GINEBRA.- Estados Unidos y Ucrania concluyeron el lunes las conversaciones en Suiza destinadas a buscar un plan de paz aceptable para ambas partes, tras acordar modificar una propuesta norteamericana para poner fin a la invasión rusa que Kiev y sus aliados europeos consideraron inclinada en favor del Kremlin.
Washington y Kiev dijeron en un comunicado conjunto que habían redactado un “marco de paz refinado” tras un primer día de conversaciones en Ginebra el domingo, aunque no proporcionaron detalles concretos.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, celebró el lunes los “pasos importantes” que se dieron en la cumbre e informó vía X que la delegación de Kiev iba de regreso a Ucrania. No obstante, aseguró también que aún queda mucho por hacer para poner fin a la guerra con Rusia.
La semana pasada, Estados Unidos sorprendió con la presentación de un plan de paz de 28 puntos y un ultimátum a Ucrania para acordar antes del jueves un marco que pusiera fin a la guerra. Desde entonces, sin embargo, Washington ha dicho que el plazo podría no ser inamovible.
“Hemos hecho enormes progresos” y “puedo decirles que los puntos que siguen pendientes no son insuperables. Simplemente necesitamos más tiempo“, declaró por su parte el jefe de la diplomacia norteamericana, Marco Rubio, a los periodistas.
Zelensky podría viajar a Estados Unidos esta misma semana para discutir cara a cara los aspectos más delicados del plan con el presidente norteamericano, Donald Trump, según fuentes familiarizadas con el asunto.
El lunes está prevista además una reunión sobre Ucrania entre los dirigentes de los países de la Unión Europea (UE), mientras que el presidente francés, Emmanuel Macron, anunció para el martes una reunión por videoconferencia de la coalición de países que apoyan a Kiev.
Pese a las negociaciones, las fuerzas rusas lanzaron durante la noche un ataque contra la ciudad ucraniana de Kharkiv, donde cuatro personas murieron y 17 resultaron heridas.
La versión inicial del documento presentado por Estados Unidos había sido acogida con satisfacción por el presidente ruso, Vladimir Putin, al retomar varias exigencias de Moscú, como que Ucrania ceda territorio, acepte reducir el tamaño de su ejército y desista permanentemente de unirse a la OTAN.
Paralelamente, el plan ofrecía garantías de seguridad occidentales a Kiev para prevenir cualquier nuevo ataque ruso.
Pero según un comunicado conjunto de Estados Unidos y Ucrania al término de las discusiones del domingo, los dos países redactaron “una nueva versión, refinada, de un marco (para un acuerdo) de paz”.
En esa nueva versión, Washington y Kiev “reafirmaron que cualquier acuerdo futuro deberá respetar plenamente la soberanía de Ucrania“, según el breve texto divulgado por la Casa Blanca.
El presidente norteamericano dio inicialmente hasta el 27 de noviembre a su par ucraniano para responder a su propuesta, pero el sábado indicó que este plan no era su “última oferta”.
Rubio también dejó entrever que había cierta flexibilidad respecto al calendario. “Queremos que esto se haga lo más rápido posible. Obviamente, nos gustaría que fuera el jueves“, declaró.
Los funcionarios rusos aún no han visto el texto revisado del plan de paz después de las enmiendas hechas durante el fin de semana, dijo el vocero del Kremlin Dimitri Peskov, el lunes.
Y agregó que actualmente no hay un plan para que las delegaciones de Estados Unidos y Rusia se reúnan esta semana, pero que la parte rusa sigue “abierta a tales contactos”.
Varios mandatarios europeos también celebraron lo que calificaron como avances en la dirección correcta en las conversaciones de Ginebra, aunque ofrecieron pocos detalles y subrayaron que las negociaciones aún tienen un largo camino por recorrer.
El primer ministro británico, Keir Starmer, habló de “progresos significativos” en las discusiones del domingo entre delegaciones de Estados Unidos, Ucrania y países europeos. “El primer ministro celebra los progresos significativos logrados en las reuniones de ayer”, señaló su vocero, quien añadió que todavía quedan “asuntos pendientes” que deberán abordarse en los próximos días y semanas.
Desde Berlín, el jefe del gobierno alemán, Friedrich Merz, se mostró más cauto y aseguró ser “escéptico” sobre la posibilidad de cerrar un acuerdo antes del 27 de noviembre. Merz afirmó haber planteado una propuesta que, según dijo, podría permitir “dar al menos un primer paso el jueves”.
Una valoración similar expresó el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, quien advirtió que aún quedan “muchos elementos por debatir” tras la reunión de líderes de la Unión Europea sobre la paz en Ucrania. Subrayó que prefiere un acuerdo que garantice una paz “duradera” antes que una firma inmediata.
El presidente finlandés, Alexander Stubb, también celebró avances, pero insistió en que persisten “grandes cuestiones” por resolver. “Las negociaciones fueron un avance, pero todavía hay grandes cuestiones que deben resolverse”, escribió en X al referirse a la reunión del domingo en Suiza.
En paralelo, Turquía también busca tender puentes entre Rusia y Ucrania. El Kremlin informó que el presidente Vladimir Putin tenía previsto conversar por teléfono con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, más tarde este lunes. Según la oficina de Erdogan, ambos mandatarios analizarían el acuerdo de 2022 que permitió a Ucrania exportar granos de manera segura por el mar Negro, un pacto que Moscú dejó expirar al considerar que no se habían cumplido las medidas para facilitar las exportaciones rusas de alimentos y fertilizantes.
Mientras tanto, drones rusos atacaron áreas residenciales de Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, y dañaron ocho edificios de viviendas, una institución educativa y varias líneas eléctricas, según informó el jefe de la administración militar regional, Oleh Syniehubov.
La Fiscalía Regional publicó imágenes que mostraban casas en llamas, jardines cubiertos de escombros y equipos de bomberos y fiscales de crímenes de guerra trabajando en la zona.
La fuerza aérea ucraniana señaló que Rusia lanzó durante la noche 162 drones de ataque y de señuelo contra distintos puntos del país. Parte de esos aparatos también fueron dirigidos hacia el sur: el Ministerio de Defensa de Rumania informó que Moscú reanudó sus ataques nocturnos con drones contra infraestructura civil y portuaria ucraniana cerca de la frontera rumana, un hecho que llevó a Bucarest —miembro de la OTAN— a desplegar dos Eurofighter Typhoon y dos F-16 en tareas de vigilancia.
En paralelo, Rusia denunció ataques ucranianos sobre su propio territorio. El lunes, las defensas aéreas rusas derribaron ocho drones que se dirigían a Moscú, según informó el alcalde Serguei Sobianin. El Ministerio de Defensa ruso elevó luego la cifra e indicó que diez drones ucranianos habían sido derribados en tres regiones: Moscú, Kaluga y Briansk, esta última fronteriza con Ucrania. Los servicios de emergencia trabajaban en la zona donde cayó uno de los aparatos.
El aumento de los ataques se produce un día después de que un dron ucraniano alcanzara la central eléctrica de Shatura, a unos 120 kilómetros al este de Moscú, dejando sin calefacción a miles de residentes mientras las autoridades conectaban energía de respaldo y desplegaban sistemas móviles de calefacción en medio de temperaturas cercanas al punto de congelación.
Ucrania ha sufrido repetidos cortes de electricidad y calefacción en las últimas semanas debido a los ataques rusos, pero —hasta ahora— Kiev no ha logrado infligir daños significativos a las centrales que abastecen a Moscú y su entorno, una región de más de 22 millones de personas.
Agencias AP, AFP, ANSA y Reuters
