Graeme Green
El interés por los cielos nocturnos está en auge. Booking.com señaló recientemente al “turismo nocturno” como una de las principales tendencias de viaje para 2025, y su encuesta de más de 27.000 viajeros reveló que alrededor de dos tercios se han planteado ir a “destinos con cielos más oscuros” para experimentar cosas como los llamados baños de estrellas (tumbarse y contemplar el cielo nocturno) y presenciar acontecimientos cósmicos únicos.
“Lo bueno de las aventuras nocturnas es que se pueden ver muchas facetas diferentes de un sitio con sólo quedarse despierto hasta tarde o levantarse temprano”, dice Stephanie Vermillon, autora del nuevo libro “100 Nights Of A Lifetime: The World’s Ultimate Adventures After Dark”.
“Nuestros sentidos se agudizan, y hay cosas que ves de noche que no ves en ningún otro momento, así que todo parece emocionante y nuevo”.
Fue un viaje a Marruecos en 2010 lo que despertó el interés de Vermillon por todo lo nocturno.
“Crecí en Dayton, Ohio, que tiene una contaminación lumínica terrible”, le cuenta a la BBC.
“Entonces fui al desierto del Sahara y acampé bajo las estrellas: vi la Vía Láctea y decenas de estrellas fugaces esa noche. Volví a casa, tomé clases de astronomía y más tarde empecé a cazar auroras boreales, lo que despertó mi curiosidad por saber qué más ocurre en el mundo cuando anochece”.
Vermillon cree que acontecimientos importantes como el eclipse total de sol de abril de 2024 o el pico de actividad de las auroras de 2024-2025 han provocado un “repunte” en el número de personas que desean experimentar los cielos oscuros.
Además, en la actualidad hay más de 200 reservas de cielos oscuros en todo el mundo. “Lo mejor del cielo nocturno es la perspectiva que te da: te hace sentir humilde y enraizado”, afirma. “Puedes experimentar puro asombro”.
Puede que el cielo estrellado y las auroras boreales sean los principales atractivos, pero hay muchas más cosas que hacer al anochecer en las ciudades o en la naturaleza.
“Por la noche, la ciudad se ve de forma muy diferente”, dice Vermillon. “Yo la veo como una ciudad que se suelta la melena, más relajada. También he hecho safaris nocturnos, en los que se trata más de escuchar que de ver, y he visto el agua brillar con la bioluminiscencia, que parece mágica. De noche, todo tiene un brillo especial”.
A continuación, compartimos cinco de las experiencias nocturnas favoritas de Vermillon.
Los viajeros afortunados que se encuentren en el lugar y el momento adecuados pueden presenciar una de las experiencias más inolvidables de la Tierra: la aurora boreal.
Creadas por partículas cargadas procedentes del Sol que chocan con la atmósfera terrestre, la actividad principal se produce sobre los polos magnéticos de la Tierra, con Islandia justo en el centro de la acción.
Durante la temporada de auroras boreales (de septiembre a abril), los cielos se cubren de colores durante más de 100 noches, siempre que no haya nubes.
“Nunca se me ha puesto tanto la piel de gallina como cuando veo una aurora boreal”, comenta Vermillon. “Estás viendo bailar a la naturaleza. Es lo más mágico”.
Las fuertes tormentas pueden verse a simple vista, aunque muchos fotógrafos también crean imágenes maravillosas utilizando largas exposiciones en las cámaras.
Presenciar la aurora suele significar abrigarse con ropa gruesa y esperar durante horas en una ladera o glaciar, lejos de pueblos o ciudades. Pero hay una alternativa más cálida: relajarse en las piscinas naturales de Islandia.
El país del fuego y el hielo se extiende a lo largo de la Dorsal Mesoatlántica, y la energía geotérmica que emana del subsuelo genera más de 700 fuentes y piscinas termales.
“Se puede ver la aurora boreal con calor y comodidad”, aconseja Vermillon. “El agua suele superar los 38ºC, así que se te nota la respiración y se te escarcha el pelo, pero el agua te calienta desde tu centro. Yo salí del agua en bañador para revisar mi cámara y no tuve nada de frío”.
Situadas en el Mar del Norte, las islas Shetland forman parte de Escocia. Pero también están geográfica y culturalmente cerca de Escandinavia.
El festival anual Up Helly Aa, que se celebra el último martes de enero en Lerwick, la capital de las Shetland, es un espectáculo de fuego y alcohol que conmemora la herencia vikinga de la isla.
Los vikingos se asentaron allí durante los siglos VIII y IX y vivieron como agricultores durante unos 600 años, antes de que las islas cayeran bajo dominio escocés en el siglo XV.
Después de meses de preparación, el acto principal de la celebración de mediados de invierno es una procesión iluminada con antorchas en la que desfilan por las calles unos 1.000 “guizers” (hombres de la localidad) ataviados con vestimentas vikingas y otros llamativos disfraces, llevando consigo una réplica de un barco vikingo que más tarde será quemado en un gran espectáculo.
Después, los habitantes llenan los pubs para bailar, escuchar música y beber hasta altas horas de la madrugada.
“Muchos festivales culturales son antiguos, pero éste empezó hace unos 200 años, así que es relativamente nuevo”, explica Vermillon.
“Lo crearon como una oda a su herencia vikinga. Es genial ver ese orgullo por el lugar de donde viene la gente. Up Helly Aa también es especial por los efectos visuales: noche, oscuridad y fuego”.
De enero a marzo también se celebran en las islas eventos más pequeños de Up Helly Aa.
La situación de las Shetland, más al norte -más cerca del Círculo Polar Ártico que Londres-, ofrece bastantes posibilidades de ver auroras en los meses de invierno.
La remota región de Atacama, en el norte de Chile, es el desierto no polar más árido de la Tierra.
Con grandes elevaciones y una media de 300 noches despejadas y sin nubes al año, es un lugar de renombre para los astrónomos profesionales.
El Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), uno de los sistemas de telescopios más potentes de la Tierra, se construyó allí para estudiar los grandes misterios del universo.
“Atacama tiene los cielos nocturnos más despejados que he visto nunca, y cielos despejados durante tantas noches seguidas como nunca he visto”, dice Vermillon.
Todo esto significa que “hay una comunidad de emprendedores que han creado experiencias increíbles en torno a la observación de las estrellas”, explica Vermillon, incluyendo tours de astrofotografía y sesiones de arqueoastronomía con historias indígenas sobre el cosmos, así como observatorios privados donde expertos enseñan a los turistas las constelaciones del hemisferio sur y más.
Se recomienda visitar la zona justo antes, durante o después de la luna nueva para disfrutar de los cielos más oscuros y los paisajes estelares más espectaculares.
“Ves un manto de estrellas, más estrellas de las que nunca has visto en toda tu vida”, cuenta Vermillon.
“Pero el paisaje que te rodea también te hace sentir como si estuvieras ahí fuera, entre las estrellas: miras a tu alrededor y te parece estar en Marte o en la Luna. La NASA utiliza partes de Atacama para probar sus misiones en busca de vida en Marte, porque Atacama tiene paisajes muy ‘marcianos’. Atacama es realmente el siguiente nivel”.
“Leer el periódico de la mañana” es como los guías de fauna salvaje de toda África se refieren a ver huellas de animales y otros signos de actividad que muestran lo ocurrido durante la noche, incluidas peleas o cacerías.
Pero hacer un safari nocturno significa que los amantes de la vida salvaje pueden ver, o escuchar, las “noticias” por sí mismos.
Por la noche es cuando muchas criaturas están más activas, sobre todo los depredadores como leones y leopardos, que suelen descansar durante el calor del día, y Vermillon recomienda ir a Zambia para experimentarlo.
“Zambia ofrece muchas posibilidades de safaris nocturnos”, dice, y destaca el Parque Nacional de South Luangwa, el Parque Nacional del Bajo Zambeze y el Parque Nacional de Kafue (el mayor y más antiguo parque nacional de Zambia) por sus posibilidades de ver grandes felinos, elefantes y otras criaturas extraordinarias.
“A menudo se ven leopardos descansando en los árboles durante el día, pero ver a un leopardo acechando por la noche, cuando hay tan poca gente o vehículos, es muy diferente”, señala Vermillon.
“Me gusta ver hienas de noche porque realmente se ve su carácter ‘espeluznante’. Recuerdo haber visto a una hiena rodeando a un león, intentando robarle su presa: increíble”.
Muchos otros animales se mueven al anochecer. “Me encantan los bebés de los matorrales”, dice Vermillon.
“Tienen unos rasgos tan espectaculares -grandes orejas y ojos desmesurados, como de dibujos animados- y son un hallazgo bastante común en los safaris nocturnos porque son más activos de noche para evitar a los depredadores. También me encantan los safaris nocturnos en busca de búhos”.
“En los safaris diurnos se trata mucho de ver, pero por la noche no hay tanta presión y se trata más de escuchar, que es una parte menos apreciada de la experiencia del safari. Me encanta ese periodo alrededor de las 02:00 en el que te despiertas en el campamento con las risas de las hienas o los rugidos de los leones. Te quedas como ‘Oh, ¿dónde estoy?’. Cuando haces safaris nocturnos, es como si estuvieras ahí fuera. Observas y escuchas lo que hace el reino animal”.
Es posible que los olores de los mercados de Taiwán te lleguen antes que las vistas y los sonidos, ya que docenas de puestos cocinan manjares y el humo y el vapor de las parrillas, ollas y sartenes se esparcen por el aire nocturno.
Hay más de 100 mercados nocturnos en todo el país, con cocineros que venden xiaochi, la palabra china para “aperitivos”, a lugareños y visitantes.
Muchos de los mercados están abiertos desde última hora de la tarde hasta primeras horas de la mañana o incluso el amanecer, pero están especialmente concurridos cuando los templos locales terminan sus servicios.
“La mayoría de los templos de Taiwán son taoístas y budistas”, explica Vermillon.
“Los mercados nocturnos suelen tener un templo histórico en el mercado o justo al lado, y los vendedores surgieron alrededor de estas zonas de reunión para vender productos y aperitivos. Con el tiempo, se convirtieron en lo que son hoy. La gente acude allí después de la misa para pasar el rato y comer juntos”.
“En Estados Unidos, los mercados pueden parecer turísticos, raros o artificiales, pero yo creo que estos mercados se construyeron para servir a un propósito: la comunidad. Los mercados se construyen allí auténticamente para que la gente se reúna después de los templos, pero también es una experiencia genial para los turistas”.
En la capital, Taipei, hay más de 30 mercados nocturnos, entre ellos el de Shilin, el mayor y más popular; y el de Raohe, uno de los más antiguos de Taipei, que data de 1987.
“Casi todos los mercados tienen un plato diferente por el que son conocidos”, dice Vermillon.
“La tortilla de ostras es un plato básico en el mercado nocturno de Shilin. El mercado nocturno de Raohe es conocido por su bollo de pimienta negra de Fuzhou: un crujiente bollo de cerdo cubierto con salsa de pimienta negra y cebolla”.
Los viajeros más valientes también pueden probar el “tofu apestoso” frito, un plato de cuajada de fríjoles fermentado de aroma penetrante que es “muy común en los mercados nocturnos”.
Los bulliciosos mercados, en los que también se vende ropa, arte, artesanía y otros souvenirs, pueden llenarse de gente. Prepárate para hacer fila en los mejores puestos para degustar las especialidades.