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Gustavo Quinteros, del casamiento de su hija al divorcio con Vélez: un adiós que incluye piñas, insultos y un vestuario dividido

Vélez salió campeón después de diez años y jugó otras tres finales tras dejar atrás un 2023 en el que su máximo desafío fue no descender. Pero a diez días de levantar en Liniers el trofeo de la Liga Profesional, el equipo se quedó sin técnico: Gustavo Quinteros, quien no había dirigido en la caída 0-3 con Estudiantes en el Trofeo de Campeones por el casamiento de su hija, no acordó su continuidad con la dirigencia y le dio su palabra a Gremio de Brasil.

«Quiero informarles con mucha tristeza y angustia que no voy a continuar en la próxima temporada», dijo Quinteros el miércoles 25 por la noche, en un video casero publicado por el periodista Claudio Merlo, horas después de que la noticia se confirmara en los medios.

Video

Gustavo Quinteros habló tras dejar Vélez

Allí el entrenador alega razones deportivas a su partida, y menciona dos reuniones con la dirigencia velezana, los días 23 y 24 de diciembre, en las que quedó claro que no coinciden las «necesidades del club» con sus «objetivos profesionales». En resumen, Quinteros pedía un salto de calidad en materia de refuerzos en el plantel para competir en 2025 pero en Liniers son muy rigurosos con los números de la tesorería, algo para destacar en un fútbol argentino donde sobran los ejemplos negativos.

A la vez, luego de destacar todos sus logros en 2024, el santafesino que cumplirá 60 años en febrero afirma que «se dijeron y se dicen muchas cosas que no son ciertas». Y reconoce que se va «dolido porque quiere mucho a este club», cerrando su descargo con una frase con sabor a reencuentro: «ojalá que este no sea un ‘adiós’ sino un ‘hasta pronto'».

Pese a las tres finales jugadas -la de la Copa de la Liga con Estudiantes en mayo y las recientes de la Copa Argentina contra Central Córdoba y la del sábado contra el Pincha- y una clasificación a la Copa Libertadores 2025, el entrenador optó por no continuar aunque sus declaraciones en aquella consagración contra Huracán daban a entender otra cosa. «Tengo que hablar con los dirigentes, pero la intención está. El proyecto deportivo, los objetivos que tiene el club para el año que viene”, había afirmado.

Ese día Quinteros también señalado que tenían «que reforzar el equipo para competir en la Copa Libertadores», después de tres años sin competir en el torneo más importante del continente, en aquella semifinal perdida por 4-0 con Flamengo el 31 de agosto de 2022.

En eso se basaron las reuniones que mantuvo con Fabián Berlanga, presidente del club, y la dirigencia en las horas previas a la Nochebuena, porque no hubo problemas para llegar a un arreglo económico. Sin embargo, Papá Noel no tenía en su bolso rojo los nombres importantes que el DT esperaba y el rumor que se había instalado de madrugada, se confirmó por la tarde. Sin coincidencias en el proyecto futbolístico, la oferta económica de Gremio de Brasil, que finalizó la temporada de mitad de tabla para abajo y fue el último equipo brasileño que ingresó a la fase de grupos de la Copa Sudamericana, pesó más.

Gustavo Quinteros, orgulloso campeón, diez días antes de decidir su adiós de Vélez. Foto: Emmanuel Fernández.

¿Pero, acaso, Quinteros había tomado la decisión antes, ese viernes en el que les informó a los jugadores que no iba a ir a Santiago del Estero? «Si bien él es el líder y estaría bueno que esté, hay cosas más importantes que el fútbol, es una realidad, se casaba la hija, no sé, lo entiendo. Pero también todos dejamos cosas de lado. Le mandamos un saludo grande y espero que esté bien», dijo un resignado Valentín Gómez, el joven capitán sin cinta de Vélez.

El entrenador fue el conductor del mejor equipo del año pero también estuvo al frente de un grupo que se fue fragmentando de a poco. Quien asumió después de la salida de Sebastián Méndez, el hincha que dejó su rol de DT en Unión para salvar a Vélez del descenso, puso a Claudio Aquino como capitán cuando comenzó el año y lo terminó con Agustín Bouzat, el hombre que volvió al Fortín convencido por Quinteros en Colo-Colo, en ese rol porque el habilidoso volante terminó enfrentado con varios de sus compañeros.

El primer cimbronazo, sin embargo, no nació dentro del plantel, aunque sí puertas adentro de la concentración del equipo en la visita a Atlético Tucumán, el 2 de marzo. En un hotel de la capital provincial, una periodista denunció el abuso sexual que involucró a cuatro futbolistas: Sebastián Sosa, Braian Cufré, José Florentín, Abiel Osorio. Aunque el club los separó rápidamente, algunos jugadores no estuvieron de acuerdo con esa decisión.

«Es importante que el grupo esté fuerte cuando hay problemas personales, adversidades y se cometen errores. Si el grupo está fuerte, se debe separar lo futbolístico de lo personal o de los errores cometidos. Me enfoqué mucho en la parte deportiva y he tratado de separar esta situación que ha sucedido, lamentablemente, y que no perjudique, y fue así», opinó Quinteros tras el triunfo 2-1 sobre Banfield como visitante nueve días después del hecho y con el que su equipo era uno de los punteros de la Zona A de la Copa de la Liga.

El hecho no pareció calar hondo en el equipo, que finalmente se clasificó a la final del torneo, el 5 de mayo en Santiago del Estero. Aunque la perdió, el nivel mostrado con Estudiantes fue alto y solo los penales definieron al nuevo campeón. Sin pretemporada, un plantel corto inició la Liga Profesional con una derrota con Gimnasia en La Plata cinco días después y solo cinco puntos de 15 posibles.

El gol de Alejo Sarco que le dio la opción de los penales. Luego, el delantero participó de la Copa Potrero y fue desafectado. Foto Eduardo RAPETTI / AFPEl gol de Alejo Sarco que le dio la opción de los penales. Luego, el delantero participó de la Copa Potrero y fue desafectado. Foto Eduardo RAPETTI / AFP

En la previa a la sexta fecha, según contó el periodista partidario Agustín Palacios, se produjo el primer enfrentamiento, que marcó los dos bandos del plantel. En el entrenamiento del 18 de julio, Claudio Aquino le recriminó a sus compañeros y Emanuel Mammana lo encaró, lo insultó y le pegó una trompada. La situación no escaló porque Quinteros, junto a su cuerpo técnico, y algunos dirigentes presentes en la Villa Olímpica intercedieron para separar al grupo de los ex River (que integraban, además del defensor y otros, Elías Gómez y Braian Romero) de los que se encolumnaron detrás de Aquino (entre ellos, Francisco Pizzini y Michael Santos).

Exactamente dos meses después, el segundo capítulo de esta fractura fue público: en la cancha de River, las cámaras mostraron cómo Elías Gómez insultaba a Quinteros y Aquino tiraba su reproche al aire cuando venían sus números en los carteles de los cambios. «Los jugadores que salen y se enojan no me disgusta, pero si hubo falta de respeto habrá algún castigo deportivo», expresó el DT en la conferencia de prensa en el Monumental, donde no se subió al micro que fue a la Villa Olímpica porque se fue directamente a su casa en el auto con sus hijos.

Elías Gómez y el día en que a Quinteros le dijeron "cagón" ante la mirada de todo el fútbol argentino.Elías Gómez y el día en que a Quinteros le dijeron «cagón» ante la mirada de todo el fútbol argentino.

Pero la sanción no fue la misma para los jugadores y eso fragmentó aún más al plantel: mientras que el volante siguió jugando, el defensor no concentró contra Belgrano (1-1) ni Argentinos Juniors (1-1) y fue suplente contra Tigre (1-0) hasta que reemplazó a Ordoñez a los 17 minutos del segundo tiempo.

Con un grupo dividido, el rendimiento cayó: Vélez empató con Riestra, Lanús y Godoy Cruz. Y, tras ser líder sin obstáculos, sus rivales se acercaron. La victoria a Sarmiento en Liniers le dio la carta de su primera chance de salir campeón: contra Unión en Santa Fe. “¿Tenés miedo de salir campeón que no ponés sangre?”, le habría lanzado Valentín Gómez a Aquino, un jugador tildado de elegir los partidos en los cuales jugar al ciento por ciento, en el vestuario tras la derrota. Y en esa misma cancha, unos días después, la histórica victoria de Central Córdoba en la Copa Argentina terminó en los enfrentamientos en la platea entre hinchas y familiares de los jugadores, algunos de los cuales incluso se metieron a pegar.

El dolor de algunos jugadores de Vélez tras la derrota con Central Córdoba. Foto Sebastian Granata El dolor de algunos jugadores de Vélez tras la derrota con Central Córdoba. Foto Sebastian Granata

Vencer a Huracán fue un bálsamo, también para Quinteros, que se sacó la espina de ser campeón en Argentina después de 18 años dirigiendo en el exterior. Pero no quiso redoblar el desafío con una Libertadores de por medio, pese a que decenas de jugadores se ofrecieron por la vidriera que representará ese torneo internacional, mientras la dirigencia negocia para resolver los contratos de Aquino -que habría pedido una suma bestial de 4 millones de dólares por un contrato de tres años, lo que lo vincularía hasta sus 36-, Romero -quien no saludó a Berlanga en la entrega de las medallas en Santiago del Estero y tiene sus negociaciones estancadas- y Mammana -cuya continuidad no iría de la mano si también sigue Aquino, menos aún si lo contacta Marcelo Gallardo (aunque la prioridad del Muñeco es Martínez Quarta)- y busca a un nuevo DT.

Gabriel Milito tiene un perfil de DT para Vélez”, había dicho el presidente hace un año. El argentino que llevó al Atlético Mineiro a la final de la Copa Libertadores y de la Copa de Brasil y ganó el Campeonato Mineiro está sin club, luego de ser despedido tras perder con Vasco da Gama hace tres semanas.

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