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Alemania quiere una inversión sin precedentes para reforzar el ejército con un fondo de 500.000 millones de euros


Alemania se prepara para rearmarse, cueste lo que cueste, como no lo hace desde la derrota del nazismo en la segunda guerra mundial. «A cualquier precio», el futuro canciller y líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), Friedrich Merz está dispuesto a coordinar con los partidos en el Parlamento para inyectar millones de euros en defensa para construir una Europa independiente de Estados Unidos y ayudar a Ucrania. Se va a crear un fondo de 500.000 millones de euros para gastos de defensa.

También analizan la perspectiva de reimplantar el servicio militar y la reserva, cuando suenan las trompetas bélicas en la Unión Europea, tras la crisis con Donald Trump.

El futuro canciller insiste en la necesidad de que Alemania y Europa se preparen «para el peor escenario». Es decir, el abandono del aliado estadounidense, creando una defensa autónoma. Cree que fue una emboscada deliberada y bien preparada la que sufrió el presidente ucraniano Volodimir Zelenski en la Casa Blanca, en manos de Trump y Vance.

«A cualquier precio, Alemania tendrá que dotarse de medios para modernizar su equipamiento militar, pertrechar mejor a la Bundeswehr y, si es necesario, ayudar a Ucrania”, declaró el líder de los demócrata-cristianos, repitiendo la famosa fórmula del expresidente del BCE, Mario Draghi destinada a calmar los mercados financieros en 2012.

En este caso, los gastos de defensa superiores al 1% del PBI, es decir, 44.000 millones de euros, quedarán exentos del freno de la deuda. Por tanto, se reformará esta disposición de la política económica alemana, que tradicionalmente limita el importe de la deuda contraída por el país al 0,35% del PBI.

Un fondo millonario

La CDU y el SPD quieren crear un fondo especial de 500.000 millones de euros para compensar la falta de inversiones acumulada durante la era Merkel.

Incluso antes de asumir el cargo, la futura coalición alemana ha llegado a un acuerdo para inyectar cientos de miles de millones de euros, en una industria de defensa y una infraestructura en crisis.

Bajo el liderazgo del futuro canciller, la CDU y el SPD han decidido crear un fondo especial de unos 500.000 millones de euros para inversiones públicas, con una duración de diez años. También implicará eliminar los obstáculos constitucionales que limitan el recurso a la deuda.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, pidió este miércoles tras hablar por teléfono con el canciller saliente de Alemania, Olaf Scholz. Foto EFE

El presupuesto del propio Ministerio de Defensa alemán es de 50 mil millones de euros. Tras la invasión rusa de Ucrania en 2022, el gobierno saliente creó un fondo especial de 100.000 millones de euros, cuyo vencimiento está previsto para 2027. Además, se necesitarán no menos de 88.000 millones de euros para cumplir con el compromiso de los países de la OTAN de dedicar al menos el 2% de su PIB al gasto militar.

Zelenski habló este miércoles con el actual canciller alemán Olaf Scholtz. “Hablé con el canciller federal Olaf Scholz para tener una conversación honesta sobre diversos temas y nuestra visión para la futura arquitectura de seguridad”, escribió en X.

“Dependemos de la unidad de Europa en torno a Ucrania y estamos trabajando para lograrla. Todos queremos un futuro seguro para nuestro pueblo. No un alto el fuego temporal, sino el fin de la guerra de una vez por todas. Con nuestros esfuerzos coordinados y el liderazgo de los EE. UU., esto es totalmente alcanzable.

Siempre recordaremos la contribución de Alemania al fortalecimiento del escudo aéreo de Ucrania y, lo más importante, a la protección de miles de vidas. Gracias por su apoyo”, dijo.

Matemática de la guerra

Los europeos se reunirán mañana en un Consejo Extraordinario en Bruselas para discutir el rearme de la UE, que contempla 800.000 millones de euros en inversión en defensa comunitaria. Los aliados europeos aspiran ahora a un objetivo más cercano al 3% de su PBI en defensa.

Para los conservadores alemanes, ganadores por un estrecho margen de las elecciones legislativas del 23 de febrero, este plan se asemeja a un momento de verdad política.

«Los tiempos difíciles requieren medidas muy serias», afirmó Markus Söder, líder de los conservadores bávaros, reconociendo que la población alemana está ahora muy preocupada por el nuevo clima de seguridad que prevalece en Europa.

Para aprobar este proyecto de ley, que también ofrece a los estados federados nuevas posibilidades de endeudamiento para financiar, por ejemplo, gastos en digital y transporte, el SPD y la CDU necesitan, en el caso de las reformas constitucionales, dos tercios de los votos en el Bundestag. Para ello, es la Asamblea Legislativa saliente, y no la próxima, la que se reunirá, probablemente la próxima semana, para intentar lograr ese quórum, con la ayuda de los Verdes. Estos últimos todavía se muestran reticentes a votar estos textos.

Por el contrario, la configuración del nuevo hemiciclo, donde los partidos de extrema derecha y de izquierda radical son hostiles a ese tipo de gastos, acaparan casi el 34% de los votos.

FOTO DE ARCHIVO: WASHINGTON, DC - 04 DE MARZO: El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se dirige a una sesión conjunta del Congreso en el Capitolio de Estados Unidos el 04 de marzo de 2025 en Washington, DC. Foto ReutersFOTO DE ARCHIVO: WASHINGTON, DC – 04 DE MARZO: El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se dirige a una sesión conjunta del Congreso en el Capitolio de Estados Unidos el 04 de marzo de 2025 en Washington, DC. Foto Reuters

En la pos guerra fría, Europa eligió el estado de bienestar al estado de guerra. Las tensiones con Donald Trump por Ucrania, su decisión de elegir de aliado a Vladimir Putin cuando la UE se siente amenazada por el ha cambiado las prioridades, en un clima sombrío.

Alemania, que ha hecho de su rectitud fiscal una virtud, ahora va a aplicar una política “de gastar, gastar y gastar”. El enfoque puede describirse crudamente como “keynesianismo militar”: la idea de que la inversión estatal en defensa creará los empleos, la prosperidad y el crecimiento económico, que significa que no hay razón para elegir entre armas o poder de compra.

El keynesianismo militar es aquel en el que las actividades del Estado se concentran en la inversión y el empleo en defensa. Estados Unidos ha sido un ejemplo de este modelo de economía política. Al igual que otras naciones aliadas, Estados Unidos disfrutó de un bajo desempleo y casi duplicó su PBI durante la Segunda Guerra Mundial.

Los europeos, que se enfrentan a una triple amenaza para su seguridad, prosperidad económica y democracia interna, están empezando a adoptar el keynesianismo militar en el siglo XXI.

Para los partidarios del keynesianismo militar, Alemania está en una posición única para utilizar sus fortalezas manufactureras en la producción de defensa. Alemania ha quedado atrapada en una trampa de baja demanda, y sus fábricas de automóviles vaciadas y los trabajadores despedidos de VW pueden ser redirigidos al rearme, sectores que todavía han impulsado el crecimiento de la productividad, en una economía por lo demás estancada.

El servicio militar obligatorio

Las crecientes valoraciones de las acciones de las empresas de defensa europeas, encabezadas por la alemana Rheinmetall, reflejan la era venidera del keynesianismo militar en la mayor economía de Europa.

El debate sobre la reintroducción del servicio militar obligatorio vuelve a cobrar protagonismo en Alemania, en un momento en que los europeos están discutiendo una defensa común ,ante el cambio de postura de la administración Trump a favor de Rusia.

Sin embargo, «en la actual situación de amenaza», la suspensión del servicio militar en Alemania, en vigor desde 2011, «ya no es adecuada», consideró el martes 4 de marzo Florian Hahn, diputado de la CSU, aliada bávara de la CDU, al popular diario Bild.

«Los primeros reclutas tendrán que cruzar las puertas de los cuarteles en el 2025», afirmó el portavoz del partido para cuestiones de defensa.

En una entrevista con la revista Stern, el veterano político alemán Joschka Fischer, ministro de Asuntos Exteriores de los Verdes entre 1998 y 2005, coincide con Florian Hahn.

«Hay que restablecer el servicio militar obligatorio para ambos sexos. Sin esta medida, no avanzaremos en la protección de Europa», insistió el ex defensor de la abolición del servicio militar obligatorio.

Los conservadores, que actualmente negocian con el Partido Socialdemócrata (SPD) para formar una coalición gubernamental, están desde hace tiempo a favor de reintroducir el servicio militar obligatorio, que incluya también a las mujeres jóvenes y con la posibilidad de realizar servicios comunitarios.

«Necesitamos un número mucho mayor de efectivos para la Bundeswehr. No puedo dar cifras exactas, pero con las cifras actuales no podremos hacer frente», declaró también Friedrich Merz el lunes.

Según las últimas cifras oficiales, la Bundeswehr cuenta actualmente con 181.174 efectivos uniformados. Bajo el gobierno saliente, el ministro de Defensa socialdemócrata Boris Pistorius, que tiene buenas posibilidades de estar en el próximo gobierno, había elaborado un proyecto destinado a incentivar a los jóvenes a realizar el servicio militar, introduciendo un censo obligatorio de los potenciales reclutas.

La perspectiva de un retorno al servicio militar obligatorio se consideraba entonces complicada.

La cuestión de los medios para acoger y entrenar a los reclutas se plantea en particular en un momento en que la Bundeswehr se encuentra en un proceso de renovación completa , tras años de escasa inversión por parte de sucesivos gobiernos.

André Wüstner, presidente de la asociación Bundeswehr, que representa a militares alemanes en activo y retirados, a civiles empleados en el ejército y a reservistas, considera, sin embargo, esencial que el servicio militar vuelva a ser una forma de obligación.

«Sin algún tipo de nueva obligación de servicio, no podremos reclutar y retener al personal que necesitamos», dijo André Wüstner al periódico conservador Die Welt. «Por supuesto, no se tratará de inscribir a todo un grupo de edad desde el principio, sino que se empezará de forma gradual», explicó.

No sería el único en contemplarlo. También Gran Bretaña y Francia están pensando en medidas similares.

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