JERUSALÉN.- Después de que el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, anunciara una “nueva fase” de la guerra y tras un aparente ataque de su país que provocó explosiones en miles de dispositivos electrónicos en el Líbano, la amenaza de un combate abierto entre Israel y Hezbollah está más cerca que nunca.
Las esperanzas de encontrar una solución diplomática al conflicto parecían disiparse con rapidez ante los indicios de que Israel quería cambiar el status quo en el norte del país, donde cruza fuego con Hezbollah desde que el grupo terrorista comenzó a atacar el 8 de octubre, al día siguiente de que el asalto de Hamas diera comienzo a la guerra en la Franja de Gaza.
En los últimos días, Israel desplazó un potente contingente militar a la frontera norte, las autoridades han endurecido sus mensajes y el gabinete de seguridad del país declaró que el regreso de decenas de miles de personas desplazadas a sus hogares en el norte de Israel es un objetivo oficial de la guerra.
Aunque los combates diarios entre Israel y Hezbollah han escalado en varias ocasiones, los dos rivales acérrimos han tenido cuidado de evitar una guerra abierta.
Eso parecía estar cambiando, especialmente después de las explosiones de beepers, handies y otros dispositivos en el Líbano el martes y el miércoles, que mataron al menos a 20 personas e hirieron a miles en un sofisticado ataque que Hezbollah atribuyó a Israel.
“Uno no hace algo así, ataca a miles de personas, y piensa que no hay una guerra en camino”, dijo el general de brigada retirado israelí Amir Avivi, que lidera el Foro Israelí de Defensa y Seguridad, un grupo de excomandantes militares de tendencia belicista. “¿Por qué no lo hemos hecho en 11 meses? Porque aún no estábamos dispuestos a ir a la guerra. ¿Qué ocurre ahora? Israel está listo para la guerra”.
Mientras remiten los combates en Gaza, Israel fortificó posiciones a lo largo de la frontera con el Líbano, lo que incluyó la llegada esta semana de una potente división del Ejército que participó en algunos de los combates más intensos en Gaza.
Se cree que la 98va División tiene miles de soldados, incluidas unidades de infantería de paracaidistas y comandos de élite y artillería entrenados especialmente para trabajar tras las líneas enemigas. Su despliegue fue confirmado por un funcionario informado del tema que habló bajo condición de anonimato para comentar movimientos de tropas.
Esa división jugó un papel crucial en Gaza al liderar las operaciones del ejército en la ciudad sureña de Khan Yunis, un bastión de Hamas. La ofensiva causó fuertes pérdidas sobre combatientes y túneles de Hamás, pero también provocó daños masivos, desplazó a miles de palestinos y causó decenas de muertes de civiles. Israel dice que el grupo terrorista palestino pone en peligro a los civiles al ocultarse en zonas residenciales.
El Ejército también dijo que había hecho varias maniobras esta semana a lo largo de la frontera.
“La misión está clara”, dijo el mayor general Ori Gordin, que lidera el Comando Norte de Israel. “Estamos decididos a cambiar la realidad de seguridad lo antes posible”.
Los movimientos militares se han visto acompañados por declaraciones más duras de los líderes israelíes, que dicen que se les está acabando la paciencia.
Gallant declaró el miércoles por la noche el inicio de una “nueva fase” de la guerra conforme Israel pone la mirada en Hezbollah. “El centro de gravedad está virando al norte, derivando recursos y fuerzas”, dijo.
Gallant hizo esos comentarios al día siguiente de que el gobierno israelí convirtiera el regreso de los residentes desplazados a sus casas en el norte de Israel en un objetivo formal de la guerra. La declaración era mayormente simbólica, ya que las autoridades habían prometido desde hacía tiempo que esas personas podrían volver a casa. Pero darle un reconocimiento especial a ese objetivo reflejaba una posición más contundente.
Tras reunirse el miércoles con responsables de seguridad, el primer ministro Benjamin Netanyahu declaró: “Devolveremos a los residentes del norte a sus casas de forma segura”. El mandatario transmitió un mensaje de firmeza similar a un destacado representante estadounidense enviado esta semana a la región para rebajar las tensiones.
Un funcionario con conocimiento de la reunión dijo a The Associated Press que el representante, Amos Hochstein, dijo a Netanyahu que intensificar el conflicto con Hezbollah no ayudaría a devolver a sus casas a los israelíes evacuados.
Netanyahu, según un comunicado de su oficina, dijo a Hochstein que los residentes no pueden regresar sin un “cambio fundamental en la situación de seguridad en el norte”. El comunicado indicó que si bien Netanyahu “agradece y respeta” el apoyo estadounidense, Israel “hará lo que sea necesario para salvaguardar su seguridad”.
Medios israelíes indicaron el miércoles que el gobierno aún no ha decidido si lanzará una gran ofensiva en Líbano.
Parece que mucho dependerá de la respuesta de Hezbollah. “No hay duda de que hemos sufrido un gran golpe militar y de seguridad sin precedentes en la historia de la resistencia y sin precedentes en la historia de Líbano”, dijo el líder del grupo, Hassan Nasrallah, en su discurso televisado, filmado en un lugar no revelado. ”Este tipo de matanza, de ataque y de crimen puede no tener precedentes en el mundo”, añadió, apareciendo ante un fondo rojo con su habitual turbante negro.
Pero la opinión pública en Israel parece apoyar una estrategia más dura contra Hezbollah.
Un sondeo a finales de agosto realizado por el Israeli Democracy Institute, un centro de estudios de Jerusalén, concluyó que el 67% de los encuestados judíos creían que Israel debía intensificar su respuesta a Hezbollah. Eso incluye al 46% de los encuestados judíos, que creían que Israel debía lanzar una profunda ofensiva contra infraestructura libanesa, y el 21% que quería una respuesta unificada que evitara golpear infraestructura de Hezbollah.
“Hay mucha presión de la sociedad para ir a la guerra y ganar”, dijo Avivi, el general retirado. “A menos que Hezbollah diga mañana, ‘vale, recibimos el mensaje, nos retiramos del sur de Líbano’, la guerra es inminente”. Una guerra de esa clase casi con certeza sería devastadora para ambos bandos, señalan expertos.
Más de 500 personas murieron en el Líbano por ataques israelíes desde el 8 de agosto, la mayoría de ellos combatientes de Hezbollah y otros grupos armados, pero también más de 100 civiles. En el norte de Israel, por lo menos 23 soldados y 26 civiles murieron por proyectiles llegados de Líbano.
En 2006, Israel causó graves daños al Líbano durante una guerra de un mes contra Hezbollah. Las autoridades israelíes amenazaron con tomar medidas aún más duras y prometen repetir las escenas de destrucción de Gaza en el Líbano.
Sin embargo, Hezbollah también reforzó su capacidad desde 2006. Hezbollah tiene unos 150.000 cohetes y misiles, se cree que algunos con sistemas guiados que podrían amenazar objetivos sensibles en Israel. También ha desarrollado una flota de drones cada vez más sofisticados.
Hezbollah tiene capacidad para atacar todas las partes de Israel, podría paralizar la vida en el país y desplazar a cientos de miles de israelíes.
Julia Frankel
Agencia AP