BEIRUT.- Cientos de miles de personas despidieron el domingo al líder asesinado de Hezbollah, Hassan Nasrallah, en un funeral multitudinario celebrado en Beirut, casi cinco meses después de su muerte en un ataque aéreo israelí, un duro golpe para el grupo apoyado por Irán.
El líder actual de Hezbollah, Naim Qassem, partició mediante pantallas gigantes desde un lugar no revelado y prometió seguir la lucha contra Israel. Aviones de guerra israelíes sobrevolaron el funeral, tras lo cual el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Israel Katz, declaró en X que los aviones “están transmitiendo un mensaje claro: quien amenace con destruir Israel y ataque Israel, ése será su fin. Ustedes se especializarán en funerales y nosotros en victorias”.
Un camión que transportaba los féretros de Hasán Nasrallah y de su sucesor, Hashem Safieddine, muertos sucesivamente en ataques israelíes, dio la vuelta al estadio. Nasrallah dirigió Hezbollah durante 32 años y murió el 27 de septiembre en un bombardeo israelí en la periferia sur de la capital libanesa, bastión de la milicia chiita. Tenía 64 años cuando murió, había alcanzado renombre regional tras la retirada israelí de Líbano en 2000 y durante la guerra contra Israel en 2006.
Su primo Safieddine corrió la misma suerte en octubre tras haber sido designado para sucederle. Hezbollah esperó la retirada casi completa del ejército israelí del sur de Líbano, el 18 de febrero, para organizar su primer baño de masas desde el fin de la guerra.
IBRAHIM AMRO – AFP
Vestidos de negro, llorando y portando fotos de Nasrallah y banderas de Hezbollah, simpatizantes libaneses y de otros países de la región llenaron el estadio de la Ciudad Deportiva Camille Chamoun, con capacidad para 55.000 espectadores y situado en los suburbios del sur de Beirut, controlados por Hezbollah.
“Nasrallah, permanecemos fieles a la promesa”, repetían los participantes, con el puño en alto, arrojando flores a los ataúdes y ondeando las banderas amarillas de grupo.
“Sigue vivo en nosotros”, declaró Naim Qassem, actual líder de Hezbollah, en un discurso retransmitido en directo por televisión y pantallas gigantes desde un lugar no revelado. Y agregó que Hezbollah seguía siendo “fuerte”. “Continuaremos por ese camino”, añadió.
“No nos someteremos y no aceptaremos que continúen la matanza y la ocupación mientras observamos”, afirmó Qassem. “La resistencia” contra Israel “no ha terminado”, agregó y advirtió que su partido no aceptará que Estados Unidos “controle Líbano”, donde un nuevo presidente, Joseph Aoun, y el gobierno cuentan con el apoyo de Washington.
Líbano ya no quiere más “guerras de otros en su suelo”, afirmó por su parte Aoun al recibir a la delegación iraní, que viajó a Beirut por el funeral. “Los países no deberían intervenir en los asuntos internos de otros Estados”, agregó el presidente, que no asistió a la ceremonia, como tampoco hizo el primer ministro. Las autoridades estuvieron representadas por el presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, aliado de Hezbollah.
Tras una ceremonia, se unieron a una procesión funeraria fuera del estadio antes de enterrar a Nasrallah en las inmediaciones. Una fuente de seguridad libanesa estimó la multitud en alrededor de un millón de personas.
Las mujeres sostenían retratos de combatientes muertos en la guerra que diezmó la cúpula de Hezbolá. Um Mahdi, de 55 años, afirmó que se desplazó desde el valle de Becá, en el este, “para verle [a Nasrallah] una última vez y ver su mausoleo”.
Entre las delegaciones extranjeras, Irán estuvo representado por el presidente del Parlamento, Mohamed-Bagher Ghalibaf, y el ministro de Relaciones Exteriores, Abás Araqchi. Representantes de facciones iraquíes proiraníes y otros aliados de Hezbollah y de Irán frente a Israel también estaban presentes. El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, prometió continuar “la resistencia” a Israel y homenajeó a Nasrallah, en varios mensajes publicados para esta ocasión.
Tras la ceremonia, los participantes se dirigieron hacia el mausoleo dedicado a Nasrallah, cerca del aeropuerto, al sur de Beirut. El cuerpo del jefe de Hezbollah había sido enterrado en un lugar secreto a la espera de que finalizara la guerra.
A pesar del alto el fuego en vigor desde el 27 de noviembre y de la retirada del ejército israelí en gran medida del sur de Líbano, su fuerza aérea sigue atacando lo que dice que son posiciones de Hezbollah en todo Líbano y las tropas siguen manteniendo cinco posiciones en colinas a lo largo de la frontera.
Las tropas israelíes también han detenido a civiles libaneses y combatientes de Hezbollah en el sur del Líbano, y tienen bajo su custodia los cadáveres de combatientes del grupo asesinados.
Qassem afirmó que Hezbollah ejercería presión para que devolvieran los cuerpos a sus hogares. Asimismo dijo que Hezbollah consideraba las cinco posiciones israelíes una ocupación y que confiaba en el gobierno libanés para conseguir una retirada total a través de la diplomacia. “Decidimos disparar cuando lo consideramos oportuno y somos pacientes cuando lo consideramos oportuno”, afirmó.
La aviación israelí efectuó el domingo varios bombardeos en el sur y el este de Líbano. Israel afirmó que había atacado lanzaderas de cohetes que presentaban una “amenaza inminente”. Asimismo, sobrevolaron Beirut en dos ocasiones durante el funeral, lo que provocó gritos de “Muerte a Israel”.
El ministro de Asuntos Exteriores israelí, Israel Katz, declaró en X que los aviones “sobrevolando el funeral de Hassan Nasrallah están transmitiendo un mensaje claro: quien amenace con destruir Israel y ataque Israel, ése será su fin. Ustedes se especializarán en funerales y nosotros en victorias”.
Agencias Reuters y AFP