El humo y la calidad del aire deteriorada crean condiciones consideradas de riesgo para niños, ancianos y personas con enfermedades crónicas, pulmonares o cardíacas.
La calidad del aire empeoró el martes por la tarde en Pacific Palisades, por los incendios que avanzaban a gran velocidad en el sur de California, lo que ha creado condiciones consideradas de riesgo para niños, ancianos y personas con enfermedades pulmonares o cardiacas.
El índice de calidad del aire aumentó hasta 155, un nivel que Kari Nadeau, directora del departamento de salud medioambiental de la Universidad de Harvard, comparó con fumar hasta unos 10 cigarrillos al día.
Aire tóxico
Dependiendo de las ráfagas de viento, dijo que la calidad del aire en algunos focos de la zona de evacuación podría ser mucho peor.
El humo de los incendios forestales puede causar efectos nocivos para la salud de 80 hasta 160 kilómetros a distancia de las llamas, en comunidades que no pueden ver ni oler el humo.
Nadeau instó a la población a vigilar con atención la aparición de tos, mareos o dolor en el pecho, incluso cinco días después de la exposición a niveles de contaminación atmosférica superiores a 80 ICA.
Los niños pequeños, sobre todo los menores de 4 años, corren un riesgo especial, según algunos estudios, ya que sus pulmones aún se están desarrollando.
Efectos
La exposición prolongada al humo puede aumentar el riesgo de que un niño sano desarrolle asma crónica, y puede aumentar el riesgo de que un niño asmático sufra un ataque.
Algunos niños son tan sensibles que un picor de garganta o sibilancias pueden indicar toxinas que los sensores de la Agencia de Protección Ambiental no han detectado, dijo Nadeau.
Su riesgo aumenta por el hecho de que “no hay ninguna mascarilla N95 que sirva para un bebé”, dijo, por lo que el único lugar seguro para los más pequeños es el interior, con ventanas bien selladas y un sistema de aire acondicionado con un filtro de clasificación superior a MERV 13.
Mientras tanto, los adultos con diabetes u otras enfermedades crónicas podrían experimentar un debilitamiento del control de la glucosa, y es probable que las poblaciones de personas mayores de edad registren un aumento en los infartos al miocardio y accidentes cerebrovasculares varios días después de la exposición, ya que el humo puede aumentar la coagulación.
La exposición al humo de los incendios forestales también se asocia a consecuencias a largo plazo, como cáncer cerebral, de pulmón y de tiroides.
Nadeau, que estudia los efectos toxicológicos del humo en la contaminación atmosférica, dijo que también le preocupan los efectos a largo plazo de más de 400 toxinas distintas, ya que los incendios forestales suelen incinerar de todo, desde disolventes de pintura y detergentes hasta muebles.
Quien muestre signos de dificultad respiratoria, incluso a cientos de kilómetros de los incendios, debe acudir inmediatamente a un médico.
“Desafortunadamente”, dijo, “no hay una distancia realmente segura del humo”.
Emily Baumgaertner es reportera nacional de salud para el Times, y se centra en cuestiones de salud pública que afectan principalmente a las comunidades vulnerables.
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