JERUSALÉN.- El ataque de Israel a los beepers de Hezbollah el martes fue un éxito táctico que no tuvo un impacto estratégico claro, según los analistas.
Aunque el ataque avergonzó a Hezbollah y pareció incapacitar a muchos de sus miembros, hasta ahora no ha alterado el equilibrio militar en la frontera entre Israel y el Líbano, donde más de 100.000 civiles de ambos lados han sido desplazados por una batalla de baja intensidad. Hezbollah y el Ejército israelí siguieron enzarzados en el mismo patrón, con intercambiaos de misiles y fuego de artillería el miércoles a un ritmo acorde con las escaramuzas diarias que libran desde octubre.
Aunque el ataque del martes fue una llamativa demostración de la destreza tecnológica de Israel, este no intentó inicialmente sacar provecho de la confusión que sembró para lanzar un golpe decisivo contra Hezbollah e invadir el Líbano.
Y si el ataque impresionó a muchos israelíes, algunos de los cuales habían criticado a su gobierno por no detener los ataques de Hezbollah, su principal frustración sigue siendo la siguiente: Hezbollah todavía está atrincherado en la frontera norte de Israel, impidiendo que decenas de miles de residentes del norte de Israel regresen a sus hogares.
“Este es un evento táctico asombroso”, dijo Miri Eisin, miembro del Instituto Internacional contra el Terrorismo, una organización de investigación con sede en Israel. “Pero ningún combatiente de Hezbollah se va a mover por esto”, dijo Eisin, ex oficial de inteligencia de alto rango. “Tener capacidades asombrosas no hace una estrategia”.
Los israelíes están divididos sobre si el ataque fue el resultado de un oportunismo de corto plazo o de una previsión a largo plazo. Algunos creen que los comandantes israelíes temían que sus pares de Hezbollah hubieran descubierto recientemente la capacidad de Israel para sabotear los beepers, lo que los llevó a hacerlos estallar inmediatamente o arriesgarse a perder esa capacidad para siempre.
Otros dicen que Israel tenía una intención estratégica específica. Israel tal vez esperaba que el descaro y la sofisticación del ataque en última instancia haría que Hezbollah fuera más receptivo a un alto el fuego en las próximas semanas, si no inmediatamente.
“El objetivo de la operación, si Israel estaba detrás de ella como afirma Hezbollah, puede haber sido mostrarle a Hezbollah que pagará un precio muy alto si continúa sus ataques contra Israel en lugar de llegar a un acuerdo”, dijo el mayor general Amos Yadlin, ex jefe de la dirección de inteligencia militar de Israel.
Hezbollah comenzó a disparar contra Israel a principios de octubre en solidaridad con Hamas, después de que su aliado palestino lanzara un ataque terrorista en el sur de Israel, lo que provocó un contraataque israelí a gran escala contra Gaza. Desde entonces, Hezbollah ha vinculado su destino al de Hamas y ha prometido que no dejará de luchar hasta que Israel se retire de Gaza.
Dada la conexión, los funcionarios de ambos lados de la frontera llevan meses esperando que una tregua en Gaza conduzca a un acuerdo paralelo en el Líbano. Mediadores estadounidenses y franceses, encabezados por Amos Hochstein, un enviado estadounidense, viajaron entre Beirut y Jerusalén, preparando el terreno para una tregua entre Israel y Hezbollah en caso de que se llegue a un acuerdo en Gaza.
Según los analistas, ahora que las negociaciones sobre Gaza están en un punto muerto, los dirigentes israelíes pueden creer que deben tomar medidas más ambiciosas contra Hezbollah para persuadir al grupo de que separe su destino del de Hamas. En los últimos días, los dirigentes israelíes han intensificado su atención pública sobre Hezbollah, y el ministro de Defensa del país, Yoav Gallant, advirtió esta semana que la “acción militar” era “la única manera” de poner fin al conflicto.
“La cuestión es desconectar la guerra que Hezbollah declaró contra Israel de la guerra contra Hamás”, dijo Yadlin. La operación le da a Hochstein “otra herramienta para usar cuando habla con Hezbollah: ‘Será mejor que lleguen a un acuerdo, o se enfrentarán a ataques más sustanciales y sorprendentes’”, agregó.
Algunos son más escépticos y sostienen que es poco probable que Hezbollah cambie de rumbo, incluso si ha quedado degradado y desorientado por el ataque.
Hezbollah se considera el aliado más influyente de Irán en Medio Oriente y trataría de evitar crear la percepción de que abandonó a Hamas, según Sima Shine, ex oficial de alto rango del Mossad, la agencia de inteligencia exterior de Israel.
“No creo que eso suceda”, dijo Shine, analista del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional, una organización de investigación israelí. “Es muy importante que sean los jefes de todos los agentes de la región, los que dan dirección a los demás, los que entrenan a otros de vez en cuando”.
De manera más general, el ataque también puso de relieve la disonancia entre la disciplina de las agencias de inteligencia de Israel, que tienen la capacidad de planificar operaciones con meses o incluso años de antelación, y el confuso pensamiento de corto plazo del liderazgo político de Israel.
El ataque se produjo después de días de informes en la prensa israelí sobre una intención del primer ministro, Benjamin Netanyahu, de despedir a su ministro de Defensa, incluso mientras Gallant supervisaba la operación planeada en el Líbano.
“Es una situación muy extraña”, dijo Shine, que muestra “la brecha que existe entre los políticos y el sistema de seguridad”.
Por Patrick Kingsley