BERLÍN.- La economía alemana, la más grande de Europa, se contrajo por segundo año consecutivo en 2024, según cifras preliminares oficiales publicadas el miércoles, semanas antes de unas elecciones en las que la economía es el tema principal y donde crece el temor al avance de la ultraderecha, que podría capitalizar el descontento popular con propuestas radicales.
La Oficina Federal de Estadística indicó que el producto interno bruto se redujo en un 0,2% el año pasado tras una disminución en 2023. La directora de la oficina, Ruth Brand, mencionó que se cree que se contrajo un 0,1% en el cuarto trimestre en comparación con el período anterior de tres meses, pero eso es sólo una estimación inicial aproximada, ya que aún no se han publicado los datos económicos de diciembre.
En 2023, el PBI ya se había contraído un 0,3%, a causa del alza del costo de la energía, inducido por la invasión rusa de Ucrania.
El repliegue de 2024 está alineado con las estimaciones del gobierno y el banco central alemán (Bundesbank), mientras que el FMI, más optimista, esperaba un estancamiento.
Las exportaciones alemanas, pilar histórico del éxito económico del país, “se redujeron pese al incremento global del comercio mundial en 2024″, comentó la presidenta del instituto Destatis, en una conf de prensa. Según ella, la economía del país afrontó el año pasado “presiones cíclicas y estructurales”.
Entre ellas citó una “mayor competencia a la industria exportadora alemana en mercados clave, unos costos elevados de la energía, unas tasas de interés que siguen siendo altas, y una perspectiva económica incierta”.
En el sector automotor en particular, los grandes grupos del país han perdido terreno frente a sus competidores chinos.
Y el consumo tampoco ha compensado estas tendencias. “Pese al incremento de su renta, los hogares se abstuvieron de comprar, a causa de la incierta evolución de la situación económica”, según Destatis.
El gobierno de coalición de tres partidos del canciller Olaf Scholz colapsó en noviembre cuando Scholz despidió a su ministro de finanzas en una disputa sobre cómo revitalizar la economía. Esto abrió camino para una elección anticipada el 23 de febrero.
Los contendientes para liderar el próximo gobierno han presentado propuestas contrastantes sobre cómo reactivar la economía.
Según sondeos recientes, los conservadores de la CDU/CSU tienen una intención de voto de alrededor del 30%, mientras que la ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD) se situaría en segunda posición con un 22% de intención de voto, por delante de los socialdemócratas del jefe de gobierno saliente, Olaf Scholz (16%).
El avance de AfD ha generado inquietud en diversos sectores, especialmente en el ámbito económico. Empresarios y analistas temen que las políticas nacionalistas y euroescépticas propuestas por este partido puedan afectar negativamente la estabilidad económica y las relaciones comerciales de Alemania. Además, la retórica antiinmigración de AfD podría agravar la escasez de mano de obra calificada, esencial para la industria alemana.
La CDU, bajo el liderazgo de Friedrich Merz, ha reafirmado su rechazo a cualquier tipo de colaboración con AfD, manteniendo un “cordón sanitario” para evitar su influencia en el gobierno. Sin embargo, el creciente apoyo popular a la ultraderecha reflejó un descontento con las políticas actuales y una demanda de cambios que los partidos tradicionales deberán abordar para frenar esta tendencia.
Por otro lado, y más allá de la caída de la actividad, el déficit público alemán se mantuvo en un 2,6% del PIB en 2024, por debajo de la media de la UE, estimada en un 3,1%.
Los economistas tampoco esperan de momento una recuperación rápida, lo que acentúa la presión sobre el gobierno que salga de las legislativas del 23 de febrero, anticipadas por el colapso de la coalición de gobierno saliente
“Todo hace pensar que el 2025 será el tercer año consecutivo de recesión”, dijo este miércoles Jens-Oliver Niklasch, del banco LBBW.
De hecho, en diciembre, el banco central alemán recortó su proyección de crecimiento para 2025 a un 0,2% apenas, muy por debajo de la estimación anterior, que apuntaba a una expansión del 1,1%.
Al mismo tiempo, la amenaza del presidente electo estadounidense, Donald Trump, de imponer elevados derechos de aduanas a las importaciones están causando sudores fríos en una potencia como Alemania.
Agencias AP y AFP