El deporte y la independencia económica, en una amplia mayoría de los casos, no van de la mano. Confundir profesionalismo (o semi profesionalismo) con ‘vivir’ de una disciplina es muy común, sobre todo en Argentina. Y el Futsal, pese a su ‘juventud’ de casi 40 años dentro del ámbito FIFA, es uno de esos exponentes donde se mezcla la pasión con la necesidad de trabajo extra para poder disfrutar. Y ahí también está la rama femenina, que al igual que el fútbol creció a pasos agigantados de un tiempo a esta parte. Carina ‘Becha’ Núñez es la capitana de la Selección Argentina, fue subcampeona de la Copa América en 2023, juega en España desde hace cinco temporadas y completa su día como empleada en un centro de investigación. En medio de todo esto, acompaña a distancia su hija de 13 años que vive en su Corrientes natal y sueña con estar en el primer Mundial que la FIFA organizará en noviembre próximo en las Islas Filipinas.
Para eso, el conjunto dirigido por Nicolás Noriega buscará empezar con el pie derecho este sábado en la Copa América 2025 que servirá de Eliminatorias y dará tres boletos a la máxima competencia. El rival, a partir de las 15:30, será Chile, con televisación en exclusiva de DSports.
Una de las voces más importantes del equipo albiceleste es Carina Núñez, la capitana de un equipo que mezcla experiencia con juventud y que tiene el sueño de estar entre los 16 países que participarán del primer Mundial femenino de la historia, cuando el masculino completó su décimo en Uzbekistán 2024.
«Nos venimos preparando desde que fuimos a jugar unos amistosos con España a fin de año pasado. Con las Eliminatorias la cabeza cambia, la preparación también, pero la verdad que muy feliz por la entrega de todas las chicas que estuvimos en el proceso, las que estamos dentro de la lista vamos a dejar todo y las que se quedaron fuera, no se preocupen porque vamos a luchar por ellas también«, aseguró con alma de líder la correntina de Santo Tomé, de 33 años.
Reside en España y fue ganadora de múltiples títulos representando al Futsi Atlético Navalcarnero. ‘Becha’ charló con Clarín para hacer un recorrido de su vida que hoy la tiene como una de las 14 citadas para las Eliminatorias, donde también deberá enfrentar a Chile, Colombia y Uruguay en el grupo B, focalizando en clasificar a las semifinales como primer objetivo.
Vivió principalmente en Madrid en una casa compartida con otras futbolistas, alejada de su familia y con una rutina insaciable que la destinó a dar un giro total: del fútbol once a fútbol sala. Pero no termina ahí porque vivir del futsal no es del todo posible; así es que Becha se la rebuscó para encontrar otro trabajo que no solo la complete en lo económico, sino que también llene ese resto del día una vez que termina su jornada de entrenamiento y que además tome el lugar de salida viable, cuando la redonda ya no la llene. Durante los últimos tres años, cumplió con su jornada laboral en un centro de investigación gracias a la conexión de una compañera, una vez que pudo conseguir su residencia.
Todo es una prueba constante desde que dejó a su hija de 13 años en Argentina para abrazarse a la pelota en otro continente. Esta distancia que condiciona su sensibilidad día tras día, logró que ambas estén más unidas que nunca y que el deporte sea la gran vía de acceso para continuar por este camino, que sigue vinculándola con la celeste y blanca a pesar de haber estado cerca del retiro.
“Yo sé que no es lo mismo, pero bueno hay que plantearse las cosas para un futuro mejor”, expresa respecto a la distancia con Argentina. Segura de sí misma, reflexionó que “no puedo obligar a mi hija a vivir conmigo porque juego al fútbol acá, cuando ella tiene su vida allá con 13 años” y sabe que no dejará de verla feliz desde allá mientras que “pueda ayudarla de la mejor manera”.
Es que la pasión no tiene límites, por eso su hija es quien comprende a la perfección y vive su carrera porque también se enamoró del futsal, compartiendo así el sentimiento deportivo. Sin embargo, “cuesta mucho el tema de la ausencia” para Becha, que a veces pasa por encuentros personales donde se replantea cosas en la soledad. “Ella está muy orgullosa de mí, entonces yo siento que no estoy perdiendo el tiempo, aunque a veces pienso que sí, porque al final estás lejos, pero bueno todo tiene un sacrificio”, razonó.
A la Selección la define como su “rueda de auxilio” y, apartando la hermandad del grupo y lo futbolístico, también le agradece por ser la vía de contacto con su tierra natal. “Por medio de la Selección tuve la oportunidad de ver a mi familia más seguido, por eso cuando hay convocatoria yo aprovecho a que vengan donde estoy (cuando es en Sudamérica) y eso es gracias a la directiva de la Selección que me lo permite”, reconoció la jugadora correntina.
Pero no todo fue color de rosas para Carina con el equipo absoluto. A veces, todo parece encaminarse hacia un lado más realista, con otros proyectos que no incluyen al deporte que practicó toda la vida. El desgano por ver el poco reconocimiento también desencadenó planes por fuera de lo futbolístico.
“Cuando pasó lo de la Copa América yo pensaba que no era para mí porque llevo mucho tiempo en esto y entonces dije que no quería jugar más. Yo veía que el futsal femenino iba creciendo, aunque a pasos pequeños, había más clubes y más ligas, pero no se daba el paso más grande, que era lo profesional”, relató respecto a la última competición americana que tuvo lugar en 2023. También en la edición 2019, Becha fue la capitana.
“Estás mentalizada en competir, en hacer las cosas bien y eso te lleva mucho tiempo, tenés que tener mucha cabeza. Nosotras convivimos mucho tiempo durante la copa y formamos una gran amistad. Pero al ser la capitana tenés que ver que las chicas estén bien, que no les falte nada. Cuando hay una cabizbaja tratar de levantarla porque somos todo un grupo, no solo 5”, explicó sobre la importancia de la estabilidad para poder rendir tanto dentro como fuera de la cancha. Por eso, el empuje de las chicas y la directiva fueron de gran ayuda para que Becha continúe militando en la Albiceleste.
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La futbolista argentina Julia Dupuy y su par española Natalia Orive -también presidenta de la Asociación de Jugadoras de Fútbol Sala Femenino- hablaron con Clarin.com sobre el detrás de escena del pedido al que le pusieron sus rostros. El movimiento para que exista la competencia en cuestión comenzó en 2015 y volvió a cobrar vida este año.
La Copa América desembocó en lo que será el Mundial 2025, el primero de la historia, gracias al reclamo público que varias jugadoras de diferentes países realizaron para la FIFA. Claro, ¿cómo Becha se podría perder de esta gran oportunidad?.
Entonces una ilusión volvió a alimentar la pasión que la caracteriza. “Dije que voy a esperar al Mundial a ver qué pasa y después hablamos con el técnico para organizar los amistosos internacionales con países que nunca jugamos”, contó y así, sin pensarlo, volvió a pintarse la cabeza de celeste y blanco. Y agregó: “Directivos como Claudio “Chiqui” Tapia lo hicieron posible y nosotras estamos muy contentas porque la mayoría estamos jugando en Europa y fue más fácil para la Selección convocarnos y hacer los amistosos ahí. Tenemos que aspirar a Europa, África, América Central para jugar y prepararnos para el mundial hasta que se le ponga una fecha”.
– De no querer estar más a luchar por organizar un Mundial, ¿te pusiste a pensar en ese salto y hasta dónde llegaron?
– La verdad es que todavía la ficha no cae hasta que se le ponga una fecha. Pero siempre cuando estás pensando te ponés a imaginar cómo vas a cantar el himno, que son otros protocolos, que tenés un tiempo para calentar. No es muy lejano de lo que se hace en la CONMEBOL pero tiene procedimientos más rigurosos y la cabeza va a mil y tenés la ansiedad. Tenemos que estar tranquilas y prepararnos para el objetivo de pasar la eliminatoria, que no va a ser como las que veníamos enfrentando porque nunca fue para un mundial”.
Becha, que fue distinguida con el Premio Alumni 2013, fue parte de la camada histórica que representó a San Lorenzo, el primer equipo de fútbol femenino en disputar la Copa Libertadores; porque dio sus primeros pasos en el Ciclón. Por mandato de quienes la llevaron a la Selección Sub 17 tras verla en los Juegos Evita Intercolegiales a sus 16 años, tuvo que inscribirse a un club para poder tener más chances de convocatorias. San Lorenzo es la cuna que creó a una futbolista apasionante y que le abrió el mundo del futsal, una vez que comenzó a estar en el campo y en el 40×20.

– ¿Cómo te acomodaste al fútbol sala siendo tan diferente al fútbol 11?
– Yo salí llorando del primer entrenamiento en futsal, no sabía qué hacía ahí. Fueron grandes compañeras las que me ayudaron a adaptarme. Es muy difícil adaptarse del fútbol 11 al futsal, pero del futsal al fútbol 11 no, porque en sala resolvés las cosas en un espacio más chico y en 11 tenés mucho espacio. Entonces me adapté gracias a la calidad de mis compañeras.
La Copa América 2023, que llevó a muchas personas a interesarse por el futsal femenino, sorprendió a Becha y abrió un nuevo campo de posibilidades a futuro. “Hoy en España veo otro tipo de personas referentes y ahora voy a otro nivel. Antes no teníamos eso porque no lo podías ver por la tele; si no iba no conocías a nadie. Eso es un paso grande que ha dado el futsal porque hoy en día se transmiten todos los partidos. La prensa ayuda mucho al crecimiento”, analizó.
La figura de la correntina creció potencialmente y relató cómo fue ese instante de trascendencia: “Después de lo que fue la copa todos venían a saludarme. No publicaba nada pero la gente sabía que yo viajaba hasta mi casa o venían desde otros lados a que les firmara la camiseta. Todo lo que se revolucionó solamente porque DEPORTV transmitía toda la competencia”.
La final que coronó a Brasil en el Microestadio de Argentinos Juniors, no fue motivo para bajar la pasión argentina por la redonda. Fue furor esta competencia y llegar al partido decisivo fundamentó a un público desesperado por conseguir entradas. “Se me eriza la piel al contarlo”, recordó, y entre la emoción detalló que “hasta nuestros familiares se quedaban sin entradas, como mucha gente que tuvo que conformarse con seguirlo desde afuera”.
– ¿ La pasión comanda la mayor parte de tu vida más que la racional?
– Cada vez que hay una convocatoria es como la primera vez. No te importa si te dan viáticos o no, simplemente estar ahí, ponerte la ropa, entrenar. Si todavía tengo esa ilusión es porque ahí tengo que estar. Cuando ya no sienta nada o me dé igual y ya no me llene, veré. Los objetivos siguen ahí y estoy muy contenta de poder estar de nuevo, hablé con el cuerpo técnico, vimos cosas nuevas, veremos qué pasa este 2024.
– ¿Es la Selección lo que más te conecta con Argentina estando en otro país?
– La verdad que sí. Para mí la Selección es mi rueda de auxilio hoy en día. Pero no es otra cosa el entrenamiento o la manera, es como que vas y apretás un botón club off y otro de que acá estoy libre y feliz; tenés otro vínculo con las compañeras, no vas obligada, otro círculo de personas, no estás pensando si hacés bien o mal. Reseteás tu cabeza, para volver a enfrentar lo que queda de temporada. Sos feliz y te divertís con lo que hacés, con la camiseta más linda y defendiendo a tu país. Me desconecta y me ayuda a renovarme mentalmente y como persona.
-¿Cómo te sentís físicamente?
– Las rodillas y los tobillos no duran para siempre jajaja. Por eso también pienso en lo que le va a dar rentabilidad a mi vida y es el trabajo porque es algo fijo. Después de que me operé en julio del año pasado (le sacaron casi todo el menisco externo), llevo sacándome líquido y haciendo tratamiento de células madre. El médico me decía que me plantee ir dejando el fútbol, pero yo me negué porque no me siento mal para dejarlo. Tengo una rodilla que con fortalecimiento y descanso me puede ayudar y es el único problema que tengo. No tengo dolor.
Becha es garra pura y se describió determinante. “Para sacarme de una cancha tengo que quebrarme un hueso que no me deje pisar”, sentenció con humor. “No puedo no estar haciendo deporte. Es lo que me apasiona y lo que me mantiene viva para tener a mi familia lejos. Si no juego al fútbol y no me llena, me iría a vivir con mi familia”, cerró la pivot.