Tras los incendios que sacudieron a Los Ángeles, California, dos semanas atrás, un nuevo foco se desató ayer, el cual puso en peligro a gran parte de los habitantes por las condiciones climáticas en la ciudad: 20 mil personas recibieron una orden de evacuación en el norte del Estado.
Según informó el medio local Los Angeles Times, el nuevo incendio, llamado “Hughes”, estalló en la mañana del miércoles y en cuestión de horas alcanzó los 21 kilómetros cuadrados, aunque luego se extendió a 32. Se generó una enorme columna de humo cerca del Lago Castaic, mientras que los fuertes vientos empeoraron la situación.
El fuego es avivado por los fuertes y secos vientos de Santa Ana, tradicionales en California en esta época del año, y que recobraron intensidad esta semana en la región, esparciendo las columnas de humo y las brasas.
A su vez, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, advirtió que los vientos podrían arrojar cenizas y aconsejó a los angelinos que visitaran el sitio web oficial de la ciudad para conocer cómo protegerse del aire tóxico. Además, la directora de salud pública del condado de Los Ángeles, Barbara Ferrer, señaló que la ceniza podría contener metales pesados, arsénico y otros materiales nocivos y subrayó: “Incluso una breve exposición puede causar irritación en la piel y provocar problemas más graves”.
Desde el Departamento de Bomberos de Los Ángeles emitieron una serie de recomendaciones, como crear un plan de acción contra incendios forestales, preparar un kit de suministros de emergencia para cada persona del hogar y completar un plan de comunicación familiar que incluya información importante sobre la evacuación.
El Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California (Cal Fire) informó que, como consecuencia de la alerta roja, unos 1100 bomberos se desplegaron por el sur de California en previsión de incendios de rápida propagación para combatir las llamas.
Un agravante de la situación es que el sur de California lleva nueve meses sin precipitaciones significativas, lo que ha contribuido a crear condiciones peligrosas. Sin embargo, se pronostican algunas lluvias desde el sábado hasta el lunes, lo que posiblemente daría a los bomberos un alivio.
Tal como informó LA NACION, los incendios Eaton y Palisades arrasaron en Los Ángeles, California, pusieron en riesgo la salud de sus habitantes y provocaron daños en la infraestructura de la ciudad. Como resultado, el fuego causó 27 muertes y la destrucción de más de 12 mil edificios. Entre los más afectados se encuentran varios trabajadores migrantes de bajos ingresos que, además de sus hogares, perdieron sus empleos.
De acuerdo con una investigación del Latino Policy & Politics Institute de la UCLA, si bien solo el 23% de los habitantes en las tres principales zonas de evacuación son latinos, este grupo representa el 36% de todos los trabajadores en dichas áreas. Además, ocupan el 34% de los puestos de trabajo en la zona del incendio de Palisades, a pesar de componer apenas el 7% de la población.
Con información de Reuters y AFP.
