WASHINGTON.- En una decisión poco frecuente, el secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth, convocó para comienzos de la próxima semana a una reunión de los altos oficiales del ejército, anunció el jueves el Pentágono en un comunicado, sin proporcionar más detalles.
Según The Washington Post, el jefe del Pentágono ordenó a todos los generales en posiciones de mando y a sus principales asesores que se reúnan el martes en la base de Quantico, en Virginia (este).
Consultado al respecto, Sean Parnell, vocero del Pentágono, respondió en un comunicado que Hegseth “dará un discurso ante sus altos mandos militares a principios de la próxima semana”.
The Washington Post describió esta reunión como “muy inusual”.
Se ha convocado a responsables desplegados tanto en todo el mundo como en Estados Unidos, sembrando confusión y alarma tras el despido de numerosos altos mandos por parte de la administración Trump este año.
Hegseth había ordenado en mayo reducciones significativas en el número de altos oficiales y generales en el ejército estadounidense, pero no se sabe si la reunión de la próxima semana está relacionada con esta directiva.
El Pentágono experimentó una serie de cambios desde el regreso al poder de Donald Trump en enero, cuya administración destituyó a varios altos mandos, en la mayoría de casos sin proporcionar explicaciones.
Ahora, en el contexto de un posible cierre del gobierno si el Congreso no aprueba el presupuesto federal antes de fin de mes, las maniobras abiertamente políticas de Hegseth profundizaron la angustia entre sus oponentes, que temen que esté socavando la posición del Departamento de Defensa como institución no partidista.
Hay alrededor de 800 generales y almirantes repartidos por Estados Unidos y decenas de otros países y zonas horarias. La orden de Hegseth, según fuentes familiarizadas con el asunto, se aplica a todos los oficiales superiores con rango de general de brigada o superior, o su equivalente en la Armada, que presten servicio en puestos de mando, y a sus principales asesores alistados. Normalmente, cada uno de estos oficiales supervisa a cientos o miles de soldados.
Se espera que también los altos comandantes desplegados en zonas de conflicto y altos líderes militares destacados en toda Europa, Medio Oriente y la región de Asia-Pacífico asistan a la reunión de Hegseth.
Ninguna de las fuentes contactadas por The Washington Post recordaba que un secretario de Defensa hubiera ordenado jamás a tantos generales y almirantes militares reunirse de esta manera. Varios comentaron que esto planteaba preocupaciones de seguridad, ya que el Pentágono cuenta con un sistema de videoconferencias de alta seguridad como para no movilizar a los mandos desde zonas de conflicto.
“La gente está muy preocupada. No tienen ni idea de lo que significa”, dijo una persona.
Otros expresaron su frustración porque incluso muchos comandantes destinados en el extranjero tendrán que asistir a la cumbre improvisada de Hegseth, y algunos cuestionaron la conveniencia de hacerlo. “Si surge algo, los mandos se verán reducidos”, declaró un funcionario de defensa.
El Departamento de Defensa posee y utiliza con frecuencia tecnología de videoconferencia de alta seguridad que permite a los oficiales militares, independientemente de su ubicación, discutir asuntos delicados con la Casa Blanca, el Pentágono o ambos. Otra persona afirmó que ordenar a cientos de líderes militares que se presenten en el mismo lugar “no es como se hace”.
“No se llama a los oficiales de operaciones especiales que lideran a su gente y a la fuerza global a un auditorio a las afueras de Washington sin explicarles el motivo, el tema o la agenda”, añadió esta persona.
“¿Estamos sacando a todos los generales y oficiales de bandera del Pacífico ahora mismo?”, preguntó un funcionario estadounidense. “Todo esto es extraño”.
En el Capitolio, donde la gestión poco ortodoxa de Hegseth del Departamento de Defensa ha irritado a miembros de ambos partidos políticos, los legisladores también parecieron sorprendidos. Los líderes republicanos y demócratas del Comité de Servicios Armados del Senado y la Cámara de Representantes no hicieron comentarios inmediatos sobre el asunto.
Las órdenes llegan en un momento en que Hegseth ha ordenado unilateralmente cambios masivos recientes en el Pentágono, incluyendo la reducción del número de generales en un 20% mediante una consolidación radical de los altos mandos militares, el despido injustificado de altos mandos y una orden de alto perfil para cambiar el nombre del Departamento de Defensa a Departamento de Guerra.
La inusual orden de presentarse en Quantico la próxima semana coincide con los esfuerzos de Hegseth por ejercer mayor influencia sobre quién asciende a oficial militar de alto rango, según informaron varios funcionarios al Post. Incluso en los niveles de una y dos estrellas, el equipo del secretario está analizando las relaciones pasadas y lo que los funcionarios han dicho o publicado en redes sociales, mientras deciden a quién ascender a un rango o asignación superior.
Esta iniciativa ha tenido un efecto disuasorio en los oficiales en ascenso, según personas familiarizadas con el asunto, ya que varios funcionarios han expresado su inquietud por la iniciativa y se han preguntado si erosionará la capacidad de las fuerzas armadas para mantenerse al margen de la política tóxica del país. Otros han dicho que esa presión obligaría a algunos oficiales en ascenso a irse, lo que resultaría en enormes pérdidas para el Pentágono en términos de tiempo y dinero gastados en entrenar a esos líderes.
Desde su nombramiento, Hegseth enfrentó duras críticas por su falta de experiencia. Su máximo rango militar fue capitán de la Guardia Nacional del Ejército de Minnesota, luego se desempeñó como comentarista de televisión y nunca dirigió una organización mayor que una pequeña organización sin fines de lucro.
Agencia AFP y diario The Washington Post