La violencia en el fútbol argentino no se toma vacaciones ni conoce de fronteras, y esto quedó reflejado en un violento enfrentamiento protagonizado por dos facciones de la barra de Independiente, en la previa del amistoso que el club de Avellaneda le ganó por 5-2 a Defensor Sporting, en Montevideo, por la llamada Serie Río de la Plata.
Tras la insólita suspensión hace unos días por problemas con un vuelo, Independiente viajó un día antes al país oriental para enfrentar a La Violeta en el estadio Luis Franzini, el pequeño escenario para 16 mil espectadores ubicado en la ciudad montevideana donde actúa como local, pero esta vez fue la barrabrava la que opacó la cita deportiva.
A Uruguay también llegaron las dos facciones que suelen seguir al Rojo cuando juega como local: Los Dueños de Avellaneda, señalada como la barra «oficial», y La Gloriosa Banda de Independiente, los «disidentes», quienes desde hace tiempo pugnan por quedarse con el liderazgo absoluto de la popular.
En Avellaneda ocupan distintos sectores del estadio del Rojo pero el operativo policial en Montevideo no tuvo en cuenta los antecedentes y trataron de separarlos por un cordón que no fue suficiente para evitar las pedreadas, los golpes y las corridas.
El conflicto también se vivió en las cercanías del Parque Rodó, la zona donde está emplazada la cancha de Defensor: los disturbios se desataron, la policía quedó desbordada y se escucharon detonaciones de balas de goma para intentar controlar la situación.
Todo esto provocó un retraso en el inicio del partido, que estaba pautado para las 22 horas, con las fuerzas de seguridad trabajando para calmar los ánimos y reorganizar el desarrollo del encuentro, para que finalmente el espectáculo pudiera llevarse a cabo y culminara con el esperanzador triunfo del equipo de Julio Vaccari.