AVIÑÓN.- Varios hombres acusados de violar o agredir sexualmente a Gisele Pelicot en Francia desarrollaron un mecanismo de defensa ante su ego herido, que les permitió “pasar al acto”, explicó este martes una psicóloga durante este mediático juicio.
El tribunal de Aviñón, en el sur de Francia, juzga desde el 2 de septiembre a 51 hombres en el caso de las violaciones a Gisele Pelicot, a quien su marido Dominique drogó durante una década para violarla junto a decenas de desconocidos, grabarla y luego difundir el material en sitios web para convocar más hombres.
La principal víctima, convertida en un símbolo de la sumisión química y de la lucha contra las agresiones sexuales, estuvo presente en la audiencia de este martes, acompañada de su hijo David. En la cuarta semana de proceso, los magistrados abordan el perfil de seis de los 51 acusados, entre ellos del más joven, Joan K., que tenía 22 años cuando acudió en dos ocasiones al domicilio de los Pelicot para violar a Gisele.
La psicóloga Annabelle Montagne empezó la lectura de sus informes de los acusados con este hombre, que se alistó en el ejército con 18 años. Joan K., consumidor crónico de alcohol y cannabis, depresivo, impulsivo y solitario, siempre necesitó el apoyo de sus novias y del ejército para hacer frente a “ansiedades potencialmente invasivas”, explicó.
Fabien S., de 39 años, estuvo por su parte en guarda desde los 3 años y sufrió abusos sexuales de niño. Estuvo siete años sin hogar y pasó 10 años en la cárcel por violencia doméstica, tráfico de drogas y secuestro. Este gran consumidor de cannabis, adepto a las prácticas sadomasoquistas y resistente a la autoridad, tiene un carácter impulsivo y “necesita inmediatez”, según la psicóloga.
Husamettin D., de 43 años, tiene una personalidad que “se orienta alrededor de una herida narcisista, causada por una infancia marcada por la miseria socioeconómica y un rechazo de su padre”, estimó la especialista. Este acusado desarrolló una “adicción” a la sexualidad que “ha sido una parte importante de su vida desde hace años” y representa una manera de “luchar contra un vacío interior y un riesgo de colapso narcisista”, explicó la experta.
¿Tienen en común estos acusados haber construido una “fractura” entre su vida pública y su vida sexual como un “mecanismo de defensa” para “poder existir”?, le preguntó Béatrice Zavarro, abogada de Dominique Pelicot, quien presenta también esta doble cara.”Sí, en diferentes grados, es un mismo mecanismo que permite pasar al acto”, respondió Montagne, señalando la necesidad de individualizar los comportamientos.
Un hombre acusado de violar a la esposa del “monstruo de Aviñón” declaró ante el tribunal que sólo fue allí porque “no tenía nada más que hacer en Año Nuevo”.
Andy Rodríguez, de 37 años y padre de dos hijos, es uno de los 50 hombres que se dice violaron a Gisele, la esposa de Dominque Pelicot, después de darle tranquilizantes para sedarla. El trabajador agrícola Rodríguez dijo al tribunal de Aviñón que era “alcohólico desde los 14 años y consumidor habitual de cocaína” y admite haber tenido relaciones sexuales con la señora Pelicot, pero niega la violación.
Él, como muchos de los otros acusados, afirma que no tenían idea de que ella estaba drogada y asumieron que todo era parte de un “escenario de consentimiento” entre Pelicot y su esposa.
En su testimonio, Rodríguez describió cómo había tenido una experiencia de intercambio antes de conocer a Pelicot en la víspera de Año Nuevo de 2018 en su casa de Mazan. Rodríguez dijo: “Estaba en un bar una vez cuando un hombre se me acercó y me dijo: ‘A mi esposa le gustas, ¿te gustaría dormir con ella mientras yo miro?’”. Luego, afirmó haber aceptado porque “no tenía nada más que hacer”. “Me había peleado con mis hermanos debido a mi adicción a la bebida y las drogas, así que fui a la casa de Pelicot”, explicó.
El tribunal escuchó que en ese momento Rodríguez tenía 31 años, estaba casado y tenía dos hijos, mientras que Gisele Pelicot tenía 66 años, más del doble de su edad.
Rodríguez continuó: “Me había bañado, me había aplicado loción para después de afeitarme, me había preparado. Una hora después de intercambiar mensajes en Coco.fr (sitio web de intercambio de parejas), estaba en su casa”.
Agencia AFP
LA NACION
