Estudiantes venía de caer con el líder del campeonato, Vélez, pero una estadística pegaba aún más fuerte en UNO: la última victoria ahí había sido el 4-1 a Gimnasia en el clásico disputado en aquel lejano 28 de julio. Exactamente dos meses después, el equipo de Eduardo Domínguez logró ganar después de seis fechas gracias a un goleador implacable como Guido Carrillo, que pese a ser la figura de la cancha no pudo gritar por duplicado porque el Beto Bologna le tapó un penal y se fue con un fuerte traumatismo en la cara por un rodillazo de Ferreira.
Fue un arranque furioso el del Pincha, que solo disfrutó del juego de José Sosa por 45 minutos. A los 4, ante una última línea perdida del Halcón, Meza luchó una pelota que se iba, Ascacibar no dio por perdida la jugada y Carrillo aguantó la pelota para luego definir con un derechazo el centro del 5. Veinte después, el Principito consiguió la infracción de Ramírez que devino en la pena máxima que el delantero definió con un tiro manso a la derecha.
En el segundo, Defensa lo pudo haber empatado pero el tiro de Cannavo desde atrás dio en el travesaño; también Estudiantes pudo haber ampliado la distancia pero Ramos Mingo se lució en un arco sin Bologna. Al final, prevaleció el local, que hundió un poco más a un Halcón anteúltimo que lleva tres fechas sin ganar ni convertir.