SAN PABLO.- La expresidenta de Brasil Dilma Rousseff, de 77 años, ingresó en un hospital de Shanghái, China, luego de un malestar físico el pasado viernes.
El diario brasileño Folha de Sao Paulo informó el lunes que la expresidenta fue hospitalizada en el Centro Médico Internacional del Este de Shanghái tras presentar un cuadro de hipertensión, vómitos y mareos a fines de la semana pasada. La información también fue publicada por el sitio de noticias Metrópoles, que confirmó el hecho a través de la familia de la expresidenta.
Desde 2023 Rousseff preside el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), que tiene su sede en la ciudad china y se encarga de apoyar proyectos de desarrollo sostenible e infraestructuras de los miembros del bloque conocido como Brics.
Debido a su hospitalización, la expresidenta de Brasil se vio obligada a cancelar su participación en la reunión de ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales de los países miembro del grupo, celebrada en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, la semana pasada.
El NDB, también llamado “banco de los Brics”, no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios fuera del horario normal de trabajo. El centro médico y un representante de Rousseff tampoco pudieron ser contactados inmediatamente para hacer comentarios.
Rousseff, la primera mujer presidenta de Brasil, lideró al país desde 2011 hasta ser destituida en un proceso de impeachment en 2016.
En 2009, la líder del Partido de los Trabajadores de Brasil sufrió un cáncer linfático del cual pudo recuperarse a través de un tratamiento de quimioterapia. Ya en 2012, durante su presidencia, la mandataria fue declarada sana por médicos del Hospital Sirio Libanés de San Paulo, uno de los centros de tratamiento contra el cáncer más importantes de Sudamérica.
Desde entonces, disminuyó la preocupación por la salud de la dirigente, aunque un cuadro de neumonía y una recuperación prolongada en 2011 encendieron brevemente las alarmas.
La dirigencia de Rousseff responde al mandato de Brasil al frente del banco, que funciona con un esquema rotativo entre los países miembro. Aunque su presidencia debía terminar en julio de 2025, el gobierno brasileño a cargo de Lula da Silva logró negociar una excepción a las reglas del banco para que Dilma continue a cargo de la institución por cinco años más. El acuerdo fue alcanzado por el presidente brasileño y su homólogo ruso, Vladimir Putin, a fines del año pasado.
A partir de julio, entonces, Dilma deberá rendir cuentas directas al mandatario ruso.
Agencias ANSA y Reuters