azota en Europa.

Este martes arrancó la nueva súper Champions que reparte premios por 2.467 millones de euros a cambio de un calendario cada vez más apretado para los futbolistas. ¿Qué tanto? Los jugadores que lleguen a las instancias finales y se sumen a los compromisos con sus países, estarán otra vez jugando alrededor de 50 partidos en el año, más de un encuentro por semana. El caso paradigmático es el de Julián Álvarez que en 2024, entre los compromisos de Manchester City y la Selección Argentina, fue convocado a 83 encuentros y jugó 75. A ese desgaste inhumano, hay que sumarle los viajes inter oceánicos.

Los primeros en levantar al voz fueron los jugadores del Manchester City, uno de los máximos animadores en Europa del último lustro. «Por mi experiencia puedo decir que jugar 60 o 70 partidos no es lo óptimo», dijo el Rodri, el héroe de la final de 2023.

«Un jugador quizá pueda estar al máximo nivel si disputa entre 40 y 50 partidos, luego bajará el rendimiento. Este año quizá lleguemos a los 80, y en mi humilde opinión esto es demasiado», siguió el español que advirtió

«No todo puede ser marketing, lo importante es la calidad del espectáculo. Es una opinión extendida entre los jugadores. Si todo sigue así, no tendremos otra opción (que ir a la huelga)», se sinceró el españo.

Otro que tiró la bronca en la previa del cruce con el Inter de Lautaro Martínez fue su compañero Akanji: «Es complicado si sumamos la liga. Y luego viene el Mundial de Clubes: ¿cuándo tendremos vacaciones?», despotricó Akanji.

El Mundial de Clubes XL de la temporada que viene parece ser la gota que rebalsó el vaso: «No le pueden pagar al Real Madrid por un campeonato lo que gana en un partido», dijo Ancelotti cuando se lanzó el formato, poniendo en duda la participación del Merengue. Aunque después tuvo que recular y explicar que «no había dicho eso».

El informe de Football Benchmark, una plataforma de análisis digital aplicado específicamente al fútbol, que fue desarrollada por la consultora Ace Advisory, responde el «cuándo vamos a tener vacaciones» de Akanji: en la temporada pasada, algunos jugadores vieron reducido su tiempo libre a solo el 12% del año, lo que equivale a menos de un día completo de descanso por semana, algo que contraviene las normas internacionales de Seguridad y Salud en el Trabajo.

Según detalla el trabajo, los jugadores que disputaron la Eurocopa, estuvieron el 88% del año «adentro de los clubes». Sus días de descanso entre una temporada y otra fueron apenas cuatro, contra los 33 de los que no jugaron el certamen continental.

Otro de los problemas que le quita tiempo de descanso a los jugadores, según FIFPro, son los traslados tanto para jugar copas con los clubes como para sumarse a las selecciones. De los 10 futbolistas que más tiempo dedicaron a «moverse», nueve son sudamericanos (la única excepción es el japonés Hidemasa Morita, del Sporting de Lisboa) y seis de eso son argentinos.

En la cima de ese escalafón aparece el cordobés Cristian Romero (Tottenham), quien destinó 211 horas a realizar 25 viajes, en los que recorrió 162.978 kilómetros. Lo sigue su comprovinciano Julián Álvarez y su temporada en el Manchester City (204 horas y 153.869 kilómetros en 39 viajes), y tercero figura Rodrigo De Paul, de Atlético de Madrid (198 horas y 150.480 kilómetros en 32 viajes).

Los viajes no son el único aspecto que preocupa al sindicato y que fue abordado en su reporte. La cantidad de partidos ha crecido y en muchos casos supera holgadamente los 55 por temporada, que es el límite recomendado por los especialistas consultados por FIFPro. En el análisis de la campaña 2023/24, la cantidad de convocatorias y de encuentros disputados resultó alarmante. El líder en ese ranking fue Julián Álvarez, quien jugó más que nadie en el mundo.

En muchos casos, los jugadores que aparecen dentro de estas estadísticas superan los 55 partidos. Pero el caso de Julián Álvarez es elocuente: la temporada pasada fue convocado a 83 partido y jugó 75. Eso, sumado a los viajes Europa-Sudamérica-Europa para sumarse a la Selección.

El que no anduvo con vueltas respecto de la situación fue Rodrigo De Paul. En la conferencia de prensa previa al debut del Atlético de Madrid en la flamante nueva Champions League, anduvo «sin mordaza» como lo describieron en España.

«Este año hubo competición con la Selección, el próximo año es el Mundial de Clubes y después la Copa del Mundo. Parece que si todo va bien durante algunos años no vamos a tener muchas vacaciones. Creo que es un caso para analizar», siguió el ex Racing que hizo hincapié en la salud mental del futbolista: «No dejamos de ser seres humanos y al final todo tiene un proceso de recuperación. Creo que también hay un punto mental al que no se le da mucha importancia, ¿no?».

Y hasta Javier Tebas, el presidente de LaLiga de España está de acuerdo con la moción: «Tiene razón Rodri. SI la huelga sirve para solucionar la acumulación de partidos, bienvenido sea», dijo el directivo y apuntó a que el Mundial de Clubes «no exista».

De Paul apoyó la idea de la huelga que planteó Rodri, que empieza a tomar forma. Apenas hay algunos disidentes, como el argentino Nicolás González que planteó una visión distinta: «Jugar tantos partidos nos hace bien».

En 1995, cuando el sindicato de futbolistas apeló por los derechos de los jugadores, la respuesta de Havelange fue contundente: «Que jueguen y se callen la boca». “Tenemos que luchar por un gremio fuerte, porque la gente no va a la cancha por los dirigentes”, decía Maradona entonces. Habrá que ver si ahora De Paul y Rodri pueden ser la punta de lanza para hacer realidad el sueño de Diego y Cantona.