BEIRUT.- Por lo menos nueve personas murieron y otras 2750 resultaron heridas cuando los beepers usados por miembros de Hezbollah -incluidos combatientes y médicos- detonaron en el Líbano y Siria. Esto es lo que se sabe hasta ahora del episodio, por el que se acusa a Israel.
Las detonaciones comenzaron sobre las 15.30 (hora local) en el sur del Líbano, en los suburbios del sur de Beirut conocidos como Dahiyeh y en el valle oriental de la Bekaa, todos ellos bastiones de Hezbollah. Testigos afirmaron que oyeron explosiones hasta una hora después.
Según fuentes de seguridad e imágenes de video, algunas de las detonaciones siguieron al sonido de los beepers, lo que hizo que los dueños pusieran las manos sobre ellos o se los llevaran a la cara para ver el mensaje en la pantalla.
Las explosiones fueron relativamente contenidas, según las imágenes. En dos fragmentos distintos de grabaciones de cámaras de seguridad de supermercados, las explosiones solo parecieron herir a la persona que llevaba el beeper o a la que estaba más cerca de él.
Las imágenes grabadas en hospitales y compartidas en las redes sociales mostraban a personas con heridas de diversa consideración, como en la cara, con dedos perdidos y heridas abiertas en la cadera, donde probablemente llevaban el localizador.
Las explosiones no parecen haber causado daños importantes ni provocado incendios.
Las imágenes de los beepers destruidos mostraban un formato y unas calcomanías en la parte posterior que coincidían con los dispositivos fabricados por Gold Apollo, una empresa de beepers con sede en Taiwán. Sin embargo, este miércoles, la firma taiwanesa lo negó.
Los combatientes de Hezbollah habían empezado a utilizar beepers como medio de baja tecnología para tratar de evitar el seguimiento israelí, según fuentes familiarizadas con las operaciones del grupo islamista.
Tres fuentes de seguridad dijeron a Reuters que los beepers que detonaron eran el último modelo introducido por Hezbollah en los últimos meses.
Hezbollah dijo que estaba llevando a cabo una “investigación científica y de seguridad” sobre las causas de las explosiones. Fuentes diplomáticas y de seguridad especularon con la posibilidad de que las explosiones se debieran a la detonación de las baterías de los dispositivos, posiblemente por sobrecalentamiento.
Los expertos se mostraron desconcertados por las explosiones, pero varios dijeron que dudaban de que la batería por sí sola hubiera sido suficiente para provocar las explosiones.
Paul Christensen, experto en seguridad de baterías de iones de litio de la Universidad de Newcastle, dijo que el nivel de daño causado por las explosiones de los beepers parecía incoherente con los casos conocidos de fallo de este tipo de baterías en el pasado.
“Estamos hablando de una batería relativamente pequeña que estalla en llamas. No estamos hablando de una explosión mortal. Necesitaría saber más sobre la densidad energética de las baterías, pero mi intuición me dice que es muy poco probable”, afirmó.
SMEX, una organización libanesa de defensa de los derechos digitales, dijo que Israel podría haber aprovechado un punto débil del dispositivo para hacerlo explotar, y que los beepers podrían haber sido interceptados antes de llegar a Hezbollah y manipulados electrónicamente o haberles implantado un artefacto explosivo.
Las fuerzas de inteligencia israelíes han colocado anteriormente explosivos en teléfonos personales para atacar a sus enemigos. Los hackers también han demostrado su capacidad para inyectar códigos maliciosos (malware) en dispositivos personales, haciendo que se sobrecalienten y exploten en algunos casos.
Los beepers proceden de Taiwán y fueron cargados con explosivos en algún momento antes de llegar a Líbano, según un informe del diario estadounidense The New York Times.
Los también conocidos como pagers habían sido encargados al fabricante taiwanés Gold Apollo, aseguró el NYT, citando a funcionarios estadounidenses bajo anonimato “y de otros países”.
Según algunos de los responsables, fueron manipulados por Israel antes de llegar a Líbano.
El Ministerio de Relaciones Exteriores libanés calificó las explosiones de “ciberataque israelí”, pero no dio detalles sobre cómo había llegado a esa conclusión. El ministro de Información libanés, Ziad Makary, dijo que el ataque era un atentado contra la soberanía del Líbano y lo calificó como una “agresión israelí”.
Hezbollah también culpó a Israel de las explosiones y dijo que recibiría “un castigo justo”.
El Ejército israelí no quiso hacer comentarios a las preguntas de Reuters sobre las explosiones.
Los médicos atienden a los heridos en el estacionamiento de un hospital del suburbio sur de Beirut, un bastión de Hezbollah, y los habitantes acuden para donar sangre, tras la explosión de cientos de beepers de miembros del movimiento proiraní libanés.
En un hospital de los suburbios del sur de Beirut, un corresponsal de la AFP vio heridos atendidos en un estacionamiento, sobre colchones colocados en el suelo y camillas cubiertas de sangre. En otro hospital, heridos son atendido en vehículos. Imágenes de personas ensangrentadas, algunas de las cuales perdieron sus dedos, circulaban en las redes sociales.
Bajo carpas instaladas rápidamente bajo un puente, centenares de personas se congregaban para dar sangre, en medio de las sirenas de ambulancias. Un testigo declaró que vio a un miembro de Hezbollah que solía recibir mensajes en su beeper, justo antes de que el aparato explotara. En el barrio comercial de Hamra, decenas de personas se congregaron frente a la entrada de uno de los principales hospitales de la capital, en medio del ir y venir de las ambulancias.
En el exterior del servicio de urgencias del Centro Médico de la Universidad Americana de Beirut, hombres y mujeres, algunas con chadores negros, trataban de obtener noticias de los heridos en una atmósfera de caos. Algunos lloran, otros expresan su furia. Una persona informa por teléfono a una persona que uno de sus familiares perdió una mano y está herido en la cadera.
Las sirenas sonaban en toda la ciudad cuando las ambulancias iban y venían de la Defensa civil o de la Cruz Roja libanesa, pero también de otros servicios de urgencia, incluidos los socorristas afiliados al movimiento Amal, aliado del Hezbollah. Soldados y civiles trataban de facilitar el paso de los vehículos, mientras que rescatistas vestidos con camperas fluorescentes guiaban las ambulancias por las calles congestionadas de la capital. En el sur de Líbano, un corresponsal de la AFP vio decenas de ambulancias circulando entre las ciudades de Tiro y Saida en ambos sentidos. En el este del Líbano muchas personas resultaron heridas en incidentes similares en el valle de Beca.
Agencias Reuters y AFP
LA NACION