Louise Lasalle tenía apenas 11 años. Despareció el pasado viernes cuando regresaba desde su colegio francés André Maurois a su casa en Épinay sur Orge, un suburbio parisino de clase media, donde los chicos van solos a la escuela .El caso conmovió a Francia. Ayer un hombre de 23 años confesó haberla asesinado en un bosque, cuando ella regresaba a su casa. Dijo que estaba furioso después de perder en el violento video juego Fortnite. Tenía antecedentes penales y pertenecía una familia adinerada.
Su novia reconoció que tenía ataques de extrema violencia cuando perdía.
Ante los investigadores, Owen L. acabó confesando este miércoles por la noche al reconocer el asesinato de Louise, de 11 años, el viernes en Longjumeau (Essonne). El hombre de 23 años fue acusado de “homicidio de un menor de 15 años”, anunció el miércoles por la noche la fiscalía de Evry. Posteriormente fue puesto en prisión preventiva.
Su novia también fue procesada el miércoles por la noche por no denunciar un delito. Fue puesta bajo supervisión judicial, de conformidad con las solicitudes de la fiscalía de Evry.
Fue a principios de semana cuando la investigación en torno al joven se intensificó. Owen L. fue reconocido por varias personas del barrio como el «hombre del gorro negro», con la capucha puesta sobre la gorra, que aparece en las imágenes de videovigilancia de la ciudad siguiendo a Louise, cuando salía de su colegio en Épinay-sur-Orge, el viernes 7 de febrero. El cuerpo sin vida del adolescente fue encontrado sólo unas horas más tarde, alrededor de las 2:30 de la madrugada, en el bosque de Longjumeau, a unos cientos de metros de la escuela.
Owen L., calificado de “adicto a los videojuegos”, también vive en Épinay-sur-Orge, en el sector donde se produjo el crimen. Ante los investigadores, el joven, puesto bajo custodia policial, comenzó a relatar una agenda salpicada de inconsistencias antes de confesar.
En el cuerpo de Louise, el instituto médico legal de Corbeil-Essonnes, que llevó a cabo la autopsia, constató «numerosas heridas provocadas con un objeto punzante en zonas vitales». Pero sobre todo, en los restos de la joven estudiante se encontró el ADN del principal sospechoso.
Tres personas del entorno del sospechoso también fueron detenidas el martes por la mañana por no haber denunciado un delito. Se trata de sus padres -su madre, de 48 años y su padre, de 49-, así como de su pareja, de 23 años. Estos últimos fueron liberados el miércoles por la tarde.
El hallazgo del cuerpo
El cuerpo de Louise Lasalle fue encontrado con heridas de arma blanca en Épinay-sur-Orge el sábado. Había desaparecido un día antes, después de comenzar a caminar hacia su casa, tras finalizar el dia escolar. Su hermana dio la voz de alerta al no verla llegar. Las autoridades catalogaron rápidamente el caso como una «desaparición preocupante» y desplegaron un amplio dispositivo de búsqueda, con perros de la brigada canina, drones y un helicóptero para rastrear la zona.
Finalmente, hacia las 2:30 de la madrugada del sábado, los equipos de rescate encontraron el cadáver de la niña en el interior del bosque de Longjumeau, en la región de Essonne. Presentaba signos de muerte violenta y fue trasladado al Instituto Forense de Corbeil-Essonnes, donde se le practicó la autopsia para determinar las causas exactas de su fallecimiento.
Según la autopsia, realizada en el instituto médico-legal de Corbeil-Essonnes, se observaron en el cuerpo de Louise “numerosas heridas realizadas con un objeto punzante en zonas vitales”, indicó la fiscalía de Évry.
Su muerte ha horrorizado a Francia y ha aumentado las preocupaciones sobre la seguridad de los niños, después de que Bruno Retailleau, el ministro del Interior conservador, se comprometiera a restaurar la ley y el orden con penas más duras para los delitos violentos.
Muchas familias han decidido acompañar sus hijos a la entrada y la salida del colegio ante este hecho, que no es habitual en Francia. Los adolescentes tienen miedo ahora, en pleno invierno y con escasa luz, de ir solos y regresar del colegio, no lejos de Paris.
El asesino
Owen L, el asesino que reconoció los hechos, vivía con sus padres adinerados. Pero estaba desempleado y tenía antecedentes policiales por delitos menores. Su hermana lo había denunciado a la policía por golpearla. Ahora corre el riesgo de ser condenado a cadena perpetua si es declarado culpable de asesinato.
Según su propio testimonio, Owen L estaba jugando al juego de video en su Play Station. Descripto por su familia como “un adicto a los videojuegos”, explotó de furia después de una sesión de juego maratónica y salió furioso de la casa familiar. Su novia, que no ha sido identificada, dijo a los detectives que a menudo se enojaba sin control mientras jugaba juegos de acción y disparos violentos como Fortnite.
«Mientras jugaba a Fortnite, tuvo un altercado en línea con otro jugador, que lo insultó», dijo Grégoire Dulin, el fiscal. «Muy enojado, dejó de jugar y salió para calmarse».
Tomó un cuchillo, «con la intención de asaltar o robar a alguien», dijo el fiscal. Se encontró con Louise, cuando ella casi había llegado a su casa, en el mismo vecindario normalmente tranquilo que el suyo, a diez minutos a pie de la escuela a la que ambos asistían, aunque no al mismo tiempo.
No conocía a Louise
«Se encontró con Louise, a quien no conocía, por casualidad», dijo el fiscal. “Vio su celular, que llevaba colgado del cuello con una cuerda, y decidió seguirla”. Luego la convenció para que lo acompañara a un bosque cercano, con el pretexto de que había perdido algo allí”, dijo a los investigadores.
“Cuando llegaron a un lugar tranquilo, le dijo que iba a registrar sus cosas para robarle dinero, mientras la amenazaba con un cuchillo”, dijo Dulin. “Ella empezó a gritar. Presa del pánico, la empujó al suelo y la apuñaló”. Luego corrió a la casa, dejando el teléfono móvil de Louise, que fue encontrado junto a su cuerpo.
“No había pruebas de agresión sexual”, dijo el fiscal. Inmediatamente después del arresto de Owen L, insistió en que era inocente. Pero se dice que, luego, admitió su culpabilidad después de que se encontrara su ADN en el cuerpo de Louise, que tenía heridas de defensa que indicaban una lucha. El hombre tenía rasguños y cortes en la mano derecha. Pero no se ha encontrado el cuchillo que supuestamente utilizó para matar a la colegiala, que según él, tiró a un tarro de basura.
Su novia, a quien supuestamente le informaron del ataque cuando regresó a casa, ha sido acusada de no denunciar un delito, lo que se castiga con hasta tres años de prisión y una multa de 45.000 euros.
Los fiscales dijeron que de las investigaciones se había desprendido que Owen L había intentado anteriormente atraer a otra colegiala hacia el bosque, pero ella se había negado.
La muerte de Louise ha alarmado a las familias de toda Francia. También ha provocado un debate público sobre si los videojuegos violentos fomentan la violencia en la vida real.
Los efectos de los videojuegos
La asociación francesa de fabricantes de videojuegos emitió un comunicado condenando el asesinato y negando cualquier vínculo. «Los videojuegos no hacen que la gente sea violenta», declararon. “Los videojuegos son obras de entretenimiento, al igual que las películas, los libros o la música”.
Vanessa Lalo, psicóloga especializada en el impacto de la tecnología digital en el comportamiento, afirmó que la idea generalizada de que los videojuegos violentos fomentan la violencia en la vida real es falsa.
“No existe un vínculo causal entre los videojuegos y las acciones violentas. Esto ha sido demostrado por investigaciones científicas durante diez años”. Argumentó que afirmar que existe un vínculo es “a menudo una estrategia utilizada para minimizar la responsabilidad penal de un acusado”.
No todos tienen la misma opinión. Hay efectos de los videojuegos. Los síntomas incluyen cambios en el comportamiento y el estado de ánimo, como aislamiento social, ignorar actividades que antes disfrutaba y retraimiento cuando no juega, todo lo cual puede provocar irritabilidad, ansiedad o depresión. También puede notar un deterioro en el rendimiento escolar o laboral o una pérdida de control sobre el tiempo que pasa jugando”, según el Dr. Moberg, psiquiatra.
“Las consecuencias de la adicción a los videojuegos pueden manifestarse de diversas formas, como dolor en las muñecas, el cuello y los codos, ampollas en la piel, callos y trastornos del sueño . La adicción a largo plazo puede provocar obesidad, debilidad o entumecimiento en las manos (neuropatía periférica) e incluso coágulos sanguíneos”, afirma Moberg.
“Los principales tratamientos incluirían el uso de técnicas psicológicas estándar, como la terapia cognitivo conductual. Este tratamiento se basa en la premisa de que los pensamientos influyen en los sentimientos y los sentimientos influyen en la conducta, que influye en los pensamientos, etc. Enseña a las personas a reconocer y modificar patrones de pensamiento inexactos para ayudar a afrontar diversas situaciones de la vida. Hay algunos estudios iniciales sobre medicamentos, pero esta no es una opción sólida todavía”, explicó el Dr. Moberg.
“No hay una edad en la que se inicie el trastorno por videojuegos”, afirmó la Dra. Amy Shriver, pediatra de UnityPoint Health. “El noventa por ciento de los niños y adolescentes juegan en nuestra sociedad. Pero solo entre el uno y el nueve por ciento desarrollará un trastorno por videojuegos. Como ocurre con cualquier adicción, hay algunos que corren más riesgo”.
La Asociación de Psiquatria alerta que “por lo general, los adictos a los videojuegos pasan al menos ocho o diez horas al día frente al ordenador y treinta o más horas a la semana. Si no se le permite utilizar el ordenador, puede ponerse inquieto y enfadarse, y también puede pasar largos periodos sin comer ni dormir”.
Muchos estudios han demostrado que la adicción a los videojuegos provoca cambios en el cerebro similares a los que se producen en la adicción a sustancias y al juego. La evidencia también ha demostrado que existe una asociación entre la adicción a los videojuegos y la depresión, así como otros problemas psicológicos y sociales.