El canciller de Surinam Albert Ramdin fue elegido este lunes como el nuevo secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) por aclamación en una asamblea general extraordinaria en Washington, el primer caribeño al mando de la organización que con la nueva gestión busca tener menos influencia de Estados Unidos y ser más “dialoguista” con países como Venezuela. Evitando nombrar a China, Washington advirtió sobre las «influencias extraterritoriales» en la región.
El diplomático, de 67 años, sucederá al uruguayo Luis Almagro, cuyo mandato finaliza el 25 de mayo, luego de una década en el cargo. Su gestión regirá hasta 2030.
El que era su único rival, el ministro de Exteriores de Paraguay, Rubén Ramírez Lezcano, afín al presidente norteamericano Donald Trump, retiró su candidatura el pasado miércoles, después de que varios países, entre ellos Brasil y Uruguay, anunciaran en bloque su respaldo a Ramdin. El surinamés se garantizaba así la mayoría.
De los 34 países con derecho a voto, Ramdin contó con el apoyo explícito de la Comunidad del Caribe (Caricom), Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Uruguay, Costa Rica, Ecuador y República Dominicana. Eso le aseguró más de los 18 votos necesarios para dirigir la organización durante los próximos cinco años, con posibilidad de reelección.
Al haber un solo postulante, se decidió nominar al candidato por aclamación y entonces no se votó
Cambio de posición
Poco después de ganar las elecciones, Trump había recibido al candidato paraguayo en su residencia de Mar a Lago y se sacó fotos con él, en una virtual muestra de apoyo. Sin embargo, esa cercanía no fue bien vista por algunos países.
Según el presidente paraguayo Santiago Peña, hubo un cambio de posición “abrupta e inexplicable” de “países amigos”, de peso regional. Sin nombrarlos se refería a Brasil y Uruguay, que supuestamente habrían comprometido antes el apoyo al candidato paraguayo, pero luego Lula da Silva y Yamandú Orsi habrían decidido cambiarlo para el surinamés ante la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y sus primeros pasos en el gobierno.
Esta decisión fue un golpe para Estados Unidos, y también Argentina, que no habían anunciado públicamente el apoyo a ningún candidato, pero estaban alineados con el paraguayo, más afín al presidente estadounidense.
Estados Unidos es el mayor aportante del organismo y, ante el desprecio que Trump ha manifestado de las organizaciones multilaterales y el retiro de OMS, sumado a los drásticos recortes en el gasto federal impulsado por Elon Musk, la OEA vive tensos momentos.
En ese sentido, China podría ganar influencia en el foro regional, donde es un observador sin derecho a voto. Hay quienes resaltan una reunión en 2024 entre Ramdin y el embajador chino, Lin Ji, pero el surinamés niega tener el respaldo de Pekín.
Pese a las diferencias ideológicas con Ramdin, el gobierno de Trump, desinteresado de los organismos multilaterales, no maniobró en contra de las aspiraciones de Surinam y no impulsó a otro candidato.
Estados Unidos envió a la asamblea a un miembro de bajo rango, el funcionario del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Michael Kozak. En su discurso elogió la gestión de Almagro por su “fuerte defensa de la democracia”, y advirtió sobre el futuro de la región, con referencia a Venezuela y Nicaragua: “Debemos promover mayor acción contra los regímenes represivos, abogando por procesos electorales transparentes, libres de fraude y de interferencia externa”, dijo.
Pero, además, hizo una fuerte alerta por la posible intromisión de China en la región. Sin nombrar al país asiático, cuya presencia en la región inquieta a EE.UU, dijo: “Le pondremos fin a las influencias extracontinentales. Como ha dicho nuestro secretario Marco Rubio, Estados Unidos nunca puede dejar de olvidar la tiranía de los regímenes de Venezuela, Nicaragua y Cuba, que le roban a la gente los derechos propios y conspira a contra los adversarios para ponerle fin a la estabilidad y la paz de estos países”.
Y advirtió: “Los actores antidemocráticos en esta región, apoyados por estos adversarios extracontinentales, buscan ampliar su fuerza en hemisferio, suprimir los valores democráticos y trabajan para corroer las instituciones democráticas de todas las Américas. Esto pone en peligro tanto nuestra seguridad nacional como nuestra prosperidad económica, con las consecuencias que se sienten en todo el hemisferio. Estas amenazas deben terminar”.
En su discurso luego de ser proclamado, Ramdin consideró que «este momento es una nueva oportunidad, para demostrar al mundo y a nosotros mismos que nuestro Hemisferio es pacífico y que puede transformarse en una región políticamente robusta y económicamente próspera en beneficio de nuestros pueblos. Reconstruir la fortaleza y relevancia de la Organización de Estados Americanos redundará en beneficio de todos nuestros pueblos».
Según Ramdin, los Estados miembros «ven un futuro donde la OEA puede desempeñar un papel, sin convertirse en un espectador, sin ningún rol, pero tampoco en una fuerza que tome partido». «Un mediador honorable no puede tomar partido y no queremos estar en esa posición», afirmó al Atlantic Council días atrás.
Países como Brasil, México y Colombia acusaban a Almagro a veces de alinearse demasiado con Estados Unidos. Su oposición frontal al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y al de Venezuela, Nicolás Maduro, le valió tanto críticas como elogios.
Para Brasil, «muchas veces la OEA tomó partido en disputas internas, generando el efecto contrario al buscado. La defensa de la democracia que es tan importante no pocas veces fue objeto de selectividad política, lo cual restó selectividad y pertenencia a la OEA en determinados temas, especialmente frente a crisis como Venezuela y Nicaragua, países que se alejaron de la organización. Hay que ayudar a los estados a cumplir sus obligaciones por medio del diálogo y mecanismos institucionales de la OEA», dijo la secretaria general de Relaciones Exteriores brasileña, Maria Laura Rocha.
Ramdin tiene amplia experiencia en la burocracia de la OEA ya que fue secretario adjunto entre los años 2005 y 2015, una cualidad que le destacaron los que lo apoyaron.
Asumirá en tiempos difíciles y busca un rol regional importante, sobre todo en conflictos como Venezuela que, al igual que Cuba, no participa en la organización, y también Nicaragua, que salió del organismo, y Haití.