El expresidente Evo Morales y sus seguidores llegaron este lunes a las puertas de La Paz, sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo, en una multitudinaria marcha marcha contra de su exaliado y actual mandatario, Luis Arce, a quien responsabiliza de la crisis económica en Bolivia.
Unos 15.000 seguidores ingresaron a la ciudad de El Alto, vecina de La Paz, donde el domingo se registraron enfrentamientos callejeros entre afines del exgobernante y del mandatario Arce, con un saldo de ocho heridos, según el Ministerio de Salud.
Fue el segundo choque. El primero ocurrió el miércoles, un día después de arranchar la caminata, que dejó 26 heridos.
El exmandatario comenzó a caminar el pasado martes desde un poblado andino, 190 km sur de La Paz.
La llamada “marcha para salvar Bolivia” reclama a Arce soluciones a la crisis económica y sobre todo que el gobierno y las autoridades reconozcan a Morales como único líder del gobernante Movimientos al Socialismo (MAS) y se le permita postular a las elecciones de 2025 después de que fuera inhabilitado por un fallo del Tribunal Constitucional a fines del año pasado.
Morales indicó desde sus redes sociales: «Ingresamos a la ciudad de El Alto en busca de soluciones a la grave crisis económica y el respeto a las leyes y la institucionalidad».
En El Alto, Morales y sus seguidores marchaban con banderas bolivianas de manera pacífica, sin ser hostigados por organizaciones civiles progubernamentales o la policía, constató un periodista de la AFP.
Séptimo día de la Gran Marcha para Salvar Bolivia, por una democracia verdadera y participativa, en defensa de nuestra identidad política, ingresamos a la heroica ciudad de El Alto en busca de soluciones a la grave crisis económica y el respeto a las leyes y la… pic.twitter.com/qvLpYgT7PM
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) September 23, 2024
La columna de Morales avanzaba entre algunos aplausos por el barrio de Ventilla, en las afueras de ciudad de El Alto.
Se espera que Morales y sus seguidores ingresen a La Paz en las próximas horas. El acceso a la plaza de Armas, sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo, estaba cerrado por una nutrida guardia policial.
La llegada de Morales motivó que Arce le advirtiera a su exaliado y padrino político que no permitirá una guerra civil.
Una convulsión social «es precisamente lo que quisieran los enemigos internos y externos de nuestro Estado Plurinacional de Bolivia (…) No lo permitiremos», señaló Arce en un mensaje de televisión, sin revelar el nombre del colaborador de Morales.
«Para que haya una guerra civil se necesitan al menos dos frentes antagónicos y ese es un gusto que no te daremos, nuestra apuesta es por la paz», indicó.
El diputado del bloque parlamentario oficialista Jerges Mercado, cercano a Arce, aseguró que «hay preocupación por la marcha» y que el objetivo de Morales es habilitarse nuevamente como candidato para las elecciones presidenciales de agosto de 2025.
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El presidente de Bolivia se dirigió al exmandatario, en medio de una fuerte tensión en el país por una multitudinaria marcha en El Alto camino a La Paz.
Arce y Morales están enfrentados por la candidatura presidencial oficialista, aunque sólo el líder cocalero anticipó que quiere postularse.
El gobierno señala que la Constitución prevé la reelección inmediata o consecutiva por una sola vez, lo que impediría a Morales volver a postularse, aunque éste insiste que está permitida, cuando se produce después de transcurrir al menos un periodo presidencial.
Es la más grave crisis que afronta el fracturado Movimiento al Socialismo (MAS) que gobierna el país desde hace 17 años. Arce y Morales se disputan el liderazgo y control del aparato partidario de cara a las elecciones presidenciales del próximo año.
Es también la peor crisis política del país desde 2019 tras una polémicas elecciones denunciadas como fraudulentas por la Organización de Estados Americanos (OEA) en las que Morales buscaba una tercera reelección lo que provocó un estallido social con 37 muertos que obligó a Morales a dimitir y salir al exilio.
Con información de EFE, AFP y AP