Con tono desafiante y muy similar al de su campaña electoral, el presidente estadounidense Donald Trump hizo en la noche del martes una reivindicación de sus turbulentas primeras semanas en la Casa Blanca en una sesión conjunta del Congreso, en un discurso de una hora y 40 minutos que fue el más largo de la historia de Estados Unidos en esta tradicional ceremonia.
El nuevo jefe de la Casa Blanca resaltó la imposición de tarifas –aunque admitió que pueden ocurrir “perturbaciones”–, elogió su política migratoria y los recortes de su “hombre fuerte” Elon Musk y pareció suavizar su posición en la guerra en Ucrania tras su enfrentamiento con el presidente ucraniano en el Salón Oval.
Trump se presentó ante la Cámara de Representantes y el Senado, ambos liderados por republicanos, en la tradicional ceremonia que esta vez no se llamó “Discurso del Estado de la Unión”, porque es el año inicial de su mandato, sino que fue un mensaje al Congreso en sesión conjunta.
Es la primera vez que Trump se enfrentó a los legisladores en su nueva gestión. Ese recinto, que fue asaltado por sus simpatizantes el 6 de enero de 2021, estuvo esta vez abarrotado de legisladores republicanos, una minoría demócrata (algunos no asistieron) y funcionarios del gabinete trumpista así como miembros de la Corte Suprema, militares e invitados especiales.
Trump llegó envalentonado a esta sesión, con un firme control sobre su partido, con un partido opositor demócrata aún en shock y un comienzo de mandato a toda máquina y con medidas drásticas que en apenas 6 semanas sacudieron a los Estados Unidos y al mundo.
Trump repitió muchos de los temas clásicos de su campaña y no hubo revelaciones de nuevas políticas. Pero su ánimo era de festejo. «Hemos logrado más en 43 días de lo que la mayoría de las administraciones logran en cuatro u ocho años, y apenas estamos comenzando», dijo.
Las siguientes son algunas claves de su discurso.
Defendió las tarifas, aunque admitió “perturbaciones”
Trump dio su mensaje el mismo día en que entraron en vigor las tarifas a los productos desde México, Canadá y China, lo que provocó un desplome en Wall Street y los mercados globales.
Pero el presidente justificó la medida: dijo que durante años otros países han usado los aranceles contra Estados Unidos y ahora es el momento «de usarlos” contra esos países. “Si tu producto no está hecho en Estados Unidos vas a pagar aranceles”, desafió.

«Esto está pasando con amigos y enemigos. El sistema no es justo para Estados Unidos», aseguró Trump que reiteró que el 2 de abril se pondrán en marcha «aranceles recíprocos» contra sectores y países que graven a los productos estadounidenses. “Lo que nos arancelen a nosotros, les arancelaremos a ellos”, advirtió.
Más allá de su defensa, Trump admitió que Estados Unidos va a sufrir algunas «perturbaciones» a causa de las tarifas. «Los aranceles no solo sirven para proteger los empleos estadounidenses. Sirven para proteger el alma de nuestro país», agregó dando un tono más místico a la guerra comercial. Y agregó: «Habrá algunas perturbaciones, pero estamos bien con eso. No serán muchas».
Más temprano, Howard Lutnick, el secretario de Comercio, dijo que Trump podría anunciar un nuevo acuerdo comercial con México y Canadá incluso este miércoles. Pero el presidente no mencionó eso en su discurso del martes por la noche.
Llamó la atención la respuesta notablemente tibia que el tema aranceles recibió incluso de los legisladores de su propio partido. Los republicanos, que antes de ser devorados por el “trumpismo” festejaban el libre comercio y eran reacios al proteccionismo, aplaudieron este tramo del discurso, pero con mucho menos entusiasmo que cuando Trump estaba en terreno más seguro, defendiendo sus restricciones a la inmigración o interviniendo en las guerras culturales.
Un nuevo tono con Ucrania
Si bien Trump insistió con que Estados Unidos había gastado demasiado en Ucrania y que Europa no había aportado lo suficiente, el presidente pareció suavizar la tensión que surgió tras el desastre diplomático el viernes en el Salón Oval, donde Trump y el líder ucraniano Volodimir Zelenski se cruzaron con dureza ante las cámaras y el republicano lo llamó “irresponsable” y “desagradecido”.
Tras este episodio, el estadounidense había resuelto el lunes suspender la ayuda militar a Ucrania, pero en el discurso del martes pareció cambiar el tono y habló de su voluntad de restablecer la relación con el país.
Trump dijo que apreciaba un mensaje del Zelenski, en el que dijo que su país estaba «listo para sentarse a la mesa de negociaciones lo antes posible para acercar una paz duradera». Y que estaba listo para firmar un acuerdo para que Estados Unidos tuviera acceso a ingresos de Ucrania por minerales críticos y tierras raras. Trump también dijo que había tenido conversaciones «serias» con Rusia y que habían señalado que también están «listos para la paz».
«Es hora de detener esta locura», dijo. «Es hora de detener la matanza. Es hora de poner fin a la guerra sin sentido. Si quieres acabar con las guerras, tienes que hablar con ambos bandos».
La inmigración, su caballo de batalla
La inmigración fue el tema más fuerte de Trump durante la campaña electoral y las encuestas mostraron que los votantes prefirieron su línea más dura sobre los demócratas. Por eso no fue una sorpresa que Trump fuera un tema central de su discurso.
Uno de los aplausos más fuertes en el recinto surgió cuando el presidente se burló de aquellos que habían sugerido que la migración ilegal solo se podía reducir con la aprobación de leyes importantes. «Resultó que todo lo que realmente necesitábamos era un nuevo presidente«, dijo, lo que provocó un rugido de aprobación de los republicanos.
Trump sostuvo que su «mayor represión fronteriza y de inmigración en la historia de Estados Unidos» estaba ayudando a lograr «la gran liberación de Estados Unidos».
Trump también tocó las fibras emotivas al homenajear a asesinados por inmigrantes sin documentos, cuyos familiares estaban presentes en el recinto.
El apoyo a Elon Musk
El hombre más rico del mundo se ha convertido en el hombre fuerte del gobierno de Trump, a cargo de la “motosierra” en la administración pública con recortes drásticos de personal y de fondos con su agencia DOGE.
Los demócratas lo acusan de violar la autoridad de gasto del Congreso y las protecciones del servicio civil y ya hay varias demandas judiciales que frenan sus acciones.
Pero Trump dejó en claro el martes que apoyaba con fuerza el enfoque radical del empresario dueño de Tesla.

«Está trabajando muy duro», dijo Trump sobre Musk, quien desde el palco de Melania, en un lugar privilegiado, vestido de traje y corbata, asintió y sonrió en respuesta. «Él no necesitaba esto. Él no necesitaba esto. Muchas gracias. Se lo agradecemos».
Señalando a los demócratas, dijo: «Todos aquí, incluso este lado, lo aprecia, creo. Simplemente no quieren admitirlo. Basta con escuchar algunos de los espantosos residuos que ya hemos identificado».
El presidente dedicó varios minutos a enumerar una amplia gama de programas que el equipo de Musk ha recortado, alardeando de que el esfuerzo había identificado «cientos de miles de millones de dólares de fraude», aunque el propio DOGE dice que redujo 105 mil millones, y aún esa cifra no ha sido verificada.
La reacción demócrata
En los primeros minutos del discurso de Trump, el representante Al Green, demócrata de Texas, se puso de pie y comenzó a interrumpir al presidente.

Después de que Green ignoró múltiples advertencias del presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, ordenó al sargento de armas que sacara al legislador de la cámara. Otros demócratas protestaron con carteles que decían “Mentiroso», «Musk roba» y «Falso» o “paguen sus propios impuestos». Otros se retiraron durante el discurso de Trump.
Pero incluso cuando expresaron su disidencia, los demócratas mostraron que todavía estaban luchando por unirse en torno a un mensaje unificado de oposición a Trump.
Joe Biden culpable de todo
Como en la campaña, Biden sigue siendo el gran oponente de Trump. El presidente mencionó la administración de su predecesor más de una docena de veces y llamó a Biden «el peor presidente en la historia de Estados Unidos».
Culpó al demócrata de casi todos los problemas, incluidos el altos costo de los huevos, un tema que preocupa a los estadounidenses. “Joe Biden especialmente dejó el precio de los huevos fuera de control y estamos trabajando duro para bajarlos”, dijo. También lo responsabilizó por el crimen y las drogas que inundan la frontera, y lo acusó de ser débil con China.