Crecen los temores en Europa a una larga e inquietante guerra en el Líbano entre Israel y Hezbollah

Gran Bretaña, Francia y Europa se preparan para una guerra larga e inquietante en Líbano, cuando los laboratorios farmacéuticos libaneses anuncian que han acumulado stock de medicamentos para 5 meses de conflicto. Los israelíes ciertamente van a inhabilitar a bombazos el único aeropuerto de salida de Beirut y discute una invasión terrestre tras los poderosos bombardeos. Los preparativos para una evacuación masiva de los ciudadanos europeos se ha puesto en marcha.

El gobierno de Gran Bretaña envió hoy 700 tropas a Chipre para ayudar en la evacuación de al menos 10.000 británicos de Líbano. Una de las grandes evacuaciones de la historia, donde no quieren repetir los errores de Afganistán en el 2021. A las tropas los acompañan oficiales de la cancillería y miembros de del UK Border Force para controlar la migración. Un pequeño número de tropas especiales se encuentra en Líbano entrenando a su ejército y organizarán la evacuación.

Los británicos en Líbano han recibido la opción de “salir ya” por medios comerciales .Pero la mayoría de las aerolíneas han cancelado los vuelos a Beirut. El único camino es Damasco, en Siria o en ferry de evacuación hacia Chipre .La situación se deteriora rápidamente. Los rusos, los sauditas, los jordanos, los baherines han recibido el llamado de salir de Líbano inmediatamente. Los norteamericanos ya han enviado 40.000 militares más a reforzar sus fuerzas .El temor a una expansión regional de la guerra es absoluto.

El secretario de defensa británico John Healey dijo que los “eventos en las pasadas horas y días han demostrado cuan volátil es esta situación. Por eso nuestro mensaje es claro a los británicos: váyanse ahora, inmediatamente”.

Para Líbano, Francia es la Madre Patria. Fue un ex protectorado francés. Los libaneses hablan francés, estudian en Francia. En esta horas el presidente Emmanuel Macron dialoga con Amos Hochstein, el enviado norteamericano a Medio Oriente en la Asamblea de Nueva York para encontrar un camino para un alto al fuego. Los norteamericanos no quieren la prolongación de este conflicto durante su campaña electoral.

Emmanuel Macron, pidió el miércoles en la ONU que Israel detenga «la escalada en el Líbano» y que Hezbollah libanés frene su fuego hacia Israel. «Pedimos firmemente a Israel que detenga la escalada en el Líbano y a Hezbollah que deje de disparar», declaró, afirmando que Israel no podría «extender sus operaciones en el Líbano sin que haya consecuencias».

La desescalada y las elecciones presidenciales libanesas van de la mano. Éste es el mensaje que el enviado francés para el Líbano, el ex canciller francés Jean-Yves Le Drian, transmitió a los protagonistas libaneses ayer, durante su sexto viaje a Beirut, en momentos en que la sangrienta guerra entre Hezbollah e Israel está en pleno apogeo.

Pero en lugar de eliminar la perspectiva de la elección de un presidente, la intensificación de los ataques israelíes estos dos días, que dejaron más de 500 muertos, debería, a los ojos de la comunidad internacional, acentuar la “urgencia” de llenar el vacío en Baabda, la residencia presidencial libanesa .

“Un presidente debe representar al Líbano durante las negociaciones de la fase posterior al conflicto”, insistió un diplomático, que pidió el anonimato. Hezbollah que, aunque pretende disociar el expediente presidencial del de la guerra, no parece dispuesto a dar pequeños pasos atrás para facilitar la celebración de las elecciones.

Si Le Drian no ha propuesto ninguna iniciativa para desbloquear el proceso, su última visita a Beirut es importante porque ha dado un impulso a los contactos diplomáticos en curso en Nueva York, en busca de un alto el fuego en el Líbano.

En torno a este ballet diplomático se estructuró la entrevista entre Le Drian y el Primer Ministro saliente, Nagib Mikati.

Mikati “recibió información según la cual se está gestando una solución diplomática para sacar al Líbano de la actual tormenta”, confiesa una persona cercana al Serail.

Se trata de un proyecto franco-estadounidense de alto el fuego. «Pero es París quien marca el camino, ya que Washington está preocupado por las elecciones presidenciales previstas para noviembre», confiesa una fuente diplomática. “Hay una intensa actividad diplomática en Nueva York para la desescalada. Podría conducir a una resolución vinculante del Consejo de Seguridad para imponer un alto el fuego”, espera el citado diplomático.

El Consejo debería reunirse esta semana, a petición de Francia, a través de su nuevo Ministro de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot. “Francia pide, una vez más, a las partes y a quienes las apoyan que reduzcan la tensión y eviten una conflagración regional, que sería devastadora para todos, empezando por las poblaciones civiles. Por eso pedí que se celebrara esta semana una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad sobre el Líbano”, insistió en su discurso del lunes en Nueva York.

Un mensaje similar fue enviado al jefe del bloque parlamentario de Hezbollah, Mohammad Raad, que también recibió al enviado especial del Elíseo. Sin embargo, Raad reiteró la posición tradicional de su partido: separar el frente libanés de la guerra en Gaza está fuera de discusión. Pero el partido está dispuesto a disociar las elecciones presidenciales de la guerra.

Israel provocó infinitamente para conseguir esta guerra en Líbano. Hezbollah no la quería. Su ataque al Norte de Israel es para apoyar a Hamas. Menos interés tenía Irán, con un nuevo presidente moderado, que habla un inglés de Cambridge, y tiene diferencias por sus reformas con el ayatollah Kamenei y los guardias de la revolución por sus métodos. Él quiere que levanten las sanciones a Irán ,resucitar el acuerdo nuclear y la troika que lo obtuvo.

Hoy la guerra se extiende peligrosamente, contra la voluntad de Hezbollah e Irán. Pero Israel humilló a Hezbollah en este bombardeo, busca decapitar su jefatura, incluido su secretario general Hassan Nasrrallah. Trata de involucrar a Estados Unidos en la guerra y que Benjamin Netanyahu pueda permanecer en el poder, sin ir a la prisión por corrupción y “crímenes de guerra”, como el líder de Hamas.

Esta es la tercera guerra libanesa. Así lo perciben los israelíes. Pero es una guerra con nuevos métodos. El plan israelí es bastante claro. El ejército avanza ampliando e intensificando sus acciones, ahora dirigidas a zonas residenciales con el objetivo de presionar a Hezbollah ,haciendo que su base popular pague el precio de la guerra.

Además de esta escalada gradual y expansiva, Israel deja espacio para la diplomacia. Pero con un solo objetivo: obligar a Hezbollah a ceder a todas sus condiciones y detener los combates, separando el frente libanés del de Gaza y retirándose al norte del río Litani.

Para Hezbollah, la situación ahora es completamente diferente. Después de una semana, marcada por la explosión de beepers y walkie-talkies, el ataque en los suburbios del sur que decapitó al mando de la fuerza de Al Radwane y el día negro del lunes, no puede negociar un alto el fuego. Cualquier acuerdo significaría que habría salido derrotado.

La lógica israelí es clara: cada nueva escalada tiene como objetivo poner de rodillas a Hezbollah. Matar a sus 16 comandantes en una sola acción, tras la operación de los beepers, liquidar al comandante a cargo de los misiles, bombardear su barrio en el sur de Beirut.

Todo parece indicar que Hezbollah ha sido infiltrado, probablemente ayudado Israel por la brutal situación económica libanesa, la pobreza y los recelos que produce con su control poblacional. Aunque en algunos países es considerado una organización terrorista, en Líbano Hezbollah es un partido político de origen siita, pos guerra civil, con representación parlamentaria y ministros, con una milicia que es considerada la Resistencia del Sur del Líbano en la Constitución Nacional, armada por Irán, en un país de 18 comunidades diferentes.

El problema para Hezbollah con esta guerra es no dividir a la sociedad libanesa, donde los bombardeos israelíes ya han producido 500.000 desplazados del sur del Líbano y el valle de Bekka, con amplia población shiita. Muchos libaneses no perdonan a la milicia la explosión del puerto de Beirut, que volvió a destrozar la ciudad.

Qartaba, Mayrouba, Ehmej. Los alrededores de estos pueblos cristianos fueron alcanzados por misiles israelíes, tras intensos ataques llevados a cabo principalmente contra regiones predominantemente shiítas, donde se encuentra Hezbollah. La caída de proyectiles sobre estas regiones cristianas, lindantes por cierto con localidades shiítas, plantea una serie de interrogantes.

El mensaje podría incluso dirigirse a los cristianos, mayoría en estas regiones, para animarlos a no apoyar a sus vecinos shiitas. El ejemplo de compasión nacional, expresado por un gran segmento de libaneses de todas las religiones juntas, tras la doble oleada de explosiones de beerper y walkie-talkies, iría así en contra de la supuesta voluntad del Estado hebreo de debilitar a Hezbollah internamente. Israel busca generar la discordia entre los libanesas, una nueva guerra civil.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu pidió a los libaneses que se alejen de las regiones en conflicto. “La guerra de Israel no es contra ustedes sino contra Hezbollah. Hezbollah los ha estado utilizando como escudos humanos durante mucho tiempo”, dijo.

Claramente, ese mensaje está dirigido principalmente a las comunidades no shiítas. Una estrategia que recuerda a la guerra de 2006, cuando Israel lanzó panfletos en las regiones cristianas, con el objetivo de lograr desvincular a esta comunidad, en gran parte de la cual es abiertamente hostil a Hezbollah. Los ciudadanos recibieron llamadas telefónicas anónimas en ese momento, instándolos a no apoyar a Hezbollah ni acudir en su ayuda.

Israel busca reducir las capacidades de Hezbollah, neutralizarlas durante un largo período de tiempo y concluir un acuerdo político, que cambiaría las reglas del juego durante décadas, con repercusiones en la escena política interna del Líbano y su papel en la región.

La única manera que tiene Benjamín Netanyahu de presionar a Hezbollah para que detenga la guerra es ejerciendo una fuerte presión militar sobre él. Sin embargo, si Hezbollah logra infligir graves daños a su adversario, esto podría contribuir a la apertura de una ventana diplomática. Por otro lado, si Hezbollah no logra dar golpes significativos, la expansión israelí continuará. Podría concretarse una invasión terrestre.

Pero Israel sabe que sus fuerzas están exhaustas y divididas como su país tras la guerra de Gaza. Hezbollah es la milicia mejor entrenada y más armada del mundo, feroces guerreros con inspiración religiosa. La ofensiva puede ser altamente costosa e imprevisible para Israel, como en la guerra del 2006.

Pero el partido shiíta sigue vinculando el fin de las hostilidades en el Líbano con el de los combates en Gaza. Los círculos diplomáticos consideran que el lanzamiento de la Batalla del Líbano constituye una nueva fase de la guerra israelí en la región. Cualquier alto el fuego en este frente debería conducir a un alto el fuego en el enclave palestino.

“Los israelíes fingen querer negociar. Pero en realidad sólo cuentan con una intensificación de sus operaciones”, afirmó la fuente cercana a Hezbollah.

Para presionar a Israel, Hezbollah apuesta por el imposible regreso de decenas de miles de israelíes que tuvieron que huir del Norte. «No volverán a casa hasta que cese la guerra en Gaza», afirma una fuente cercana a Hezbollah.

Y dice haber recibido muchos mensajes, pero subraya que el campo de batalla será decisivo. “Estamos gestionando la batalla sobre la base de que la guerra aún está en sus primeras etapas, especialmente a medida que evoluciona y se transforma”, añade la citada fuente.

Hezbollah cree que Israel todavía duda en llevar a cabo una incursión terrestre en territorio libanés para evitar grandes pérdidas mientras mantenga la superioridad aérea. Hasta ahora Beirut y los suburbios permanecen fuera del conflicto , a pesar de algunos ataques selectivos. Pero podrían ser atacados más adelante para aumentar la presión.