Josh Allen, el Messi de la NFL que busca torcer la dinastía de los Chiefs de Mahomes: sus mails ignorados y su explosivo romance con una actriz de Hollywood que eclipsó a Taylor Swift

En 2021, la TV estadounidense firmó un contrato de 110 mil millones de dólares para transmitir a la NFL durante diez años entre 2023 y 2034, y esta era del futbol americano, con partidos épicos, finales llenas de condimentos y atletas que parecen superhéroes, está justificando cada centavo invertido. El duelo de esta noche para definir al campeón de la Conferencia Americana entre Buffalo Bills y Kansas City, con el choque de las estrellas Josh Allen y Patrick Mahomes, es un ejemplo de todo ello. Y así lo vende la cadena CBS, como para preparar los pochoclos.

«Bien amigos, nos encontramos en una encrucijada de la historia. ¿Cómo fue que Mahomes pasó de ser ‘uno de los mejores’ al ‘mejor de todos los tiempos’? Por llevar la corona como nunca nadie lo hizo, una vez, y otra, y otra más…», dice la familiar voz en off de Jim Nantz, un veterano comentarista, parte de este deporte desde hace 45 años, que también avisa: «Pero todo rey puede caer…».

Y luego, jugando con los contrastes, llega el turno de remarcar el aura de Allen y la estirpe perdedora de los Bills: «Un rival siempre ha sobrevivido en el frente, y esta vez se siente distinta a las demás… Después de años de quedar cerca una vez, otra vez y otra más, ¿finalmente podrán quebrar su racha, o el momento los quebrará a ellos?».

Cómo comprender a la distancia, en la otra punta de América, la expectativa que genera un partido que vendría a ser una semifinal por el premio mayor, el Superbowl 2025 que se juega el 9 de febrero en Nueva Orleans, ciudad que comenzó el año sufriendo un atentado terrorista en el que murieron 14 personas. De qué manera traducir en términos futboleros semejante evento deportivo, que tendrá ratings récords en tierra yanqui y seguidores de todo el mundo. ¿Un Argentina vs Brasil en el Maracaná? ¿Messi contra Mbappé o Cristiano Ronaldo definiendo un Mundial? ¿Guardiola frente a Ancelotti, o un Barcelona ante Real Madrid en la Champions? Bueno, todo eso junto.

De un lado, los Kansas City Chiefs buscarán prolongar su dominio en la Conferencia Americana, en busca de su quinta participación en un Superbowl en las últimas seis temporadas, una marca sólo lograda por los Giants de Nueva York entre 1958 y 1963, aunque con una diferencia drástica: los de NY no pudieron coronar con un anillo mientras que los de Kansas fueron campeones en 2020, 2023 y 2024. Están a dos juegos de su tercer título consecutivo, algo inédito en una liga que se destaca por su paridad y se preocupa por mantenerla.

Su líder es Mahomes, ese número 15 de pelo enrulado, valiente y acrobático, capaz de hacer movimientos increíbles y lanzar pases imposibles en los momentos más decisivos. Mahomes es Messi. Pero en los Chiefs hay otro símbolo: Travis Kelce, un gladiador con el físico de Mike Tyson, las manos de Michael Jordan y la velocidad de Usain Bolt. También tiene una novia que lo va a ver en todos los partidos y puso al futbol americano en los cinco continentes: Taylor Swift.

Del otro lado se postulan los Bills, el equipo que tiene una hinchada muy seguidora y pasional, bastante loca también, los Bills Mafia. Son conocidos por ellos pero también porque en los inicios de los años noventa perdieron los cuatro Superbowls que jugaron, todos en forma consecutiva, y uno de ellos fallando un gol de campo en los últimos segundos que se convirtió en una de las jugadas más desafortunadas y trágicas en la historia del deporte estadounidense.

El hombre que puede terminar con esa racha nefasta propia y el reinado de Kansas se llama Josh Allen. Debía ser granjero como su bisabuelo, su abuelo y su padre, pero cuando terminó la secundaria se encargó de mandar cerca de 1.000 mails con el mismo texto a distintos programas de futbol colegial en todo el país, tratando de captar la atención de algún entrenador.

«Hola coach, mi nombre es Josh Allen», comenzaba el mensaje que ignoraron todos. «Siento que podría encajar en su esquema ofensivo, por favor mire mi perfil en Hudl», agregaba, haciendo referencia a la plataforma al estilo LinkedIn, empleada por los deportistas para mostrarse. «Por favor, respóndame si lo cree conveniente, muchas gracias», cerraba el bueno de Josh, en ese entonces un adolescente de 1,96 metros de altura y 95 kilos de peso. No lo leyó nadie pero un ojeador de Wyoming lo descubrió en una práctica y se terminó sacando la lotería: Allen se destacó tanto que llegó al draft de 2018 augurando un futuro estelar, y a pesar de que cumplió las expectativas todavía le falta ser campeón.

«Rechazó ser ignorado» fue el slogan que usó Gatorade para el comercial en que recordaron su lucha contra la adversidad. En los Estados Unidos todo se vende, pero se vende bien.

Allen, de 28 años de edad, tiene el mismo fuego en su brazo que Mahomes, de 29, pero a diferencia de su colega no es un bailarín sino una locomotora que es capaz de correr hacia adelante y empujar a su ofensiva cuando no encuentra algún receptor para sus pases. Lleva 40 touchdowns en la temporada, 28 por aire y 12 por tierra, cifras que lo hace favorito a ganar el primer premio MVP de su carrera. En el último tiempo ajustó la técnica de su lanzamiento, convencido de que hasta los mejores pueden ser todavía mejores. Como Messi, porque Allen también es como Messi, pero es un Messi sin corona.

El mariscal de campo de los Bills es la esperanza de los fanáticos de Buffalo pero también de los otros 30 equipos de la NFL, cansados del dominio de los Chiefs, a quienes acusan de tener a los árbitros de su lado por proteger demasiado a Mahomes. Allen, encambio, tiene una sola persona que lo cuida: la actriz Hailee Steinfeld, famosa por varias películas y series de TV pero especialmente por interpretar a Kate Bishop, la hija de Hawkeye y heredera del hábil arquero, una súperheroína del llamado Universo Cinematográfico de Marvel.

La pareja salió a la luz en 2023 y en esta temporada eclipsó a la «love story» de Travis Kelce y Taylor Swift con una romántica propuesta de matrimonio que fue celebrada por la cuenta oficial de la NFL en Instagram. En las últimos días, para colmo, trascendió que la morocha estaría emarazada del que sería el primer hijo de ambos.

A pesar de ser dos personajes muy populares, tanto Josh como Hailee evitan subir fotos juntos en las redes pero en noviembre pasado postearon su imagen más elocuente: Allen aparece de rodillas, con un anillo en sus manos, y ella lo besa en señal de aprobación. «Desde el 22 de noviembre al infinito», dice el posteo compartido por ambos para sus casi 22 millones de seguidores en Instagram (20 son de la actriz y apenas 1,6 de él, aclaremos).

Allen prefiere hablar en la cancha. Este domingo, a las 20.30, llegará la hora de la verdad. El partido en Argentina se transmitirá por ESPN 2 y en streaming a través de la plataforma de Disney+. Un rato antes, a las 5 de la tarde, se resolverá la otra conferencia, aunque sin tantas luminarias: los Washington Commanders buscarán dar la sorpresa frente a los Eagles de Filadelfia. Toda la expectativa está puesta en la noche.

«¿Una dinastía imparable seguirá reinando o estamos a punto de ser testigos de la caída de un reinado? Una cosa es segura, esta final por la AFC escribirá un capítulo único en la historia de la NFL», dice Nantz en otro tramo del spot, y agrega: «Llegará un día en que miraremos atrás y diremos: ‘Qué afortunados que fuimos'».

«Es Goliath versus Goliath, por un lugar en el Superbowl LIX». Todo dicho.