La explosión masiva de miles de beepers o pagers en Siria y el Líbano, que causó la muerte de al menos 12 personas y dejó más de 2700 heridos —entre los que hay miembros del grupo terrorista Hezbollah—, llevó la atención sobre este tipo de dispositivos, también llamados localizadores o buscapersonas, que fueron muy populares a principios de los años 90.
Las detonaciones de los aparatos, cuyo mecanismo aún se investiga, fueron atribuidas por el grupo terrorista a Israel, país con el que acumulan tensiones desde el recrudecimiento de la guerra contra Hamas en la Franja de Gaza. Las imágenes de cámara de seguridad mostraron el momento en que estos aparatos, colgados en la cintura de las víctimas o sobre otras superficies, explotaron en episodios que desataron la confusión, el temor y la urgencia en distintos puntos del Líbano y Siria, generando el colapso de los hospitales cercanos y numerosos pedidos de donación de sangre.
Según el Ministerio de Salud del Líbano, 12 personas, entre ellas dos niños, murieron en las explosiones, y hay aproximadamente 2700 heridas, cerca de 400 de ellas en estado crítico. La situación llevó al límite la infraestructura hospitalaria del país de Medio Oriente.
La agencia Reuters, con información de tres fuentes de seguridad, contó que los dispositivos de comunicación de Hezbollah que estallaron en el sur de Líbano y Siria eran del último modelo, introducidos por el grupo terrorista en los últimos meses. Según un informe de The New York Times, provenían de Taiwán y fueron infiltrados con explosivos por los servicios secretos israelíes antes de su distribución.
Sin embargo, el presidente de la compañía taiwanesa Gold Apollo, supuestamente la manufacturera de los beepers, dijo que se trataba de productos realizados por una empresa europea con sede en Hungría, llamada BAC, con la que Gold Apollo tiene un contrato: “Según el acuerdo de cooperación, autorizamos a BAC a utilizar nuestra marca comercial para ventas de productos en regiones designadas, pero el diseño y la manufactura de los productos son únicamente responsabilidad de BAC”.
El objetivo de los pagers era sostener las comunicaciones del grupo terrorista libanés. Previamente, el líder de Hezbollah, Hasan Nasrallah, había llamado a los miembros del grupo a no llevar teléfonos celulares, al advertir que Israel podría usarlos para rastrear sus movimientos o atacarlos.
Los dispositivos que utilizaba Hezbollah para comunicarse y que explotaron de manera simultánea, también llamados mensáfonos, son considerados prácticamente obsoletos en Occidente, donde fueron muy populares en la década de los 90, hasta que fueron reemplazados por el desarrollo de los celulares.
Esto es porque los beepers surgieron en su momento como una opción relativamente barata para recibir mensajes, alertas sonoras o números de teléfono. Consisten en un pequeño dispositivo que cabe en la palma de la mano, dotado de botones de control y una pantalla de cristal líquido, en la que aparecen las notificaciones en forma de textos breves. Estos aparatos reciben su nombre por la señal sonora (beep, en inglés), que hacen cuando entra un mensaje, pero también pueden vibrar al ser contactados.
Utilizan su propia radiofrecuencia y, por lo tanto, no pasan por las redes de telefonía móvil, que pueden ser interrumpidas, tener problemas de conexión o ser interceptadas. Por eso, aunque el mundo tecnológico los volvió prácticamente obsoletos con los mensajes de texto, todavía son utilizados en algunos ámbitos, como los hospitales. Sin embargo, ahora se supo que también son empleados por el grupo terrorista Hezbollah.
Según un artículo publicado en mayo pasado por la agencia Reuters, Hezbollah adoptó estos dispositivos de baja tecnología para contrarrestar las avanzadas capacidades tecnológicas israelíes. Entre medidas como el uso de mensajeros, la prohibición del uso de teléfonos celular y el sistema de comunicación encriptado, también pasaron a emplearse de manera masiva los pagers.
Esta cautela se puede leer en las palabras del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, quien advirtió en sus discursos que “el teléfono celular es el espía mortal del enemigo”. Como informó The New York Times, los miembros de alto rango de esta organización han utilizado buscapersonas por años, pero la práctica se volvió más extendida después de los ataques del 7 de octubre, cuando el líder del grupo advirtió a los miembros que la inteligencia israelí había penetrado en la red de teléfonos celulares.
LA NACION