En otra gala de civismo, este sábado a la tarde Yamandú Orsi (57) asumirá como presidente de Uruguay. Rodeado de ex mandatarios uruguayos, la jornada que marca el regreso del Frente Amplio al poder también trae serios desafíos en la generación de empleo en un país muy caro y una puja entre el dólar y la inflación.
Yamandú Orsi, profesor de historia e intendente del departamento de Canelones durante la última década, integra el Movimiento de Participación Popular (MPP), el ala izquierda del Frente Amplio referenciada en el ex presidente José «Pepe» Mujica.
«Pragmático progresista«, según se definió ante Clarín, será el primer presidente en mucho tiempo que no reside en Montevideo y de ahí el mote de «Canario». Padre de dos hijos y casado con la artista Laura Alonsopérez (54), una primera dama de bajo perfil que integra una compañía de artes escénicas. No vivirá en la residencia oficial sino en su casa de Salinas, a 40 kilómetros de la capital, en calle de ripio y a dos cuadras del Río de la Plata.
Orsi reconoce que los inversionistas pueden llegar a mirarlo con desconfianza por ser «de izquierda y progresista». Ante el prejuicio se atajó y en plena campaña electoral anunció que el economista pro mercado Gabriel Oddone (61) sería su ministro de Economía.
El hombre que manejará la inflación anual de alrededor de 5% fue uno de los principales socios de la consultora CPA Ferrere, ligada a la banca privada, al Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial.
Fue una señal inequívoca a los mercados junto con la designación del economista ortodoxo Guillermo Tolosa (49) -que trabajó dos décadas en el Fondo Monetario Internacional-, como presidente del Banco Central de Uruguay (BCU). Además, Orsi llega al poder con todos los cargos designados. Otro gesto.
Un logro del gobierno del presidente saliente Luis Lacalle Pou (51) fue contener la inflación en el rango previsto. Aunque está cerca del techo, no lo rompió. El equipo económico de Orsi buscará mantener esa estabilidad, intentar crecer y revisar las cadenas de algunas industrias que llevaron los de los artículos de tocador al cuádruple de Brasil.
La economía, uno de los desafíos de Orsi
En la semana previa a la jura, Oddone lanzó la propuesta de desindexar salarios para contener la inflación. El rechazo no llegó desde la nueva oposición sino desde el mismo FA. El Secretario de la Presidencia (Jefe de Gabinete), el presidente del Partido y el futuro ministro de Trabajo mostraron su oposición. Un muestra gratis para Orsi de las tensiones internas que deberá administrar desde este sábado y por los próximos cinco años.
«En Uruguay está caro producir, generar puestos de trabajo y la iniciativa de Oddone buscó ser racional. Entre fines de 2014 y 2019 se perdieron 60 mil puestos de trabajo -mucho en Uruguay-, no es fácil crecer», señaló Ignacio Munyo, director ejecutivo de la consultora Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES), ante la consulta de Clarín.

En los tres meses que duró la transición también estalló otro problema grave para la economía de Uruguay. La “burbuja ganadera”, una crisis de los fondos de inversión ganadera que contabiliza millones de dólares en pérdidas y arrastra el ahorro de miles de uruguayos.
En un país en el que el propio Pepe Mujica le dijo a este diario que «hay más vacas que personas«, la preocupación no solo está en los ahorristas sino en los cientos de despidos en esa industria.
Las relaciones exteriores de Uruguay
En el plano internacional, las zigzagueantes respuestas de Orsi sobre Nicolás Maduro, el líder autocrático en Venezuela, se resolvieron por la no invitación a la jura. El régimen echó a los diplomáticos uruguayos tras la elección en Venezuela que la oposición y veedores internacionales califican de fraudulentas, y Lacalle Pou resolvió no firmar invitaciones a países en los que Uruguay no tiene representación.
En cambio, tanto el viernes como este domingo, Orsi recibe a delegaciones extranjeras, entre las que está el Rey de España Felipe VI y se espera a varios líderes como Luis «Lula» Da Silva (Brasil) y Gabriel Boric (Chile), a quienes el nuevo presidente destaca en la izquierda latinoamericana.

Un congreso atípico para el mandato de Orsi
Con el regreso del FA al poder después de cinco años, otra novedad en Uruguay será la gobernabilidad. Hace muchos años que un presidente no tiene el control de ambas cámaras del Congreso y ahora Orsi solo dominará el Senado.
“En Diputados será proyecto a proyecto”, anticipan en el nuevo oficialismo. En el Senado el Frente Amplio tiene 16 bancas, al tiempo que el Partido Nacional (blancos), nueve; y el Partido Colorado, cinco. Estos últimos dos, si mantienen la Coalición Republicana que Lacalle Pou formó para gobernar, suman 14. Y en Diputados, el FA tiene 48 y la Coalición 49, mientras que las dos restantes quedaron para Gustavo Salle (66) un abogado antisistema nacionalista y “antiglobalista” que con un megáfono llama «narco corruptos» a los políticos. Un caso atípico en la calma uruguaya, que logró una banca junto a su hija.
Luis Lacalle Pou rechazó asumir la banca que ganó en el Senado. El hombre que rompió con 15 años de hegemonía frenteamplista se retira con buena imagen positiva que supera por mucho el 50%. Publicó con un documento de 150 páginas titulado “Uruguay más libre”, que resume su Gobierno y destaca varios de los puntos que mantienen alta su popularidad.

Esa imagen será una amenaza latente a la gestión del Frente Amplio e ilusionará a más de un 40% de uruguayos que votaron a la Coalición Republicana. En Uruguay no hay reelección, por eso la ilusión opositora será la alternancia en 2030. En los seis primeros meses como ex presidente le debe pedir al Congreso autorización para viajar al exterior. Se irá del país el domingo, durante este mes hará otro viaje más «por motivos personales» y se descuenta que lidere la oposición.
Por fuera de Tabaré Vázquez (1940-2020) que logró dos presidencias, el otro dirigente con ese pergamino es Julio María Sanguinetti (89), primer presidente del retorno democrático en 1985 y elegido nuevamente en 1995, que estará entre los invitados para la jura de Orsi.
Con una claridad meridiana, trazó los lineamientos de la política uruguaya más allá de los partidos. «El Estado uruguayo es un estado social democrático, que lo puede administrar alguien más liberal o alguien más social demócrata, pero el Estado en sí es un estado social democrático», le dijo a Clarín.