Los médicos que lo atienden informaron que el Papa durmió bien toda la noche, ayudado con una mascara de ventilación mecánica no invasiva para facilitarle la respiración, después de los dos crisis respiratorias del lunes, que complicaron su recuperación.
El pronóstico sigue siendo reservado por lo que no está fuera de peligro. Desde la internación el 14 de febrero en el Hospital Gemelli, los médicos no han variado dos dictámenes breves: su situación es “complicada”, porque a la bronquitis crónica asmática por la que fue internado se agregó una neumonía en los dos pulmones.
Además siempre indicaron hasta hoy que el pronóstico era ·”reservado” porque existe el peligro de una infección más grave en los pulmones que la que padece y que luce bajo control porque Francisco no sufre de fiebre y sigue lúcido.
Como es obvio el Papa no participará de las celebraciones del Miércoles de Ceniza que da inicio a la Cuaresma, el período de cuarenta días que precede a la Pascua, que este año se celebra el 20 de abril.
El neumólogo Francesco Blasi, Director del departamento de medicina interna del policlínico de Milan, preguntado por el diario “Il Messaggero”, dijo que durante toda la noche el Papa fue ayudado con la ventilación mecánica no invasiva “porque así recibió un apoyo a la parte muscular del aparato respiratorio, reduciendo por lo tanto el esfuerzo”.
Blasi agregó que “durante l noche el Papa fue ayudado a mantener la oxigenación y contemporáneamente a un correcto reposo, sobre todo del diafragma, un músculo involuntario. Además, el ventilador ayuda a eliminar las secreciones”.
El neurólogo agregó que “con el alto flujo, el Papa recibe un poco de presión. Este método tiene la ventaja de controlar la cantidad de oxígeno que es erogado. El esquema normal es: “horas del día a alto flujo, horas nocturnas con la ventilación”.
Agregó que “la fiebre es la respuesta a la inflamación pulmonar y a la infección. Que el Papa esté apirético (sin fiebre) es una señal de control de la enfermedad. El hecho que colabore lúcido es importante porque en los ancianos, las infecciones y la sepsis pueden dar confusión mental y dificultades. No ha perdido el contacto con el mundo externo, es una buena noticia.”
El neurólogo milanés concluyó señalando que el organismo del Papa “esta luchando con la ayuda de los antibióticos y de todas las terapias, pero la recuperación de una persona anciana en condiciones respiratorias críticas es largo. Y si el estado agudo se prolonga, el organismo se debilita todavía más”.