El Racing de Costas es el Racing de Costas sin importar los contextos. Puede jugar en el Cilindro, en la Bombonera, en el Monumental, en Río de Janeiro, en San Pablo, en Chile o donde sea y lo hará de la misma manera: con valentía. La competición puede ser el torneo local, la Copa Libertadores, la Copa Sudamericana o la Recopa Sudamericana y ahí estará presente la Academia del entrenador-ídolo. Es campeón Racing, otra vez. Apenas tres meses después de levantar la Sudamericana en Asunción contra Cruzeiro, bailó (sí, bailó) a Botafogo, el campeón de la Libertadores, y le ganó 2-0 en suelo carioca para completar una serie perfecta por el mismo resultado de la ida en Avellaneda, para embolsar 1.800.000 dólares y para darle la primera gran alegría al presidente Diego Alberto Milito.
Y no se puede ser campeón de manera más linda. Porque Racing jugó un partidazo en Brasil y porque los goles (golazos, en verdad) los hicieron Bruno Zuculini y Matías Zaracho, dos chicos surgidos del predio Tita y tan hinchas de la Academia como Costas. Y hay más porque Gabriel Arias atajó una imposible en el juego en el que se convirtió en el jugador de Racing con más partidos a nivel internacional (46) y porque igualó a Iván Pillud como el más ganador desde el profesionalismo, con seis estrellas. La cuestión sigue porque Maravilla Martínez salió fundido después de dejar la piel en la cancha, lo mismo que hizo su ladero Maximiliano Salas. Y Juan Nardoni corre y juega y pide la atención de Lionel Scaloni, mientras los laterales Rojas y Martirena van y viene, y Nazareno Colombo saca todo por arriba. Afuera se agita Costas, lo vive como si fuese el último partido de su vida, grita, ordena, hace gestos y se agarra ahí abajo para decirle al mundo que su equipo tiene agallas en rodeo ajeno.
Y se tienen que haber emocionado los tres mil hinchas de Racing que estuvieron en Río de Janeiro y los millones que lo siguieron a través de una pantalla porque el equipo de Gustavo Costas jugó como juegan los grandes campeones en la final de la Recopa Sudamericana. No se achicó la Academia y fue a decir lo suyo a Brasil, a exponer un libreto que ya sabe de memoria y que cada vez luce más ajustado. Es verdad que la geografía del duelo le quedaba como anillo al dedo: espacios para que corran los intensos Adrián Martínez y Maximiliano Salas, esos delanteros que se agrandan en las bravas.
A la etapa inicial de Racing solo le faltó el gol para ser memorable. Y no lo logró por las atajadas de John y por cuestiones del destino. Salas tuvo cuatro claras y en una el arquero se la sacó del ángulo. También tuvo la suya Nazareno Colombo, que cortó de líbero y fue a buscar al área. Así de atrevido estuvo el elenco argentino. Otra buena de John fue una volada tras un tiro libre de Luciano Vietto.
Pero además de situaciones de peligro, Racing fue guapo para luchar e inteligente para presionar alto. Nada de replegarse y entregarle la pelota a Botafogo: Bruno Zuculini, el volante más defensivo, en largos pasajes trató de asfixiar allá alto junto a Maravilla. Por eso estuvo casi todo el tiempo en silencio el Nilton Santos, que presentó varios claros en las tribunas. Pareció que ni los hinchas del Fogao creyeron en la remontada.
El calor, la humedad y el césped sintético provocaron que Racing baje la guardia en los últimos minutos de la etapa inicial. Entonces tuvo que irrumpir Arias, que sacó una imposible luego de un potente cabezazo de Alexander Barboza.
El complemento fue igual, solo que a la visita le salió el gol esquivo. Matías Zaracho entró por Vietto y en la primera que tuvo la colgó del ángulo. Ya no hubo partido para Botafogo y Racing se floreó. Maravilla falló un par de mano a mano y Bruno Zuculini, el chico de la casa, el capitán sin cinta, la paró de pecho en el área y la puso fuerte arriba para batir a John. Un golazo merecido por el denuedo con el que juega el volante de 31 años.
Justo campeón Racing de la Recopa porque barrió a Botafogo, el campeón de la Libertadores. Es verdad que al elenco brasileño se le fueron Thiago Almada y Luiz Henrique, pero ayer fueron titulares ocho futbolistas que estuvieron desde el inicio en la consagración ante Mineiro en cancha de River.
De la mano de Costas, Racing otra vez campeón. En Paraguay y en Brasil. Y ojo: ahora van por la Copa Libertadores.