Deportivo Armenio se enfrenta a Talleres de Córdoba por la primera fecha de la Copa Argentina, en un nuevo capítulo de este torneo apasionante que pone cara a cara rivales poderosos ante más humildes. Pero esta nota no se meterá en el análisis de planteles, historiales y desempeños deportivos. Es el turno de hablar de identidad y el amor por una camiseta.
Ya no queda siquiera un mínimo espacio disponible para colar al menos un detalle insignificante sobre la nueva camiseta de Deportivo Armenio. Pero los avisos de los espónsores ocupan solo un par de franjas discretas atrás y en el frente. El resto exhibe el contorno del mapa de la República de Armenia y su división política.
El llamativo diseño va en sintonía con la estrategia adoptada por ese club con base en Ingeniero Maschwitz (partido de Escobar), para canalizar a través del fútbol la intención de buena parte de la colectividad armenia del país de difundir las referencias más salientes de su cultura, la historia y las personalidades más destacadas. De paso -se desprende del entusiasmo que transmiten sus principales impulsores-, la iniciativa plantea una vía posible para descomprimir las presiones que suele desatar la pasión por el fútbol.
La versión actual de la indumentaria -estrenada el 8 de febrero, en la primera fecha del Torneo Apertura de la Primera B Metropolitana, cuando Armenio derrotó 3 a 0 a Deportivo Merlo- despierta la curiosidad de los más observadores que alcanzan a leer “Shirak”, “Aragatson”, Gegharkunik”, “Ereván”, “Ararat”, junto a otras seis inscripciones. Son los nombres de los once “marzer” (“provincias”, según la milenaria lengua de ese pueblo del Cáucaso).
“Es una forma de darnos a conocer a partir de nuestros orígenes y nuestra doble identidad como argentinos descendientes de armenios, que llegaron mayoritariamente al país como sobrevivientes del Genocidio cometido por el Imperio Otomano contra los armenios y otros pueblos cristianos a principios del siglo XX”, explica Marcelo Papazian, miembro de la Comisión Directiva y responsable de Marketing y Relaciones Institucionales de Deportivo Armenio.
Precisamente, la página más dolorosa que registra la historia de este pueblo -la gran masacre que dejó alrededor de 1,5 millón de muertos y casi medio millón de refugiados en los cinco continentes- fue recordada por el club con la primera de esta serie de diseños temáticos, en 2015, al cumplirse cien años de ese crimen de lesa humanidad.
Papazian, uno de los principales impulsores de esta iniciativa pedagógica junto a las familias Nakis y Arslanian, agregó que el club también se ofrece a brindar charlas sobre Armenia, su pasado y sus atractivos históricos y paisajísticos en instituciones educativas, sociales y deportivas de la comunidad armenia de Buenos Aires.
A aquel audaz primer paso dado en 2015 siguieron otra casaca en recuerdo de las víctimas del Genocidio -lanzada en 2021-, un homenaje al poeta, escritor y activista Yeghishé Charents en el 60° aniversario del club (en 2022) y una camiseta pensada como una puesta en valor de los colegios armenios de Argentina y sus docentes.
El motivo elegido para revestir al equipo que peleó el ascenso en 2023 exhibía las 38 letras del alfabeto armenio, creado por el monje, teólogo y lingüista Mesrob Mashdots cuando despuntaba el siglo V. El año pasado -después de una presentación formal en la Embajada de Francia- relucía sobre el pecho de los jugadores una imagen que recreaba la figura de Charles Aznavour (Shahnourh Varinag Aznavourian) , el cantante nacido en París considerado por sus compatriotas “el armenio más famoso del mundo”.
“El actual diseño de la camiseta con valiosa información me parece una muy buena idea. Yo tuve la suerte de conocer parte de esta cultura cuando jugué en Armenio en los años ’80 y algunos hinchas, el técnico Alberto Parsechian, el gran capitán Miguel Gardarian y el delantero Walter Oudoukian me contaban sobre sus ancestros, el Genocidio y la epopeya del exilio forzado que había formado la diáspora armenia”, recuerda Adrián “Chichón” Fernández.
El ex marcador de punta fue parte del legendario equipo de Armenio que jugó por única vez en Primera entre 1987 y 1989 y debutó en la máxima categoría con un impensado triunfo 1 a 0 frente al Boca de Gatti, Hrabina, Marangoni, Tapia, Graciani y Perazzo (entre otras estrellas de la época) en La Bombonera, con gol de Silvano Maciel.
En esos tiempos de gloria efímera, la carta de presentación más reconocida de Deportivo Armenio era su escudo, estampado sobre su camiseta verde, en ocasiones blanca con vivos negros. En esa señal distintiva resalta la silueta del monte Ararat (el mayor emblema del pueblo armenio, donde, según relata la Biblia, se posó el Arca de Noé durante el Gran Diluvio Universal) superpuesta con la letra “e” en armenio, en referencia a “eutiún” (“existencia”, en ese idioma). Como ocurre ahora, era un detalle discreto que distraía la vista de los neófitos, con un fin meramente pedagógico y para fortalecer los cimientos de la identidad.
